Bonig logra el sí de Génova al Estatuto de Autonomía

La nueva líder de los populares de la Comunitat, Isabel Bonig, confirmó que su partido votará sí, el próximo miércoles, a la toma en consideración de la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía, que se debatirá en el Congreso de los Diputados.

Bonig, que 24 horas antes había evitado garantizar el voto favorable de su partido a la iniciativa -un respaldo que permite dar por aprobada la iniciativa, que de esta forma iniciará su tramitación parlamentaria-, terminó asegurándolo ayer. «El PP va a votar a favor del Estatuto», dijo. La reforma valenciana obliga al Ejecutivo central a situar el porcentaje de inversiones de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) en la Comunitat Valenciana equivalente al peso de su población, un 10%.

La trascendencia del anuncio de la dirigente popular es mayor desde el punto de vista político que por lo que se refiere a su eventual aplicación práctica. Existen algunas dudas respecto a los efectos reales de la aprobación el miércoles de la toma en consideración, tanto por lo que se refiere a su tramitación -tendrá que retomarse en el próximo periodo de sesiones, porque la convocatoria de elecciones generales impedirá completarla- como por su aplicación, puesto que el Tribunal Constitucional ya se ha pronunciado en contra de que cláusulas como ésta recogidas en Estatutos de Autonomía condicionen las decisiones económicas del Ejecutivo central.

Pero para el PPCV, y para Bonig, lo que estaba en juego era otra cosa. Esta reforma del Estatuto de Autonomía valenciano llegó a retirarse hasta en cuatro ocasiones del orden del día del pleno del Congreso -se presentó en 2011- ante la imposibilidad de garantizar el visto bueno del grupo popular en Madrid a la propuesta. Cuatro negativas a debatir y votar la propuesta, que llevaron incluso a varios dirigentes populares a solicitar a la dirección del PPCV encabezada por Alberto Fabra a solicitar la retirada de la propuesta. La iniciativa no se retiró y se convirtió en el exponente más evidente de la incapacidad de ese PP valenciano para imponer su criterio ante la dirección nacional. El ninguneo de la calle Génova a los populares de la Comunitat se convirtió en factor añadido para un resultado electoral, el del pasado 24M, que puso punto y final a la hegemonía política del PPCV en la Comunitat.

Lograr el sí de la dirección nacional a la tramitación de la reforma supone, por encima de todo, evitar que el liderazgo de Bonig se debilite antes de tiempo. Votar en contra de la propuesta habría permitido equiparar el nivel de influencia de Bonig en la calle Génova con el que demostró en su día Alberto Fabra, más bien escaso. Y empezar así su mandato, con unas elecciones generales de resultado incierto a la vuelta de la esquina y con un congreso para renovar el liderazgo del PPCV a menos de un año vista, habría generado un problema serio en la calle Quart. Y habría alimentado las voces críticas en el PP de la Comunitat con el liderazgo de Bonig.

A favor de la petición de la presidenta del PPCV habrá pesado esa proximidad electoral y el convencimiento extendido en el PP de la Comunitat y en la dirección nacional de que, manteniendo la actitud exhibida por la calle Génova hacia el partido en la Comunitat durante la pasada legislatura, los resultados en las próximas generales difícilmente experimentarían cambio alguno.

Bonig calibró ayer la importancia de la votación del miércoles, para la que Les Corts ha cambiado la fecha de su pleno con el objeto de que los diputados que así lo consideren puedan viajar a Madrid. «Esto es un reto para los valencianos, para que vean quién está con ellos y quién no, y quién usa esta materia para hacer política y para atacar al PP y al gobierno de Mariano Rajoy», dijo.