La CHJ estudiará el efecto conjunto de las crecidas del Júcar y el Magro
La dana obliga a actualizar los informes realizados para el Plan Global de Inundación de la Ribera del Júcar del año 2000
A. Talavera
Alzira
Miércoles, 5 de noviembre 2025, 17:30
El Júcar es un río caracterizado por un régimen extremo de caudales, con importantes crecidas que provocan inundaciones y causan daños considerables en los terrenos ... que se ven afectados. Así se explica la idiosincrasía de este cauce en el Plan para la recuperación y mejora de la resiliencia frente a las inundaciones en el territorio afectado por la dana. Durante el episodio del mes de octubre del año pasado, el Júcar resistió en gran parte las elevadas aportaciones que llegaron de sus afluentes, principalmente el Magro. Los daños más graves que causó se debieron a la rotura de la mota de Riola que provocó la inundación de esta localidad y de parte de Polinyà. El resto de la crecida fue asumida por los terrenos colindantes al río.
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Sin embargo, la dana ha puesto de manifiesto que es necesario actualizar los estudios que en el año 2000 se incluyeron en el Plan Global frente a la Inundación en la Ribera del Júcar que realizó la Confederación Hidrográfica del Júcar, CHJ, y que ha definido un marco de referencia para las actuaciones en el bajo Júcar.
En este sentido, el Plan para la recuperación tras la dana apunta que habría que tener en consideración que una crecida extraordinaria del río Magro podría coincidir con otra crecida también extraordinaria del río Júcar. Por ello, «resulta preciso estudiar el efecto conjunto de ambas crecidas, actualizando los estudios que se hicieron en el Plan Global». El Júcar resistió en parte el 29 de octubre porque las lluvias en la zona de la Ribera Baixa no fueron tan intensas como en otras ocasiones por lo que pudo aguantar la gran crecida del Magro. Mucho más grave hubiera sido la situación para los municipios ribereños si el cauce del conocido como 'devastador' hubiese ido lleno aquel histórico día.
El Plan definitivo del Ministerio para la Transición Ecológica, MITECO, no contempla nuevas actuaciones en el Bajo Júcar si no que recuerda las que ya están en marcha como la redacción del proyecto para ampliar la capacidad de la presa de Bellús, que aliviará la carga del Júcar, u otras reivindicadas desde hace décadas para proteger zonas urbanas de Alzira y Carcaixent.
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Se trata de la adaptación a la inundabilidad del Barranco de la Casella de Alzira y las obras para reducir el riesgo de inundación del Barxeta en Cogullada que están previstas que empiecen las obras el próximo año. Todas estas actuaciones ascienden a 46 millones de euros.
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