Navajas ocultas en cinturones, collares y tarjetas de crédito

No es la única modalidad en la que se presentan estos elementos peligrosos que preocupan especialmente a las autoridades por su difícil reconocimiento y su gran capacidad de ocultación dado que no llaman la atención a simple vista. El teniente Antonio Díaz enseña también pequeños filos ocultos en collares y también navajas que se llevan en la hebilla del cinturón y que son muy rápidas de extraer.

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Además, habla de la dificultad para poder controlar que las armas blancas que se pueden encontrar en cualquier tipo de establecimientos como bazares chinos o centros comerciales no se vendan a menores o a personas que no estén en capacidades físicas y psíquicas óptimas al no haber un registro de ventas. También es complicado aparecer en el momento justo en el que se está efectuando la transacción. En este sentido, el cargo de la Guardia Civil alude a la responsabilidad del comerciante. También realizan inspecciones rutinarias y acuden en caso de que alguien conocedor de estos casos denuncie.

LAS PROVINCIAS realizó una prueba de manera anterior en la que se pidió a una menor de edad que preguntara en un bazar del centro de Valencia si le venderían una navaja sin llegar a comprarla. La adolescente no hubiera tenido ningún problema en hacerse con una de ellas de haberlo querido.

Antonio Díaz Fernández recalca la importancia de denunciar en caso de tener conocimiento de que en algún establecimiento se vende armas blancas a menores o las denominadas 'armas prohibidas'. Estas se pueden presentar en tres categorías: los bastones-estoque, que tienen apariencia de una vara convencional pero ocultan un pincho en su interior; también están prohibidos los puñales, que es un arma blanca de menos de 11 centímetros de doble filo y las navajas automáticas. De hecho, disponen una oficina de investigación y análisis para controlar la comercialización de armas prohibidas. También se contempla una prohibición relativa la comercialización, publicidad, compraventa las navajas de más de 11 centímetros medidos desde el reborde o tope del mango hasta el extremo.

En cuanto a las sanciones, se dividen en muy graves, graves y leves. Las muy graves están penadas con multas que van desde los 30.500 euros hasta los 601.000 euros. Las sanciones graves van de 601 a 30.000 euros y que penalizan, la fabricación, reparación, almacenamiento, distribución y comercio de armas prohibidas o que estén reglamentadas sin la autorización y en sitios de recreo o concentración. Las sanciones leves van de 100 a 600 euros.