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El Ebro vierte cada año al mar el equivalente a ocho trasvases

El plan de cuenca del río prevé una reducción del 5% de las lluvias en los próximos 25 años, mientras la demarcación del Júcar perderá el 30%

M. BUITRAGO/D. G.

Lunes, 12 de octubre 2015, 22:42

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El río Ebro ha desaguado al mar una media de 9.240 hectómetros cúbicos anuales en el periodo comprendido entre 1980 y 2013, según revela el plan de cuenca aprobado recientemente. Este caudal es ocho veces superior a las transferencias previstas en el trasvase del Ebro que fue derogado en el año 2004.

Indica, asimismo, que el cambio climático tendrá un impacto bajo en dicha cuenca, ya que prevé que las lluvias diminuyan un 5% en los próximos 25 años. Paralelamente, y durante los próximos 30 años, los ya escasos recursos hídricos de la cuenca del Júcar sufrirán un descenso cercano al 20% de media, aunque en algunas zonas, precisamente las más sensibles como la cabecera de los ríos Júcar y Cabriel o la zona sur de la provincia de Alicante, la caída podría alcanzar el 30%, según el estudio elaborado por Jose Esteban Capilla, investigador del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València, en colaboración con otros dos investigadores de la institución, Miguel Ángel Pérez y Vicente Chirivella.

Por otra parte, la desembocadura del Ebro en Tortosa no experimentará grandes cambios en el horizonte del año 2033. Las aportaciones medias estimadas, corregidas por el efecto del cambio climático, alcanzarán los 13.850 hectómetros anuales en la estación de aforos de Tortosa, cuyos registros son utilizados para calcular el agua que llega a la desembocadura.

La Generalitat presentó en mayo alegaciones al plan de cuenca defendiendo la viabilidad del trasvase del Ebro, al considerar que hay más de 4.000 hectómetros cúbicos de excedentes en la desembocadura, una vez descontado el caudal ambiental exigible para la zona del delta. El anterior Consell mantuvo una postura más reivindicativa sobre el trasvase del Ebro, a diferencia del actual Gobierno autonómico y el Ejecutivo murciano, que silenció su posición y su beligerancia sobre este proyecto cuando Mariano Rajoy llegó a La Moncloa.

El Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex) realizó un estudio para evaluar el efecto del cambio climático en las lluvias y en los recursos naturales de las cuencas hidrográficas, tomando en cuenta además las proyecciones climáticas establecidas por la Agencia Estatal de Meteorología. En el caso del Ebro, la disminución de precipitaciones para el periodo 2011-2040 es del 5%. Así quedó reflejado en el anterior plan de cuenca y se mantiene en el nuevo, en el que no se hace referencia al carácter deficitario del Ebro, sino que se detectan problemas localizados en algunas zonas de la margen derecha del río. Los regantes valencianos siempre hacen referencia a este citado informe del Cedex para sustentar sus reivindicaciones a la hora de reclamar agua del Ebro.

Este informe, además, fue anterior a otro estudio de la Universidad de Zaragoza que concluyó que no estaban descendiendo las lluvias en el Ebro. Entre ambos, la Confederación Hidrográfica del Ebro consideró que la mayor parte de los estudios «coinciden en señalar en que se producirá una disminución de las precipitaciones y un incremento de la temperatura», lo que incidirá en la evapotranspiración y en la disminución de los recursos naturales.

El plan de cuenca certifica que en el periodo 1980-2013 se desaguó en el mar una media de 9.240 hectómetros cúbicos anuales. En el peor ejercicio se registraron 3.891 hectómetros; y en el más favorable se llegó a los 18.117. En el próximo escenario de planificación, los caudales esperados en la desembocadura tendrán una media de 13.892 hectómetros.

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