Borrar
Cientos de jóvenes celebran el fin de las clases ayer en el recinto ferial de Rabasa en Alicante.
Despedida del curso a lo grande

Despedida del curso a lo grande

Más de 3.000 jóvenes celebran en el recinto ferial de Rabasa en Alicante el fin de las clases en la UA. Los universitarios recaudan en su fiesta 6.000 euros para un niño enfermo

Esther Brotons

Sábado, 24 de mayo 2014, 00:43

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La tradicional fiesta de las paellas ha vuelto a celebrarse en la UA tras tener que suspenderse el pasado año por culpa de la lluvia. Más de 3.000 universitarios se citaron ayer el recinto ferial de Rabasa para celebrar el fin de clases y coger fuerzas de cara a los exámenes finales. A las doce del mediodía se abrieron las puertas de un evento donde no faltaron la música, la comida y la bebida, pero que, por primera vez, también tenía un fin solidario: ayudar a Marc Plana, un niño enfermo de San Vicente del Raspeig. Dos euros del coste de las entradas (valían diez) iban destinados a cubrir sus tratamientos.

Hasta las nueve de la noche, los estudiantes estuvieron de fiesta. Fue una jornada intensa. Con la entrada, los jóvenes tenían derecho a una consumición y un plato de arroz y podían entrar bebida siempre que fuera en botellas de plástico. Agentes de la Policía Local controlaron el evento desde el exterior ya que había seguridad privada de la empresa en el interior.

A la misma hora que los universitarios entraban, -muchos de ellos con camisetas identificativas de sus facultades-, María del Mar iba a recoger a su hijo del colegio. Marc, que el próximo junio cumplirá cinco años, es el pequeño que recibirá más de 6.000 euros procedente de las donaciones. «No sabemos cómo agradecer a los universitarios lo que han hecho por nuestro hijo; cuando nos dijeron lo que querían hacer no lo podíamos creer», afirmaba emocionada María del Mar. El dinero servirá para que su hijo pueda continuar con sus terapias. Necesita fisioterapia, gabinete psicológico, logopeda, terapias de agua, además de consultas con médicos para la vista, la audición... y algunas de ellas en Madrid y Barcelona buscando tratamientos pioneros. Una atención continua para que el pequeño pueda mejorar y que no cubre la Seguridad Social. Sufrió un infarto cerebral «enorme» durante la gestación, que fue detectado a los meses de su nacimiento. «Tuve que dejar de trabajar y dedicarme plenamente a él», recordaba.

Si no hay «ningún imprevisto», la familia gasta entre 1.500 y 2.000 euros al mes en Marc y el único sueldo que entra en casa es el de su marido. «Hacemos todo lo que podemos y movemos cielo y tierra para que Marc mejore y darle un futuro mejor. Hay que luchar. Los médicos nos dijeron que viviría pocos años y aquí seguimos. Mi hijo no se movía, a los dos años empezó a gatear, a los tres a andar y ahora va a un colegio ordinario», destacó.

Desde el Consejo de Estudiantes de la UA -impulsores de la iniciativa- también mostraron ayer su satisfacción por la recaudación. «Han venido más de tres mil universitarios y todavía faltan las entradas que hoy (por ayer) se vendan, y eso que estamos cerca de los exámenes», señaló su presidente, David Morcillo, quien conoció el caso del pequeño porque la familia emprendió una campaña de recogida de tapones de reciclaje en el campus para conseguir dinero.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios