Dolores Ruiz, madre y esposa de tres víctimas: «Lo tengo más que claro, si hubiesen puesto la alarma cuando tenía que ser, mis hijos y mi marido estarían vivos»
La vecina de Chiva ha asegurado que no tiene la capacidad para expresarse y que sus explicaciones son el infierno que vive por la pérdida de su familia
B. González
Valencia
Martes, 4 de noviembre 2025, 17:20
Dolores Ruiz, esposa y madre de tres de las 229 víctimas de la dana ha expuesto uno de los testimonios más emotivos de la comparecencia en la comisión sobre la gestión de la tragedia en el Congreso. Los propios portavoces municipales de todos los grupos han mostrado su empatía con ella.
Esta vecina de Chiva, que contando su relato se ha roto en muchas ocasiones, ha asegurado que si no se murió con su familia es «porque Dios no quiso», pero que se encuentra «muerta en vida».
«No traigo apuntes. Yo no sabía ni que existía el barranco del Poyo. No entiendo nada de eso y ya han hablado de eso Rosa Mª, Carmina y Ernesto. La explicación que traigo son las mías, de mi vida y mi familia. Pero sí entiendo cuando las persona no hacen bien su trabajo y el señor Mazón no hizo bien el trabajo», ha asegurado.
Al respecto ha indicado que cuando Mazón se fue a comer a El Ventorro, el barranco ya iba lleno de agua. «Él, a las seis de la tarde aún estaba comiendo tan tranquilo y mis hijos a las seis ya se habían ido y eso es injusto, eso es injusto», ha lamentado y ha preguntado que para qué sirve tanta tecnología, si luego no la utilizan.
«Lo tengo más que claro, que si hubiesen puesto la alarma como tenía que ser, mis hijos y mi marido estarían vivos, la casa no, pero ellos sí, porque después han puesto dos alarmas con tiempo y la gente no es tonta», ha asegurado.
Dolores ha comenzado su intervención indicando que se sentía «abrumada», por estar en esta comisión, «pero vengo por defender a mi marido y a mis hijos y a todas las familias que hemos perdido nuestros seres queridos, lo que más se quiere en este mundo. Estoy por ellos, para que se haga justicia», ha asegurado. Ha recordado que el domingo de antes del fatídico día, había juntado a toda su familia para comer porque el lunes, 28 de octubre, era su cumpleaños. «Era la persona más feliz del mundo», ha insistido en varias ocasiones.
A partir de ahí, rota de dolor, ha vuelto a contar «el infierno» que vivió el 29 de octubre. Ha contado que todo ocurrió a partir de las 4.30 horas. Su hijo menor, Javier, salió de casa para ver como iba el río, pues había estado lloviendo bastante durante toda la mañana, y que entró nervioso diciendo que se tenían que ir de allí, porque bajaba muchísima agua. «Salimos de la casa y ya nos costó trabajo abrir la puerta para salir fuera, que ya el agua venía por arriba de las rodillas y entonces como bajaba tanta agua, me subió mi hijo a la ventana de afuera de casa y a mi marido también conmigo al lado y un perrito pequeño, que lo tenía mi marido en las manos y mi hijo Javier se quedó con nosotros. Su perro y mi otro hijo se fueron a la otra ventana, pero bajaba tantísima agua, tan fuerte que mi marido le dijo, Jesús, baja el perro y súbete tú. Mi hijo le hizo caso a su padre y bajó al perro, el perro se le soltó y se le fue y él fue a por su perro. Mi otro hijo, detrás de él a ayudar a su hermano. También se lo llevó el agua y mi marido detrás de ellos. Eran las 6 de la tarde, cuando se habían ido los tres y los tres perros», ha relatado.
«El infierno y el sufrimiento que yo viví el día 29 de octubre, jamás se me va a olvidar», ha insistido y tras la intervención de los portavoces ha asegurado que agradcdía el sentimiento, pero el dolor no se le va a ir nunca. Me he quedado sin mi familia y voy a luchar para que se haga justicia«