Las aguas negras toman la Albufera por la falta de la quema de la paja del arroz
Los agricultores reclaman a la CHJ que suelte agua para subir el nivel en el humedal y poder regenerar o «morirán los peces»
R. González
Valencia
Martes, 4 de noviembre 2025, 14:51
Las aguas negras han comenzado a tomar la Albufera al no haber podido quemar la paja del arroz. Las últimas lluvias han desencadenado en los ... Tancats de la zona honda lo que temían los agricultores. Se ha puesto en marcha el proceso de putrefacción de esos restos y ese agua ha empezado a llegar a los canales y al humedal, según denuncia el presidente de la agrupación de Tancats de la Albufera, Vicente Aleixandre.
«Como ahora estamos en la temporada de la 'perellonà', esa paja se ha cubierto, se está pudriendo y está saliendo un agua negra a la Albufera», ha relatado, y ha remarcado que «se puede ver que eso es veneno». En el caso de los tancats, el agua está mejor porque se va filtrando y va saliendo. Sin embargo, eso no está ocurriendo en el humedal.
La conselleria autorizó la quema de la paja para deshacerse de esos restos tras la cosecha. Sin embargo, «¿cómo lo vas a hacer si empieza a llover y se cubre de agua la paja?», ha puntualizado Aleixandre. Cuando parecía que el tiempo mejoraba, llegó la nueva dana y se volvió a humedecer, lo que imposibilitaba el pegarle fuego. Todo ello ha derivado en que se haya podrido y que esta materia descompuesta esté llegando a la Albufera en forma de aguas negras que parecen «chocolate».
De no actuar de forma inmediata, la situación puede tener terribles consecuencias. «Morirán los peces, las llisas, las anguilas…», augura Aleixandre. A eso hay que sumarle el hedor procedente de esas aguas negras, ya que «las acequias están llenas de ese veneno y a la gente que vivimos aquí el olor nos mata».
La solución pasa por la suelta de agua. Por ello, el representante de los agricultores de los Tancats ha pedido a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y al Ministerio para la Transición Ecológica, del que depende ese organismo, que manden aguas a la Albufera «desde los pantanos de arriba, desde las depuradoras, desde todas las zonas». En este momento lo que necesitan es que les envíen caudales para subir el nivel actual. Entonces podrán soltar esas aguas por las golas, por las compuertas. De esta forma se podrá limpiar y regenerar.
En caso de no elevar la cota de forma considerable, «las aguas irán bajando cada vez más y el veneno se quedará allí, con los problemas que acarreará para toda la fauna y la flora de la Albufera», ha insistido. Vicente Aleixandre ha recordado las palabras del presidente del Gobierno hace un año con motivo de la dana y las ha aplicado a esta situación. «Dijo que si querían ayuda que me la pidan» y eso es lo que ha hecho. «Los agricultores de la Albufera que estamos en la zona de los tancats y los ciudadanos de la zona de las pedanías pedimos ayuda a quien tiene las competencias, a la Confederación y al Ministerio», ha reclamado.
De momento ya le han comunicado la situación al Ayuntamiento de Valencia y a la Generalitat. También le trasladará el problema a AVA-Asaja. Espera que entre todos hagan fuerza en la CHJ para solventar este problema.
La presencia de aguas negras y la reclamación de los arroceros se produce tras un mes de octubre complicado. Las lluvias trastocaron las previsiones de los agricultores. Además de las pérdidas en el tramo final de la cosecha, las precipitaciones mojaron la paja y no pudo ser quemada, que es el procedimiento más habitual, ni tampoco retirada.
Al comienzo de la campaña, la Generalitat ofreció precisamente a los arroceros la posibilidad de retirar la paja a través de la empresa Vaersa. Los chubascos de septiembre y del pasado mes no favorecieron que los agricultores apostasen por esta opción. Con los campos casi impracticables, la maquinaria que debía entrar para empacar los restos no podía acceder ya que se hundía en el barro.
Ante ese obstáculo, el Consell les pidió que sacaran de los campos la paja del arroz y que la amontonaran en espacios públicos, para desde allí retirarla desde los servicios de las consellerias. Esta opción tampoco tuvo mucho éxito, así que buena parte del los restos se quedaron en los arrozales.
Como ha recordado Aleixandre, en estos momentos «estamos en la temporada de la perellonà» , la inundación invernal de los campos, y «esa paja se ha cubierto y se está pudriendo». Eso hace que crezca la preocupación por la putrefacción de la paja, que ya se está dando, y por la mortandad de peces ante episodios de anoxia, cuando se acaba el oxígeno en el agua. De hecho, el pasado mes ya aparecieron algunos ejemplares muertos en la gola de El Perelló. Y un par de semanas después se hallaron más en aguas del parque natural.
En un principio, la Conselleria de Medio Ambiente barajó la posibilidad de efectuar un envío de agua extraordinario a la Albufera, lo que permitiría su oxigenación y paliaría la mortandad. Sin embargo, las posteriores lluvias hicieron que se aparcara esa alternativa porque los niveles de anoxia ya no eran preocupantes. Ahora, tras este episodio de aguas negras, los arroceros han instado a la CHJ a que les manden más caudales para que se limpie la zona afectada.
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