Un año sin Sánchez en la zona cero
Huida de Paiporta. Los vecinos que vivieron la visita del presidente del Gobierno a los pueblos afectados por la dana todavía se preguntan para qué fue y claman por la falta de ayudas estatales
De las cientos de imágenes que, por desgracia, nos deja la dana una de las más icónicas es la huida del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de Paiporta hace ahora un año. Ante un pueblo dolido, triste y, claro, abandonado, el enfado natural se dirigó contra la figura de Sánchez, que hacía apenas 24 horas había pronunciado la famosa frase «si necesita más recursos (la Generalitat), que los pida», lo que se interpretó como una dejación de funciones y se pervirtió hasta el ahora asentado «si necesitan ayuda, que la pidan». En ese contexto, Sánchez sufrió insultos, abucheos y lanzamiento de barro y tuvo que huir. Se quedaron los Reyes y el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. Un año después, la indignación en Paiporta ha caído, evidentemente, pero se ha visto sustituida por un desapego hacia la política que hace que los encuestados para este reportaje se encojan de hombros cuando se les pregunta si les habría gustado que Sánchez volviera a pisar la zona cero: «¿Para qué?».
Para el ojo poco entrenado, Paiporta parece un pueblo normal. Tiene sus negocios abiertos, las señoras que comentan su día a día en los cruces de peatones («ella ho traurà, que és molt llesta»), sus terrazas llenas de trabajadores que almuerzan bocadillos que en cualquier otra parte del mundo serían una comida entera... Pero la realidad es que todavía hay huellas de la catástrofe: unos trabajadores pintan la escalera de bajada a un parking, en un local se ve una señal de «se alquila» en una puerta donde todavía se puede distinguir la marca del barro y en aquel parque todavía hay restos de basura. En este contexto, no es de extrañar que los vecinos clamen por las más ayudas.
«No sé ni para qué vino, con lo que han hecho... Yo creo que debería haber venido cuando hubieran hecho algo, pero claro, es que todavía, un año después, no han hecho nada», comenta Jordi Urpí, que trabaja en una librería-papelería situada a escasos metros de la confluencia entre las calles Valencia, Maestro Palau, Maestro Chapí y la avenida Francisco Císcar. De una opinión similar es Puri Jaramillo, que regenta un bar situado en una calle localizadas a escasos metros. «La verdad es que eligieron el peor momento para venir. No sé ni para qué vino. Es entendible lo que pasó ese día, porque por aquel entonces aquí no había llegado nadie del Ejército ni del Gobierno», lamenta Puri, que insiste en el problema de las ayudas: «Tienen demasiada burocracia. Algunas son fáciles de pedir, sí, pero la mayoría requieren mucho papeleo». Puri, como otros entrevistados en este reportaje, ha reabierto y su local está lleno hasta la bandera. Demos gracias por los pequeños milagros. Álex Sashow, que también posee una cafetería muy cerca, se pregunta «qué venía Pedro Sánchez» a hacer a Paiporta. Él, que estuvo en la rotonda aquel día y que reconoce que le dijo «más que a un perro», insiste en que la visita era «totalmente innecesaria».
Por su parte, Maribel Soria cree que el Gobierno llegó «demasiado tarde». No se refiere a la presencia del presidente, sino a la ayuda. Explica cómo, en esos primeros días, no se dejaba acceder a los tractores que querían entrar en Paiporta a ayudar a retirar enseres o barro. «No dejaban entrar a quienes venían a ayudar. La gente vino andando desde Valencia, ¿cómo puede ser que el Ejército no pudiera hacerlo?», se pregunta. Maribel, que ha podido reabrir su hamburguesería, insiste en que aquel día «el enfado era contra Sánchez y Mazón» (Álex llega a decir que menos mal que el presidente no fue «porque se habría liado», pese a que sí estuvo, pegado al Rey), no contra los Reyes. «Se agradece su visita, pero había mucho enfado y mucha rabia», asegura. Maribel explica que ella ha llegado a renunciar a ayudas porque «luego tienes que devolver la mitad». «Esto», dice mientras señala alrededor, «lo he podido reabrir gracias a la gente que nos ha ayudado», y repite otra frase que se ha hecho famosa: «Sólo el pueblo salva al pueblo».
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