La CHJ informa a la jueza que tenía a 50 agentes medioambientales vigilando barrancos, pero omite dónde
Polo señala a la jueza que dispone de 50 agentes para 45.000 kilómetros cuadrados y que efectuaron su labor de manera «itinerante» y dependiendo de las condiciones meteorológicas
La magistrada de la dana acordó hace unos días una de las escasas diligencias dirigidas a conocer el papel de la Confederación Hidrográfica del Júcar ( ... CHJ) y, en concreto, de sus agentes medioambientales. La institución, dependiente del Gobierno central, ha remitido ahora su contestación donde sostiene que medio centenar de profesionales se dedicaron a la vigilancia de barrancos en toda la demarcación de la CHJ. Pero, ¿y qué superficie comprende? Pues más de 45.000 kilómetros cuadrados repartidos entre cinco comunidades autónomas. Este territorio, a su vez, está dividido en 42 sectores. En cada uno de ellos, con un promedio, de 995 kilómetros cuadrados ejerce un agente en solitario con un vehículo todoterreno o todocamino. No parece tampoco una gran dotación de personal.
El día de la dana, los agentes y guardas en activo (descontando bajas. vacaciones y permisos) ascendieron a 50, según ha informado Polo a la jueza. Estos profesionales se desplegaron por todo el territorio de la demarcación. La CHJ recuerda en este dosier que los avisos meteorológicos de AEMET afectaban a lodo el territorio en diferente grado.
El informe de la CHJ, que lleva la firma del propio Polo, explica que los agentes realizaron «labores de control y vigilancia propias de sus funciones, recabando y transmitiendo información al Servicio de Policía de Aguas y al Comité Permanente de la CHJ». Completaron su función de vigilancia «de forma itinerante» desplazándose en la medida que las condiciones meteorológicas lo permitieron. Asegura Polo que estuvieron en los puntos que pudieran «ser más conflictivos» en cada momento en base a su conocimiento sobre el terreno. Sin embargo, no informa sobre qué lugares vigilaron in situ como podrían ser el barranco del Poyo, Horteta o Gallego ni durante cuánto tiempo se prolongó ese trabajo.
Por último, señala el dosier que no hubo en ningún caso una solicitud de colaboración por parte del mando único a cargo de la emergencia ni durante la fase de preemergencia ni una vez declarada la fase de emergencia. Este último dato evidencia que la vigilancia de los barrancos es una competencia compartida entre ambas administraciones, tal y como recoge el Plan de Inundaciones.
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