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La vía de servicio de la Pista de Silla, anegada tras la gota fría del jueves en Valencia.

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La vía de servicio de la Pista de Silla, anegada tras la gota fría del jueves en Valencia. Jesús Signes

Otra gota fría sin obras antirriadas en la Comunitat Valenciana

Las actuaciones siguen pendientes de ejecutar a pesar de haber sido planificadas hace más de una década

Isabel Domingo

Valencia

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Jueves, 1 de enero 1970

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Lluvia con «intensidad torrencial» (dicho por la Agencia Estatal de Meteorología en la Comunitat) en municipios como Benicarló, Peñíscola o Vinaròs, que además marcó el registro histórico (159 litros) de agua caída en una sólo una hora en España. La Albufera a punto de desbordarse tras una crecida de 38 centímetros. Calles inundadas en municipios de l'Horta como Foios o Massamagrell. La pista de Silla cortada por un embolsamiento de agua durante varias horas, con cientos de coches atrapados y el consiguiente colapso en una de las entradas a Valencia. Numerosos rescates de personas atrapadas en sus coches por el agua, hasta 71 sólo en la provincia de Castellón el viernes.

Son algunas de las imágenes -y problemas- que ha dejado la última gota fría en su recorrido por parte de la Comunitat (afectó principalmente a las provincias de Valencia y Castellón) desde el jueves, con unas cantidades de agua recogidas en dos días similares a las registradas a las de hace una década cuando, por ejemplo, en 24 horas se contabilizaron 240 litros en la Vall de la Gallinera.

Con este nuevo episodio de lluvias torrenciales, las miradas se han dirigido de nuevo hacia los planes contra inundaciones que manejan tanto la Generalitat como el Gobierno central y los ayuntamientos, con obras que, en buena parte, siguen pendientes desde hace más de una década. Y es que el grueso de las actuaciones incluidas en Plan de Acción Territorial de Prevención de Riesgos de Inundaciones en la Comunitat (Patricova), aprobado en 2003 y revisado en 2015, continúan sin ejecutarse.

Lo mismo sucede con el denominado Plan de Gestión de Riesgo de Inundación (PGRI), concebido en 2016 por el Ministerio de Medio Ambiente y que recoge reclamaciones históricas valencianas como las presas de Vilamarxant, Montesa y Sellent. En total, y según un informe sobre las prioridades en infraestructuras hídricas elaborado por la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valencia, hay 41 obras consideradas urgentes por valor de unos 480 millones que no tienen fecha para que sean una realidad.

Junto a la construcción de las tres presas mencionadas figuran actuaciones que, además, afectan a algunos municipios de los cien existentes en la Comunitat que están en riesgo (alto o medio) de inundación, según el Patricova. En total, 19 en Castellón, 36 en Alicante y 80 en Valencia. Es más, son poblaciones que también han sido castigadas por las intensas lluvias de los últimos días, como demuestran los valores del agua caída en un intervalo corto de tiempo.

En riesgo

  • 430 poblaciones de las 542 de la Comunitat tienen alguna zona inundable (unas 145.000 hectáreas).

  • 564 equipamientos (colegios, hospitales, cuarteles) se encuentran en lugares con riesgo potencial.

  • 190 kilómetros de líneas ferroviarias presentan peligro de inundación, al igual que 1.100 kilómetros de las carreteras valencianas, según recoge Patricova.

Ramblas y barrancos

Es el caso de Benicarló, catalogado como municipio de riesgo alto por inundaciones, se recogieron 246 litros durante el jueves, lo que provocó cuantiosos daños materiales y algún que otro rescate de gente atrapada en sus vehículos. Aquí está pendiente el proyecto de drenaje de la rambla de Alcalá, consistente en la ejecución de una zona de laminación de avenidas, la adecuación de drenajes transversales y actuaciones puntuales que permitirían «mejorar las defensas frente a las avenidas en la zona urbana», recoge el documento elaborado por los contratistas. ¿Su coste? 12 millones.

En Castellón, con riesgo alto, aún no se ha llevado a cabo la ampliación de capacidad de desagüe del río Seco, que requeriría una inversión de 8,5 millones. Y, en Nules, donde la tormenta anegó caminos rurales, aún no se actuado en el encauzamiento del barranco Juan de Mora (también conocido como 'El torrent') para mejorar su capacidad y reducir el impacto que las crecidas de agua tienen sobre los pasos bajo la línea de ferrocarril y sobre la AP-7. El coste es de 41 millones.

La «dejadez» de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) en la limpieza de los barrancos que desembocan en la localidad provocó el corte de la N-340 a su paso por la localidad de La Llosa debido a la acumulación de ramas, según denunciaba ayer su alcalde, Ximo Llopis.

En toda esta zona de Castellón, por ejemplo, se produjeron los principales problemas para el tráfico ferroviario en la tarde del jueves, causando retrasos de entre 60 y 120 minutos a los trenes de Cercanías y Larga Distancia. Ya en la noche del viernes, las fuertes lluvias cortaron la circulación entre Castellón y Tarragona, con trenes detenidos en varias estaciones durante horas hasta que Renfe habilitó un plan alternativo de transbordo por carretera.

Fue lo que sucedió con los 300 pasajeros de un Talgo Barcelona-Cartagena, atrapados desde las 17.30 horas en Ulldecona debido al corte de las vías en Vinaròs. No pudieron ser evacuados pues los autobuses no lograban llegar a la estación de tren al estar inundada la rotonda de acceso. Hasta las 05.30 horas, y una vez retrocedió el tren hasta L'Aldea, consiguieron reanudar el viaje, según explicaron fuentes de Renfe, que detallaron que se pidió ayuda a Bomberos y Cruz Roja para dar agua y comida a los pasajeros.

Los contratistas aseguran que los depósitos pluviales sin acabar de la V-31 hubieran evitado el corte

Del Carraixet al río Vaca

La provincia de Valencia es la que concentra mayor número de obras antirriadas pendientes. Entre ellas, el encauzamiento del barranco del Carraixet para proteger zonas urbanas y rurales colindantes, según detalle el informe de la Cámara de Contratistas, que también anota un coste de cinco millones. Precisamente la CV-304 tuvo que cortarse por las inundaciones en la zona de Vinalesa (riesgo medio en el Patricova).

Al Carraixet se suma el acondicionamiento del río Turia desde Vilamarxant hasta su desembocadura (16 millones); la intervención en el barranco de la Saleta a su paso por Aldaia (siete millones); o la laminación y mejora del drenaje en la cuenca del río Vaca (diez millones) para reducir los efectos de las inundaciones en Simat o Tavernes de la Valldigna, donde ayer se encendieron las alarmas por la crecida de sus aguas.

En Silla, con 171 litros, sigue paralizada la construcción de los depósitos de tormentas que comenzaron a construirse en 2010 y se interrumpieron dos años más tarde. Según denuncia el director de la Cámara de Contratistas, Manuel Miñés, «de haber estado, se hubiera evitado el caos en la pista de Silla y en los pueblos aledaños al haber evacuado con mayor facilidad y menores arrastres a la depuradora y a la Albufera».

El nivel de La ALbufera subió 38 centímetros Irene Marsilla

La paja del arroz amenaza los peces y la cosecha

J. A. MARRAHÍ. El entorno del parque natural de la Albufera, entre Valencia y Sueca, fue el viernes la zona que mayor precipitación acumuló por el paso de la gota fría. Los agricultores temen que la podredumbre de los restos de la paja del arroz a causa de las inundaciones afecte a la fauna marina y del lago e incluso a la cosecha de arroz del año próximo.

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) encendía las alarmas a las pocas horas de las trombas en la zona afectada. Si bien la siega del arroz acaba de terminar, la mayor parte de las parcelas acogían todavía paja sin que haya sido incorporada al suelo, aprovechada para la alimentación de ganado o quemada. «La excesiva y prolongada humedad podría desatar un proceso de podredumbre del residuo agrícola, lo que acabaría generando la contaminación de las aguas y una elevada mortandad de peces en el lago», advirtió la organización agraria.

Ramón Mampel, presidente de la Unió de Llauradors i Ramaders, también mostró ayer su preocupación en declaraciones a LAS PROVINCIAS. «La cosecha de arroz de este año está a salvo, pero la podredumbre de los restos que no han sido trasladados o eliminados podría generar hongos y eso afectar a la cosecha del año próximo», lamentó. «A esto hay que añadir el efecto nocivo para los peces, tanto en el lago como en el mar», insistió.

En opinión de Mampel, «nos ha pillado el toro». Estima que tanto agricultores como la Conselleria de Medio Ambiente «tienen que encontrar mecanismos para ser más ágiles con el proceso de retirada de la paja».

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