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La dana dejó un espectáculo dantesco en algunas playas valencianas. Las inundaciones de octubre arrastraron sedimentos, cañas y otros objetos aguas abajo hasta que quedaron ... apiladas en estos arenales. Los daños no se circunscribieron a la zona inmediata de las poblaciones afectadas. Las corrientes arrastraron los vertidos hasta localidades tan alejadas como el norte de Alicante y litoral de Castellón.
La labor de limpieza se ha prolongado durante muchos meses. El Gobierno se comprometió a asumir el coste de estas labores con un millón de euros. La delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, aseguró en una visita a Cullera que «es un ejemplo de cómo es de efectiva la colaboración público-privada y del buen resultado de la colaboración entre instituciones para que playas, como la del Marenyet, recuperen su aspecto de antes de la riada».
Las tareas de limpieza comenzaron por Cullera, un ayuntamiento socialista, para ir extendiéndose hasta el norte de la provincia. El problema es que se acercaba la Semana Santa y las máquinas no llegaban. En este sentido, Bernabé indicó que cada ayuntamiento podría empezar estas tareas y luego pasar la factura al Gobierno que se haría cargo de abonar el importe.
Acogidos a esta palabra y ante el hecho de que se acercaba el inicio de la temporada turística con las vacaciones de Semana Santa, el Ayuntamiento de Valencia decidió tomar la iniciativa y contratar los servicios de limpieza. Como manifestó en su momento la alcaldesa María José Catalá el Ayuntamiento asumió a pulmón, dados los retrasos, plazos e incluso inversión prevista por parte del Estado la tarea de limpiar estas playas con el objetivo principal era que las playas del sur de la ciudad estuvieran limpias y preparadas para la temporada de Semana Santa, como así ha sido.
En este sentido, la alcaldesa llegó a afirmar que habían asumido estas labores «por responsabilidad», porque se dieron cuenta de que Costas «no iba a llegar a tiempo de la temporada, tan necesaria para los hosteleros de esta zona y los vecinos que viven ya en estas zonas, y por el impacto medioambiental que también resulta de elevado riesgo con todo este material orgánico de la dana y el incremento de las temperaturas».
El coste de la intervención alcanzó los 917.000 euros que ahora ha remitido al Gobierno y este todavía no ha pagado. Con la operación se retiraron más de 40.000 toneladas de restos, que terminaron en arenales como los de El Saler o los de Pinedo. El contrato inicial era de 800.000 euros, pero ante las complicaciones registradas la factura se ha acercado al millón. Pese a que ya hace un mes que la Junta de Gobierno del Ayuntamiento acordó remitir la factura a la Dirección General de Costas, el dinero todavía no ha llegado.
La situación en las playas tras el paso de la dana era excepcional y casi catastrófica. El temporal arrojó al mar más de 40.000 toneladas de residuos, entre cañas, troncos, restos vegetales, enseres domésticos, muebles, coches, residuos plásticos, y también cadáveres de personas y de animales. Desde el equipo de Gobierno del Ayuntamiento subrayan que la intervención tenía que ser inmediata y urgente debido a las condiciones de salubridad medioambientales y sanitarias, que podían ocasionar daños aún más graves, como epidemias sanitarias. No podían esperar y la maquinaria no terminaba de llegar. Así que contrataron a las tres empresas que habitualmente realizan la limpieza diaria de la ciudad (Fovasa, SAV y FCC).
Fuentes del Ayuntamiento de Valencia explican que la competencia de la actuación era de la Administración del Estado. Pero como no era previsible que se interviniera en corto espacio de tiempo con las consecuencias sanitarias que podía ocasionar la no intervención, por lo que el Ayuntamiento se anticipó y asumió la limpieza de las playas urbanas del sur.
Así, los trabajos de retirada de residuos empezaron de manera inmediata por las playas más urbanas, como Pinedo y el Perellonet, y posteriormente se iniciaron los trabajos en la playa de El Saler. Todos los residuos se fueron acumulando en montones accesibles para la maquinaria de carga y transporte y, posteriormente se trasladaron a la planta de tratamiento de residuos de Hornillos.
Además, el Ayuntamiento de Valencia tuvo que afrontar una dificultad imprevista en las tareas de limpieza. Algunas playas son zona de anidamiento del chorlitejo patinegro, un ave protegida, por lo que desde marzo no se podían utilizar maquinaria para realizar estas tareas de limpieza por lo que hubo que acometer esta tarea de forma manual con lo que se hacía más dificultosa y encarecía el proceso.
Unas pocas cifras bastan para comprobar la magnitud de la tarea realizada. Se ha retirado el equivalente a lo que genera toda la ciudad en 22 días; y se han realizado más de 1.000 viajes con camiones de gran capacidad (de 30 a 40 metros cúbicos) entre las playas y la planta de tratamiento.
Las consecuencias del temporal también provocaron daños en playas de la provincia de Castellón y Alicante, viéndose afectados hasta 250 kilómetros de la franja litoral valenciana. Esa cifra es la que cuantifica el último informe del Foro de Municipios de Costa, perteneciente a la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP). Con dicho informe, la FVMP ha solicitado al Ministerio de Transición Ecológica que autorice la ejecución de obras de carácter urgente para reparar los desperfectos, o en su defecto asuman los trabajos.
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