La jueza obliga a Maribel Vilaplana a entregar el ticket del parking al que le acompañó Mazón tras comer durante la dana
La intructora reclama a la periodista que en su declaración del lunes aporte «cualquier otro elemento documental que acredite el periodo que permaneció con el jefe del Consell»
La jueza de la dana sigue cerrando el cerco en torno al encuentro que mantuvieron en la tarde de la dana Carlos Mazón y Maribel ... Vilaplana. En un auto notificado este viernes, la instructora requiere a la periodista a entregar el ticket del parking en el que aparcó su coche antes de la comida en El Ventorro con el presidente de la Generalitat y hasta el que le acompañó el dirigente tras su larga sobremesa, mientras el agua se cernía ya sobre Valencia y en el Cecopi se debatía por el luego tardío e inexacto Es-Alert.
La magistrada, a instancias de una acusación particular, pide que entrege este ticket en la declaración que la periodista realizará este lunes 3 de noviembre como testigo en el juzgado de Catarroja. La instructora también exige a Vilaplana «cualquier otro elemento documental que acredite el periodo en el que la testigo permaneció con el jefe del Consell ese día».
La instructora considera vital para la causa la aportación de este ticket. Sobre lo que no se pronuncia el auto es sobre otra circunstancia que reclamaba la acusación particular en caso de que la periodista argumente que no conserva o ha perdido el resguardo, que era reclamar a la empresa que gestiona el aparcamiento de la plaza de Tetuán «justificante o informe debidamente acreditado de la entrada y salida del vehículo con número de matrícula». Aunque vista la importancia que la magistrada concede a este documento, es fácil anticipar que lo hará si Vilaplana no dispone del mismo.
El auto es tremendamente escueto, tres páginas, en las que incluso se pronuncia sobre otras cuestiones solicitadas por la misma acusación particular que ejerce el abogado Joaquín Esteve. De hecho, «se acuerda requerir» es el único pronunciamiento que hace la jueza sobre la decisión de solicitar a Vilaplana el ticket.
No volver a citar a Pradas
La jueza, en el mismo documento, rechaza que la exconsellera de Emergencias, Salomé Pradas, vuelva a ser citada para declarar en una causa en la que figura como investigada junto a Emilio Argüeso, el que fuera secretario autonómico de Emergencias. La misma acusación particular así lo solicitaba, «para que aclare preguntas de extraordinaria relevancia, a tenor de las informaciones que se van obteniendo tanto en sede judicial como a través de informaciones periodísticas». La instructora descarta esta posibilidad. Por ahora: «No ha lugar, en el presente momento».
El ticket del parking y la franja temporal que durante el mediodía y la tarde del día de la dana estuvieron comiendo, de sobremesa y caminando hacia el aparcamiento Mazón y Vilaplana, se van a convertir así en los elementos nucleares de la esperada comparecencia del próximo lunes de la periodista en el juzgado de Catarroja. Llega tras una semana de un torbellino de nuevos detalles. Que tras la prolongada comida (que se dilató entre las 15 horas y las 18.30 o las 18.45, como indicó la comunicadora en una carta abierta remitida a los medios de comunicación y no desmentida por el Consell) él la acompañó al parking. Y que su llegada al Palau de la Generalitat fue en torno a las 20 horas, para salir luego hacia el Cecopi, punto al que llegó cuando ya se había mandado el Es-Alert a las 20.11 horas.
Un vacío de 37 minutos
El testimonio de Vilaplana también será fundamental para intentar arrojar luz sobre los 37 minutos en los que Mazón no emitió ni recibió ninguna llamada, según el listado de sus comunicaciones. Entre las 18.57 y las 19.34. Un periodo que en parte pasó junto a la comunicadora durante su encuentro en El Ventorro. A falta de tres minutos para las siete habló con el síndic de su grupo parlamentario, Juanfran Pérez Llorca. Después, 37 minutos de silencio. Hasta que a las 19.34 el presidente habla con el secretario autonómico. Y unos minutos después devuelve dos llamadas no contestadas previamente a la exconsellera Pradas, comunicaciones que esta le hizo para informarle del envío del Es-Alert.
La citación del lunes de Vilaplana llega un mes después de la carta que la periodista dirigió a todos los medios tras «diez meses de una presión insoportable». En la misiva, la comunicadora explicaba: «En un momento determinado de la comida, el presidente empezó a recibir llamadas que interrumpieron nuestra conversación de manera continuada. Yo seguí en el restaurante, completamente ajena a esas comunicaciones: no pregunté, no participé, ni conocí en ningún momento su contenido, y el presidente tampoco me trasladó ninguna inquietud al respecto». Esos extremos y detalles de esos instantes son en los que sin duda incidirán los más de 100 letrados personados en la causa.
Vilaplana también desmentía en su carta la hora que inicialmente señaló la Generalitat como de finalización de la comida, poco después de las cinco de la tarde. «Esas interrupciones, sumadas a la espera y a la despedida, demoraron también mi salida del restaurante, que se produjo finalmente entre las 18:30 y las 18:45. En su momento, en medio de la vorágine con que se desencadenaron los hechos, el desconcierto y la presión vivida, sinceramente no dimensioné la importancia de ese desfase horario inicial que se hizo público», sostuvo la periodista en su comunicación pública.
Vilaplana terminaba confirmando que si Mazón no difundió inicialmente su nombre como participante en la comida fue porque ella se lo pidió, como así se difundió desde el Gobierno valenciano: «Quiero dejar claro que en el momento en que me marché de la reunión no era consciente de la gravedad de lo que estaba sucediendo en otras localidades valencianas, porque en la ciudad no llovía y eso me hizo sentir todavía más ajena a la situación. Al regresar a casa, empecé a tomar verdadera dimensión de lo ocurrido. Nada más entender la magnitud de lo que había pasado, me puse en contacto con el presidente cuando le fue posible. En esa conversación le trasladé mi angustia y también le pedí, de forma muy clara, que por favor mi nombre no saliera».
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