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Fachadas del colegio Guadalaviar de Valencia recayentes a las avenidas Blasco Ibáñez y Aragón. Damián Torres
La concertada pierde peso con el Botánico

La concertada pierde peso con el Botánico

La red reduce su matrícula en 4.300 estudiantes en una legislatura marcada por las políticas a favor de la pública, que gana casi 6.000

Joaquín Batista

Valencia

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Sábado, 27 de abril 2019, 19:18

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La educación concertadaha perdido esta legislatura 4.302 alumnos frente al incremento de la enseñanza pública (+5.932), según los datos oficiales de la Conselleria de Educación reflejados en los dossiers facilitados al inicio de cada curso. Aunque en términos porcentuales la variación es pequeña teniendo en cuenta el volumen total de alumnado -más de 770.000 niños y adolescentes-, sí se aprecia la diferente tendencia, que se produce en un mandato donde la política educativa ha estado marcada por las medidas para potenciar la red pública -desde la apertura de centenares de aulas hasta la dotación de recursos exclusivos- y por las quejas, de palabra y por vía judicial, de la concertada, que en la práctica ha realizado la principal labor de oposición al Consell fuera de la arena política.

Los datos se extraen de comparar la matrícula cerrada del 2015-2016, primer ejercicio con el Botánico, con los datos del 2018-2019, que aunque se consideran los válidos para el curso actual tienen cierto grado de provisionalidad al calcularse en septiembre, y por tanto, ser objeto de variaciones con altas y bajas extraordinarias que llegan en meses sucesivos. LAS PROVINCIAS solicitó las cifras más actualizadas a la conselleria, pero no obtuvo respuesta.

En global, la red pública ha pasado de escolarizar a 547.629 alumnos desde Infantil hasta Bachillerato -incluyendo Especial y FP- a albergar a 553.561 (+1,08%). La concertada, que partía de 227.264 estudiantes, se sitúa actualmente en 222.962 (-1,89%). Si se hace la comparación llegando hasta el curso pasado, el último con datos definitivos, la diferencia es menor aunque la tendencia es la misma. La enseñanza pública ganó 5.454 alumnos entre el 2015-2016 y el 2017-2018 y la concertada perdió 2.341.

Observando las cifras más actuales (hasta el 2018-2019), el mayor descenso se produce en Infantil (-8,35%), si bien es cierto que también hay minoración en los centros públicos (-5,24%). Se trata de un nivel afectado de lleno por el desplome de la natalidad (y también por el descenso de la inmigración, que afecta además al resto de etapas), aunque son factores que inciden por igual en ambas redes. Sin embargo, la caída de la concertada es mayor.

Para hacerse una idea, la matrícula se ha reducido, en total, en 8.469 niños de entre tres y seis años. De estos 3.514 son de la concertada (41,5%) y 4.955 de la pública (58,5%). Sin embargo, el peso de ambas redes en el sistema valenciano en base al alumnado de todas las etapas es de un 28,7% y un 71,3% respectivamente. Es decir, se infiere que la concertada ha soportado una minoración superior si se compara con su presencia relativa en el sistema.

Entre las causas que pueden estar detrás de esta situación están las políticas educativas, con un crecimiento sostenido de las nuevas unidades de Infantil en la pública frente a la minoración o congelación de las concertadas, por no hablar de medidas como las reducciones extraordinarias de ratios en una treintena de municipios, que el sector ha judicializado por suponer la pérdida de puestos disponibles para las familias en centros que suelen tener más demanda. Sin olvidar las aulas de dos años en centros públicos, que contribuyen a fidelizar al alumnado. Al fin y al cabo, el niño que cambia de centro una vez escolarizado es la excepción, no la regla.

La segunda etapa donde más estudiantado pierde la concertada en términos porcentuales es Bachillerato (-5,34%), lo que contrasta con el aumento que experimentan los institutos (+1,02%). En este caso parece más clara la incidencia de las decisiones de la conselleria. Cabe recordar que en la renovación general de conciertos de 2017 se eliminaron medio centenar de aulas que hasta entonces disfrutaban de fondos públicos (tanto de 1º como de 2º).

El recorte provocó la protesta más multitudinaria contra el Consell en lo que va de legislatura y está actualmente judicializado en los tribunales. De los 21 centros afectados (uno de cada cuatro con Bachillerato concertado), 20 presentaron recurso y consiguieron una sentencia favorable en el TSJCV. Sin embargo, han sido recurridas de manera sistemática ante el Supremo, por lo que la mayoría (salvo los que depositaron el aval y pidieron la ejecución provisional del fallo) siguen sin haber recuperado el concierto.

La judicialización de las decisiones de la conselleria por parte de organizaciones de padres, sindicatos o patronales de la concertada no se ha limitado al recorte de aulas. Ha sucedido con el modelo lingüístico, con las ratios extraordinarias, el tratamiento de la asignatura de Religión, el bono infantil y los auxiliares de inglés (iniciativas que dejan fuera a la red) y con la obligación de aplicar el protocolo ideado para los centros públicos para atender a alumnos transexuales, pues consideran los recurrentes que choca con la libertad de establecer sus propios procedimientos de atención a la diversidad. Lo mismo ha sucedido con la orden de pago delegado, al considerarse que contraviene el convenio colectivo de la concertada o, como defienden USO y Fsie, porque recorta derechos docentes.

Volviendo de nuevo al peso de las redes en la Comunitat, si se compara con el resto de autonomías queda claro que no destaca en relación a las más pobladas, como se observa en el gráfico. Aunque se supera la media estatal, no es mayor que en Madrid o Cataluña. Los datos del ministerio otorgan a la red un 26,1% de alumnos frente al 28,7% que se desprende de las cifras de la conselleria. Más allá de que hacen referencia a ejercicios distintos y de que la diferencia es pequeña, esta puede explicarse en que los primeros incluyen el primer ciclo de Infantil, que no se cuenta en las segundas.

Medidas impugnadas

  • Modelo lingüístico. El decreto de 2017, el que vinculaba el inglés con el valenciano, fue recurrido (con fallo favorable) por Apas de la concertada, entre otras entidades.

  • Aulas. Además de los recursos contra el recorte de medio centenar de unidades de Bachillerato (todos con sentencia a favor), se impugnaron otros en Infantil o FP.

  • Ratios extraordinarias. Escuelas Católicas impugnó la bajada a 23 alumnos por aula para el curso 2017-2018. El TSJCV la anuló.

  • Religión. El tratamiento de la asignatura en Primaria y ESO ha sido impugnado por sindicatos (USO y Apprece) y el Arzobispado.

  • Bono infantil. La exclusión de la red privada y concertada de las ayudas para el primer ciclo de Infantil está judicializada por Feceval, Escuelas Católicas y Acade.

  • Auxiliares. Feceval ha recurrido la exclusión de la concertada del programa de auxiliares de inglés.

  • Protocolo. Las patronales y Fcapa llevaron a los tribunales la obligación de aplicar el protocolo ideado para los centros públicos para atender a alumnos transexuales.

  • Pago. La orden de pago delegado, recurrida por centros y sindicatos.

«El recorte afecta a las familias más que al colegio»

El colegio Guadalaviar de Valencia perdió el concierto en 2017 para sus dos líneas de Bachillerato. Aunque su recurso ante el TSJCV prosperó, están a la espera de que resuelva el Supremo. De momento, las han mantenido en régimen privado, lo que implica que los padres deban asumir una importante inversión económica cada mes. «El recorte ha perjudicado a las familias, no tanto al centro. De hecho el colegio puede funcionar y está funcionado sin concierto de Bachillerato, pero hay familias que han estado con nosotros desde que sus hijas tenían tres años y que no han podido seguir por no disponer de recursos económicos», señala la directora, Chus Bolinches. En este curso ha sucedido en 14 casos. «La gran mayoría de nuestras familias son de clase media, y también las hay en situación más precaria», añade. «El espíritu del centro es atender a nuestras familias con independencia de sus posibilidades económicas. La pena es que no podemos llegar a todas», explica. Para facilitar la continuidad en Bachillerato, la asociación de antiguas alumnas organizó el año pasado una cena solidaria para recaudar fondos para becas. Y para este ejercicio se prevé hacer lo mismo con un concierto solidario.

«La incertidumbre nos redujo la matrícula»

El colegio La Purísima Franciscanas de Valencia es otro de los que se quedaron sin fondos públicos para sus dos líneas de Bachillerato. En su caso consiguieron la suspensión cautelar del recorte y depositaron el aval exigido tras la sentencia favorable del TSJCV, por lo que en la práctica han mantenido el concierto durante estos años. Queda por saber qué sucederá en el Supremo. «Sufrimos una bajada de matrícula el primer año a raíz de la incertidumbre tras conocerse la eliminación, bastantes alumnos optaron por no continuar con nosotros», explica Javier Sebastián, el portavoz. Al ejercicio siguiente, con la seguridad del concierto, remontaron, y para el próximo «las expectativas son bastante buenas».

Fallos favorables

De los 21 colegios que perdieron el concierto en al menos una línea de Bachillerato, 20 recurrieron ante el TSJCV, consiguiendo un fallo favorable. La mayoría están a la espera del Supremo:

1. Calasancio de Alicante

2. Jesuitas de Alicante

3. Altozano de Alicante

4. Maristas de Alicante

5. La Salle de Alcoy

6. Sagrada Familia de Elda

7. Aitana de Elche

8. La Purísima de Alzira

9. M. Inmaculada de Carcaixent

10. Domus de Godella

11. Armelar de Paterna

12. El Vedat de Torrent

13. El Pilar de Valencia

14. S. C. Esclavas de Valencia

15. S. J. de Calasanz de Valencia

16. Santa Ana de Valencia

17. Guadalaviar de Valencia

18. La Purísima de Valencia

19. Loreto de Valencia

20 Trinitarias de Valencia

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