Estudiar Medicina ha sido más fácil de lo previsto en la Comunitat Valenciana al bajar la nota de corte casi medio punto
El baile de las listas de espera dispara las carreras a las que se entra sólo con un cinco: de 21 a 166
Las notas de corte definitivas para entrar en alguno de los grados y dobles grados que ofrecen las universidades públicas de la Comunitat han bajado, ... de media, 1,408 puntos respecto a los primeros listados, publicados justo tras la preinscripción de julio, lo que da idea de los grandes cambios que provocan las renuncias y la consiguiente gestión de las listas de espera hasta que se conforma la matrícula definitiva. La reducción afecta a la práctica totalidad de los estudios, incluyendo los más demandados como Medicina, en el que conseguir plaza siempre es difícil, pero menos de lo que se esperaba. Tampoco se escapan los que marcaron las notas de corte más altas (normalmente dobles grados o estudios combinados con pocos puestos de nuevo ingreso). Y en cuanto a las mayores diferencias, se llegan a superar los cinco puntos en grados con un perfil similar: estudios de centros adscritos a alguna universidad pública o de campus y sedes secundarias. Es decir, al principio tuvieron demanda como opciones no prioritarias (segundas y sucesivas, por si fallaba la primera) pero se fueron desinflando a medida que se iban generando vacantes que atraían esas matrículas.
Las conclusiones se desprenden de la información facilitada por la Conselleria de Educación y Universidades tras la última adjudicación de plazas centralizada por la administración, que llegó el pasado día 2. Los listados resultantes, que son públicos y se pueden consultar en la web específica de la preinscripción, ofrecen la foto fija real de cómo se quedan las calificaciones de acceso. Dicho de otra forma, es la relación que deben tomar como referencia los alumnos que quieran cursar estudios universitarios de cara al curso 2026-2027.
El 11 de julio se publicaron los resultados de la preinscripción, con los cortes habituales, que en años anteriores eran los únicos que se conocían. En realidad las notas también bajaban, pero como la gestión de las listas de espera dependía de cada universidad, no se podía cuantificar la reducción.
Tras la adjudicación inicial de plazas, aquellos que no entraron en sus primeras opciones tuvieron la oportunidad de quedar en espera de cara a las siguientes asignaciones, por si se producían renuncias y corría el listado de aspirantes. En total se han hecho nueve adjudicaciones, y a mediados de mes se cerró la matrícula universitaria.
Hay que tener en cuenta la cantidad de movimientos que se producen atendiendo a las dimensiones del sistema. Sirve un ejemplo para entenderlo. Un alumno que aspira a Medicina elige como siguientes y sucesivas carreras Enfermería, Podología y Biología. En la primera adjudicación consigue plaza en esta última, y queda en espera de las otras. En la segunda entra en Podología, aprovechando que se ha generado una vacante. A su vez, libera la plaza de Biología, que queda a disposición de otro aspirante que la estuviera esperando. Y en la tercera adjudicación accede a Enfermería, volviendo a provocar un efecto dominó. Pues así con 302 grados y dobles grados.
Además, España funciona como un distrito único y muchas peticiones, sobre todo en carreras con mucha demanda, provienen de otras comunidades, lo que también contribuye a los movimientos. Porque si un joven que pide en la Comunitat y en otra región consigue plaza en esta última y se la queda, deja el puesto valenciano libre. Y como la asignación es por concurrencia competitiva en función de la nota de acceso a la universidad, el corte baja un poco cada vez que entra un aspirante que, al principio del proceso, se quedó fuera.
En cuanto a datos promedio, los 302 títulos de las universidades públicas marcaron en julio una nota de corte de 9,276 puntos, mientras que a principios de octubre se situó en 7,868 (-1,408). La evolución también se observa agrupando los estudios en función de la exigencia. En la primera asignación 125 estudios necesitaron de al menos un 10 sobre 14 para entrar, cifra que tras la novena y última bajó a 78. Por contra, los que no requirieron de nota de corte por haber más plazas que interesados (se pedía sólo un cinco, haber aprobado la selectividad y el Bachillerato) pasaron de 21 a 166.
Centrándose en los títulos más demandados, incluyendo también los que mayor cantidad de plazas ofertan y por tanto tienen una matrícula elevadísima, la bajada más llamativa se da en el grado de Derecho de la Universidad de Alicante, pues el último alumno que ha entrado acreditó una calificación de 6,705 sobre 14, mientras que en julio el corte se quedó en 9,248 (-2,543).
En cuanto a Medicina, la nota real de acceso se ha situado por debajo del 13 en las cuatro facultades valencianas, mientras que la derivada de la adjudicación inicial lo superaba en todos los casos. En Alicante (la última en implantar el título) la reducción ha sido de 0,48 puntos, en la de Valencia y la Miguel Hernández de Elche de 0,413 (iguales) y en la Jaume I de Castellón de 0,371. Puede parecer poco pero no lo es, teniendo en cuenta que el acceso a la universidad puede ser cosa de centésimas.
La bajada es bastante más acentuada en Enfermería, el segundo título con más solicitudes de acceso. La reducción menos acusada ha sido de 0,774 puntos y se ha dado en la facultad más grande, la de la Universitat de València, y la mayor se ha registrado en la Miguel Hernández (-0,945). Mayor variabilidad se puede encontrar en los grados relacionados con el Magisterio (Infantil y Primaria), pues se han reducido entre 0,326 y 0,728 puntos. Y sin contar la oferta de Florida, centro privado adscrito, donde se superan los dos.
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