El Consejo Escolar del Estado pide que los suspensos y la repetición de curso sean excepcionales
El órgano asesor del Gobierno también plantea que los exámenes sólo incluyan contenidos trabajados en clase
A. torices/j. batista
Martes, 7 de abril 2020
El Consejo Escolar del Estado, el órgano asesor en materia educativa del Gobierno, ha acordado proponer al ministerio y a las comunidades que impartan las instrucciones pertinentes para que tanto los suspensos como las repeticiones de curso se conviertan en algo excepcional en los niveles no universitarios (desde Infantil hasta Bachillerato o FP).
Aunque se trata de un planteamiento no vinculante, seguro que la postura se estudiará en la Comisión General de Educación convocada por el Ejecutivo, que es el paso previo, de carácter técnico, a la Conferencia Sectorial que la semana que viene reunirá a todos los consejeros españoles para valorar cómo terminar el ejercicio académico.
El Consejo Escolar, que engloba a los representantes de la comunidad educativa –profesores, padres, alumnos y expertos–, no llega tan lejos como las autoridades italianas, que han decidido dar el aprobado general a los estudiantes. Pero sí considera que dadas las circunstancias provocadas por la pandemia que obligó a suspender en marzo las clases presenciales «la evaluación final negativa y la repetición deben ser recursos realmente extraordinarios, mesurados y siempre adoptados por el equipo docente» de forma colegiada.
El consejo justifica su petición de alta flexibilidad a la hora de realizar la evaluación final en su convencimiento de que las autoridades educativas, entre las medidas que van a acordar entre esta semana y la próxima, «deben asegurarse de que ningún estudiante pierda el curso por la situación creada por el coronavirus».
No obstante, los miembros de la comisión permanente –reunidos de forma telemática– no llegaron tan lejos como pretendía la asociación de estudiantes Canae, que presentó una enmienda que acabó derrotada y que exigía al ministerio un cambio en la normativa básica que prohibiera expresamente la repetición.
La excepcionalidad en cuanto a los suspensos y repeticiones es la medida más llamativa del documento aprobado por el Consejo Escolar, válido tanto si fuera posible la reincorporación tardía a las aulas o si hay que continuar hasta el final con la vía online.
Además, se consideró que cualquiera que sea la evolución del estado de alarma, el calendario escolar no debe ser alterado y el curso tiene que terminar según estaba previsto (entre el 16 y el 19 de junio en la Comunitat). Ninguno de los colectivos son partidarios de alargar la enseñanza o las evaluaciones a julio y apuestan por continuar con la docencia de forma online y con volver a clase en las últimas semanas solo si lo permiten y consideran seguro las autoridades.
También entienden que mientras se mantenga la enseñanza telemática, la programación de la misma no puede implicar el retraso de los alumnos que no cuentan con los medios para seguirla, por lo que debe centrarse en el repaso de contenidos y competencias fundamentales impartidas desde el comienzo de curso hasta marzo. Y solo si se pueden reanudar las clases presenciales se podría incorporar algún otro contenido fundamental.
En este sentido, defienden que la evaluación del tercer trimestre, salvo retorno in extremis al aula, se realice desde casa, de manera telemática o por cualquier otro procedimiento que no discrimine a los estudiantes más desfavorecidos. Se centrará en los contenidos esenciales señalados –los dados en clase– y huirá del suspenso y la repetición. En este sentido, las universidades ya han tomado la decisión.
Además, dada la situación excepcional, si la evaluación del tercer trimestre es positiva debería servir para aprobar toda la asignatura aunque se tuviese algún suspenso parcial previo. Y con el mismo criterio, se superaría el curso o se obtendría la titulación. Una nota baja en el último tramo tampoco tiene por qué suponer un suspenso final, pues reclaman que funcione la evaluación continua y se tenga en cuenta, en ese caso, la marcha del alumno en los tres trimestres. El Consejo Escolar también aclara que la no realización durante este período de las tareas en casa cuando no haya sido posible no debería perjudicar al estudiante.
El documento también aconseja que la pruebas extraordinarias de recuperación, «en caso de que se consideren imprescindibles», se celebren en septiembre y no en junio o julio como es habitual desde hace años en muchas autonomías, como la valenciana. La idea es aprovechar al máximo la actividad lectiva de los días de junio.
Otra de las propuestas aprobadas ayer, presentada por Canae, consiste en pedir al Ministerio de Educación que «incorpore en la convocatoria de becas 2020-2021 cuantías relacionadas con la crisis provocada por el Covid-19, especialmente para aquellos estudiantes y familias más afectadas por la crisis». La idea es que los demandantes puedan argumentar problemas sobrevenidos por la pandemia, teniendo en cuenta que las circunstancias económicas que se utilizan en estas ayudas corresponden a ejercicios fiscales previos que no recogerían estas problemáticas.
Vuelta a la rutina
En cuanto a cuándo podrán los niños a volver a la rutina, los expertos consideran que serán de los últimos colectivos en hacerlo. Para Gabriel Reina, microbiólogo de la Clínica Universidad de Navarra, es «importante no perder el terreno ganado» levantando prematuramente el confinamiento. «La readmisión en las aulas creo que se alargará en el tiempo, aunque no se han visto especialmente afectados por la infección. Parecen tener un papel importante en la transmisión por su mayor actividad física y social. Es más difícil que ellos respeten las medidas de distanciamiento social», argumenta.
El fin de la cuarentena en los centros educativos será una decisión que se tome «con mucha incertidumbre y una información muy incompleta», opina Joan Ramón Villalbí, de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas). «Nos vendrá muy bien ver qué pasa en Italia», asevera, antes de advertir del peligro de que una laxitud de la reclusión se traduzca en la reaparición de casos.
¿Empezar el 1 de septiembre?
Por su parte, la confederación de Ampas Covapa planteó el viernes a la Conselleria de Educación la adaptación del calendario lectivo para poder recuperar días de clase presenciales. La propuesta no sólo apostaba por retrasar el final de las clases y acortar las vacaciones de Pascua (algo que no se contempla), sino también por iniciar el curso que viene el 1 de septiembre. En este sentido, el Consejo Escolar del Estado también debatirá esta idea el 5 de mayo, dentro de una batería de medidas a adoptar de cara al ejercicio que viene. Entre ellas, planes de refuerzo específicos para los alumnos más perjudicados por la crisis sanitaria.