Sientan en el banquillo a una trama a la que se atribuyen estafas con préstamos
La Audiencia Provincial de Alicante juzgará a tres acusados de formar parte de un entramado que se dedicaba a falsificar documentación para dar la apariencia de personas solventes
Luis Candela
Sábado, 9 de enero 2016, 00:32
La Audiencia Provincial de Alicante juzgará a partir del próximo lunes a tres acusados de formar parte de un entramado que se dedicaba a falsificar documentación para dar la apariencia de personas solventes. De este modo, accedían a préstamos para financiar la compra de vehículos, principalmente, pero el dinero nunca volvía a las entidades financieras. Así, según sostiene el Ministerio Público, lograron estafar un total de 55.370 euros a varias firmas entre los años 2004 y 2005.
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El representante del fiscal les reclama a los tres imputados penas que van desde los tres años de prisión a los casi siete años entre rejas, y que en total suman doce años de cárcel, por los delitos continuados de falsedad en documento público en concurso ideal con un delito continuado de estafa y varios delitos de usurpación. Al parecer, la cabecilla se valía de personas indigentes a las que hacía pasar por personas con los suficientes recursos económicos para devolver el dinero prestado.
Según relata el representante del fiscal en su escrito provisional de calificaciones, dos de los acusados acudieron en diciembre de 2004 a uno de los concesionarios de Alicante, para financiar un vehículo por valor de 20.723 euros. Para obtener el préstamo, supuestamente entregaron documentación falsa de nóminas y patrimonio en casa para avalar la compra. Según consta en las investigaciones, el dinero nunca se pagó.
Lo mismo ocurrió al año siguiente cuando se presentaron en una entidad para solicitar varios préstamos personales por importe de 10.000 euros y 19.000 euros. Semanas después, formalizaron una línea de crédito con un conocido hipermercado con el que contaban con 600 euros a gastar todos los meses. La trama diversificaba los golpes, pues también acudieron a mercantiles de venta de bienes, siempre financiados, y a otro concesionario en la capital alicantina. Allí, financiaron la compra de otro vehículo valorado en 23.000 euros. Sin embargo, un infracción de tráfico resultó fatal para los acusados, pues los pillaron con el recibo de un seguro supuestamente falsificado.
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