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Urgente Bertín Osborne y Taburete, entre los artistas de los Conciertos de Viveros 2024

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De encuestas y estudios sociológicos uno ya ha visto de todos los colores. Al bueno de Héctor Esteban le gusta recordar aquel sondeo que un exlíder de Unió Valenciana nos hizo llegar hace tiempo a este periódico. Una especie de carta a los Reyes Magos en la que la formación valencianista, ya en su ocaso, parecía recuperar toda la fortaleza exhibida en época de González Lizondo. Una encuesta que «una empresa muy seria» -nos explicó aquel responsable, ahora en otra formación política- había elaborado para ese partido y que reunía todas las características de credibilidad y veracidad necesarias para su publicación. Todo bien hasta que caímos en la cuenta de que sumados los escaños de todos los partidos, no salían los entonces 89 diputados de Les Corts. Eso podía ser un error, claro está. La forma de resolverlo -«ponle dos más a nuestro partido y uno a ese otro»- fue la que terminó de confirmarnos que aquella encuesta tenía mucho más de expresión de un deseo que de retrato siquiera cercano a la realidad. Recuerdo también aquel otro titular publicado en un medio que advertía, justo la víspera de las autonómicas de 2007, de la incertidumbre del resultado de aquellos comicios. Sostenía ese rotativo que el PP nunca había estado tan cerca de perder su mayoría absoluta, y se apoyaba en encuestas de opinión que así lo reflejaban. Un día después, el PPCV obtenía 54 de los 99 escaños en juego... Las encuestas dan juego a partidos y medios de comunicación pero hace tiempo que nadie las considera dogma de fe. El CIS ha publicado esta semana un estudio sobre las elecciones catalanas del 21-D. Un excelente resultado para Ciudadanos, que se disputaría la victoria con ERC, por delante ambos del partido de Puigdemont. El Periódico publicó también su propio sondeo, quizá más afinado, en el que el partido de Junqueras aventajaba en uno o dos escaños a Junts per Catalunya, y en el que Inés Arrimadas y Miquel Iceta se disputaban la victoria entre los partidos constitucionalistas. En ambas encuestas, el PP de García Albiol apenas obtenía seis o siete escaños. Seis o siete de 135 diputados, que se dice pronto. Sorprende la parsimonia con que la calle Génova parece haberse tomado esos resultados, incluso aunque solo sean encuestas. Vale que Cataluña no es terreno fácil para los populares. Pero que el partido que sostiene al Ejecutivo central pase por alto el enésimo batacazo en esa región, mientras Ciudadanos prosigue su ascenso, resulta chocante. Cuando lleguen las próximas elecciones nacionales el PP tendrá que plantearse si tiene bastante con el 33% de voto que logró en las últimas generales o si toma alguna medida para mejorarlo. Igual entonces se acuerda de Cataluña.

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