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Detalle de peces muertos en el vaso del pantano de Amadorio, en La Vila Joiosa, en imagen captada ayer mismo.

No queda agua ni para los peces

Los embalses de la provincia languidecen y el campo se seca ante la alarmante falta de precipitaciones

Bernat Sirvent

Domingo, 3 de julio 2016, 00:33

Ni agua ni oxígeno para las especies propias de los embalses alicantinos como carpas comunes, espejos y 'black bass'. El vaso del pantano del Amadorio, desde donde se abastece tradicionalmente la gran metrópoli del turismo, Benidorm, así como la vecina La Vila Joiosa, ofrecía ayer mismo un aspecto más desolador del que ya registra en el último año. Con apenas un 12% de agua embalsada del total de su capacidad (solo 2,05 de los 15,8 hectómetros, según el último parte del estado de los pantanos de la Confederación Hidrográfica del Júcar de esta misma semana), no era difícil observar decenas de peces muertos, como los que aparecen en la imagen superior.

La situación no para de empeorar debido a un registro pluviométrico que sigue marcando récords a la baja en todas las comarcas alicantinas, del norte y sur de la provincia. En el pantano vecino de Guadalest, la situación no es precisamente más boyante. Apenas está al 17,78% de su capacidad, con solo 2,31 hectómetros de los 13 que le caben. Un poco más arriba, en el Comtat, el de Beniarrés está al 15,7% de su capacidad, con solo 4,25 hectómetros de los 27 que le caben. Y en los tres casos sigue bajando su nivel.

Esta dramática situación, que seca el campo tanto en sistema de regadío como de secano por falta de precipitaciones desde hace muchos meses, ha obligado al Ministerio de Medio Ambiente a acelerar la obra de mejora del canal Rabasa-Fenollar-Amadorio para impulsar agua desalada de la planta de Acuamed de El Campello, la cual se diseñó originariamente para abastecer solo a la comarca de l'Alacantí y la capital y, en caso de necesidad, la Marina Baja.

En la mitad sur de la provincia, la situación no es tampoco mejor, ni mucho menos. La extrema escasez de lluvias en el curso medio y alto de la Confederación Hidrográfica del Segura obligó el pasado viernes al Gobierno a prorrogar otro año más el decreto de sequía con medidas excepcionales que durarán hasta septiembre de 2017. Como poco.

El indicador global de la cuenca (el que aglutina los subsistemas de cuenca y trasvase) está en una situación de prealerta, con tendencia desfavorable. Los embalses de la demarcación están al 35% de su capacidad, con solo 404 hectómetros almacenados. El pasado año hubo 649 hectómetros. Las medidas de excepción en las cuencas del Segura y del Júcar estarán vigentes hasta el 30 de septiembre del próximo año.

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