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Beatriz M. M., investigada por usurpar la identidad de un joven para perjudicarlo.

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Beatriz M. M., investigada por usurpar la identidad de un joven para perjudicarlo. Juanjo Monzó

La Comunitat sufre cada año más de 400 robos de identidad en internet

Venganzas, acoso sexual a menores o estafas con el amor como gancho son algunas modalidades delictivas en las que se usan los perfiles falsos

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Lunes, 26 de noviembre 2018, 20:01

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Copiar y pegar. Así de sencillo. Crear un perfil falso en chats, correos o redes sociales con fines maliciosos no es complicado. Internet está plagado de fotografías para abastecerse y ello favorece el incremento de delitos por usurpación de estado civil. Son los ladrones de identidades, los responsables de un amplio elenco de conductas dañinas: el vengador que busca perjudicar a otro y toma su rostro, como la presunta estafadora Beatriz M. M. que se hizo pasar por un exnovio de su amiga para perjudicar al joven haciendo creer que era él el que mandaba mensajes amenazantes. O el peligroso 'ejército' pederasta que se mueve en redes de adolescentes fingiendo ser atractivos chavales para conseguir imágenes sexuales de menores.

Las posibilidades son tan amplias como amplios son los tentáculos de la era digital: correos electrónicos, Instagram, Twitter y sus 'troles', Instagram o Tuenti, con su calado entre jóvenes y adolescentes... El problema del robo de identidades, por uno u otro canal, ha llegado a tal punto que el Ministerio de Interior ya distingue y cuantifica los delitos de usurpación de identidad, en general, y aquellos asociados al uso de ordenadores, móviles o tabletas.

Según el departamento del Gobierno, el año pasado las Fuerzas de Seguridad investigaron casi 1.400 delitos de identidades apropiadas en la Comunitat Valenciana. De ellos, 465 se produjeron en el mundo digital. Es decir, uno de cada tres casos. En los últimos cinco años se ha doblado los delitos de este tipo en internet en la Comunitat.

La ley sólo castiga los perfiles falsos que toman el nombre, el apellido o el apelativo artístico ajeno

Un caso reciente es el del estafador conocido como Don Juan de Marín. Se especializó en engañar a mujeres en webs de citas con perfiles falsos en los que se disfrazaba con otros nombres y simulaba tener profesiones que llamaban la atención.

¿Cómo logran los delincuentes de perfil falso captar a sus víctimas? Lo explica Margarita Cuasante Sánchez, jurista especializada en delincuencia en internet y protección de datos personales. Una de las técnicas «es la ingeniería social, manipular a la víctima con herramientas psicológicas y habilidades sociales, apelando a la curiosidad, la solidaridad o la ingenuidad para que se ejecuten ciertos actos lucrosos para el autor de la manipulación». Suele haber una fase previa de 'espionaje': «repasar el perfil, fotos y mensajes que publica un sujeto en alguna red social para conocer sus gustos, inquietudes y trabajo. A partir de ahí el usurpador cuenta con los elementos necesarios para generar confianza en la posible víctima».

«Quiero estar ya cerca de ti, envía 500 euros para el vuelo»

Las estafas de las 'falsas rusas', una de las más habituales con perfiles falsos, está a la orden del día. Un valenciano, Victor Manuel Fernández, estuvo a punto de caer en la trampa en 2011 : un rostro atractivo, un nombre, unos mensajes de tonteo y después, la petición de un ingreso para viajar a España a conocerlo. «Quiero estar ya cerca de ti, envíame 560 euros para el vuelo», le decía aquella misteriosa Darya Prokopiec. «La conocí deambulando por perfiles de Facebook. Ahí estaba ella: rubia, ojos azules, aparente empleo de contable» y con un desesperado anhelo de salir de Rusia para abrazar al valenciano. Darya era sólo un disfraz virtual de los estafadores que operan a nivel planetario a la caza del dinero ajeno.

Afinidades artificiales

En el ámbito de la pederastia, «cuando el perfil falso se crea para contactar con menores de 16 años con ánimo de obtener contacto físico con ellos, el 'child grooming', basta con emplear imágenes, descargadas de perfiles de otros menores con un aspecto atractivo, e ir seleccionando fotos conforme se desarrollen las conversaciones y crezca la confianza». En estos casos «si a la víctima le gustan los deportes, enviarán imágenes haciendo ejercicio. Si es amante de los animales, fotos con mascotas. Así se genera el marco de supuesta afinidad encaminado al contacto sexual», detalla la experta.

Otro modelo delictivo habitual es el del estafador sentimental o de las novias. Sustrae imágenes de cuentas ajenas o con la participación de personas físicamente agraciadas para captar la atención de las víctimas. «Se va ganando la confianza de sus presas hasta llegar a encuentros físicos que requieren de pago de cantidades de dinero para efectuarse», advierte Cuasante. En estos casos, el pícaro primero reclama pequeñas cantidades para comprar una maleta para el viaje o para renovar el pasaporte. «Pero poco a poco va pidiendo más hasta solicitar miles de euros para solventar situaciones inventadas». Por ejemplo, «para contratar a un cuidador para un supuesto familiar enfermo que no puede quedarse solo mientras el 'novio' o 'novia' pasa un tiempo con la víctima» en ese hipotético viaje para conocerse en persona

Otras veces el cepo es la solidaridad. Estafadores sin escrúpulos que requieren de ayuda ajena para niños enfermos que necesitan asistencia médica o desastres humanitarios. También aquí individualizan las campañas. «Si un sujeto es muy activo en redes sociales en la lucha por los derechos animales, la campaña será para ayudar a una protectora», alerta la experta en Derecho y delincuencia digital.

Pero no todo perfil falso es castigable. Para que así sea debe servirse de los nombres y apellidos ajenos o nombre artístico. De hecho, ahonda, «es muy común el uso de variantes sobre nombres de famosos a efectos de parodia pero que no dan lugar a equívoco ya que los usuarios entienden que se trata de clave de humor».

Entra en juego el delito «cuando se emplean nombre y apellidos ajenos o nombres artísticos de otros y se actúa en redes como si fueran ellos. Aquí se genera un engaño que lleva a los demás a relacionarse con un sujeto por el hecho de pensar que realmente es el simulado», aclara Cuasante.

Para evitar engaños es útil la verificación de cuenta de la red social en las que el usuario ha de probar ser quien declara. Pero según la jurista, «las redes sociales lo permiten exclusivamente cuando han reportado varias suplantaciones, por lo que es una medida de tipo reactivo y no preventivo».

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