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Este es el aspecto que presentaba ayer el pozo, ya precintado, tras la denuncia vecinal publicada por LAS PROVINCIAS. lp
Gilet precinta la embocadura que carecía de protección junto a un parque infantil

Gilet precinta la embocadura que carecía de protección junto a un parque infantil

El Ayuntamiento señaliza la apertura sobre la valla que colocó un vecino para evitar que los niños cayeran

J. A. M.

Martes, 22 de enero 2019, 00:41

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valencia. Tan sólo unas horas después de que LAS PROVINCIAS denunciara la existencia de un pozo al descubierto en la localidad valenciana de Gilet, el ayuntamiento ha actuado con urgencia para colocar un precinto junto a la valla metálica que puso encima un vecino para impedir una desgracia. Y es que, tal y como explicó el hombre, «era un auténtico peligro por la proximidad de un parque infantil y un colegio».

Fue el domingo por la mañana cuando Antonio L. T. detectó el evidente riesgo mientras paseaba con su hijo de corta edad y su perro por el parque de la Font del Pi, en pleno casco urbano de la población. El animal se alejó y lo encontró en las inmediaciones de la fuente. Allí descubrió asombrado que el pozo estaba abierto. «Normalmente», expuso, «estaba cubierto por una tapa de acero que tiene un candado». Pero esa protección había desaparecido dejando el orificio al aire en una zona frecuentada por los chavales de la población. Sólo un pequeño murete de poco más de medio metro circunda la fosa.

Al residente le preocupaba especialmente que se trataba de una «caída profunda de varios metros, con agua al final». Así razonó su comprensible padecimiento: «Si alguien cayera ahí abajo tendría muy difícil salir. No hay agarres ni otros medios para alcanzar la superficie».

Sobre las diez y media de la mañana, Antonio se dirigió inmediatamente a las dependencias de la Policía Local para denunciar el riesgo que entrañaba el pozo. Eran las 10.30 horas de la mañana. Ya por la tarde, mientras se dirigía al trabajo, volvió a pasar por las inmediaciones del pozo y nada había cambiado: destapado y sin protección.

Ya «indignado», el vecino optó por solucionar cuanto antes el problema con los medios a su alcance en aras de evitar una desgracia. Antonio cogió una valla de obra que se encontraba en las inmediaciones y la situó sobre la embocadura a modo de cierre y advertencia. Ayer por la mañana, al fin una cinta policial amarrada a una piedra y unas ramas señalizaba la estructura. De la vieja tapa de acero con candado nada se ha sabido.

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