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EFE
ALICANTE.
Jueves, 27 de junio 2019, 01:03
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Un hombre acusado de matar el año pasado en Alicante a la hija de su vecina tras asestarle 68 puñaladas por causar molestias de ruido y no dejarle dormir declaró ayer que no recordaba nada sobre lo sucedido y que «oía voces».
En la primera sesión del juicio con jurado sobre esta causa que se celebra en la Audiencia de Alicante, el procesado sostuvo que no podía explicar lo ocurrido y que sólo recordaba que «oía voces» y que «se encontró ante una encerrona» en la que creía que le «perseguían» y le «hacían seguimientos constantes».
También señaló que el mismo día de los hechos había consumido cocaína, marihuana, alcohol y varios medicamentos.
En relación con los ruidos atribuidos a su vecina, residente en el piso superior, el acusado manifestó que los «escuchaba» y que, para él, «eran risas y susurros que se burlaban» de él, además aseguró que «veía sombras» y que creía que su vida corría peligro.
Así, señaló que ahora, después de varios meses en prisión preventiva, se ha dado cuenta «de lo que ha pasado», de que había «matado a una persona inocente que no tenía nada que ver» con su mundo, y pidió perdón «a toda su familia».
En esta línea, sostuvo que él nunca había amenazado a su vecina, ni a la hija de ella, aunque sí admitió que tuvo una pelea con el marido de esta última relacionada con su coche, por la que él resultó condenado por lesiones, tras darle un cabezazo. Respecto al suceso, el acusado insistió una y otra vez en que «no recordaba nada» y en que «se quedó en estado de shock».
También alegó que se encontraba en una mala situación personal, después de que su madre falleciese hacía un año y que, por eso, había solicitado ser ingresado.
Los hechos se produjeron el 28 de marzo de 2018 en la calle doctor Jiménez Díaz de Alicante.
De acuerdo con el escrito de calificación del Ministerio Público, el ahora procesado esperó a que su vecina, María Pilar, de 92 años, y su hija, África, de 58, saliesen del ascensor de la finca en la que residían para cogerla a esta ultima por el cuello, arrojarla al suelo y asestarle hasta 68 puñaladas con la navaja de 10 centímetros de hoja que portaba.
La Fiscalía solicita al procesado una pena de 25 años de prisión por un delito de asesinato y otros 18 meses de cárcel por amenazas, además del pago de una indemnización de 150.000 euros al marido de la víctima, de 100.000 a cada uno de sus hijos y de 75.000 a su madre.
El padre del supuesto autor del asesinato también se sienta en el banquillo de los acusados por un presunto delito de amenazas.
Según el escrito de la Fiscalía, después de que su hijo le alertase de lo que había sucedido, bajó al rellano de la finca, en la que se encontraba María Pilar, tras personase la Policía, y se dirigió a ella para advertirle de que «hacía tiempo que tenían que haberlo hecho».
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