Los cofrades de Nuestra Señora de la Amargura se preparan para sacar el trono a rodillas desde la basílica de Santa María.

Las mujeres copan la devoción alicantina

La cofradía del Ecce Homo ha estado ensayando durante meses para sacar la imagen de su virgen en rodillas por vez primera

PÉREZ PARDO

Jueves, 1 de mayo 2014, 16:53

Martes Santo en Alicante. Martes de mujeres. La imagen de Nuestra Señora de los Dolores y San Juan de la Palma congregó a cientos de feligreses a las puertas de la basílica de Santa María para ver, un año más, la complicada salida a rodilla del templo, a la que este año se unió la Virgen de la Amargura desde la parroquia de San Antonio de Padua gracias al nuevo palio que estrenó ayer.

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Han sido meses de entrenamiento para los costaleros, que se portaron. Han sido pioneros al realizar uno de los ensayos abierto al público, en el que sacaron el trono del Ecce Homo por las calles más próximas a la parroquia mientras recogían dinero para Cáritas Diocesana.

Y es que los cofrades del Ecce Homo han hecho un esfuerzo muy importante en estos tiempos tan difíciles para engalanar como nunca este paso, todavía sin acabar, al que le faltan los bordados. También la pintura, que otro de los hermanos todavía tiene que completar.

Dio igual que aún falte, puesto que su imagen lució como nunca. La cofradía dio una lección de pundonor y entrega con los nuevos ornamentos que costearon entre ellos y otras personas ajenas que, por promesa o devoción, han entregado a la Virgen. No ha sido fácil para ninguno, puesto que aquí sienten tanta necesidad como en otras partes de Alicante, pero la fe puede más. «Algunos se lo quitan de comer para poder aportar algo», afirmaba Mariola López, capataz de La Redención, que saldrá mañana jueves.

La Amargura estrenó ayer las varas del palio y dos ángeles turifarios obra del orfebre Orovio de la Torre, el mismo de la nueva cruz de guía de los Agustinos. Todos costeados por los hermanos. El bailarín José Espadero, por su parte, ha regalado la saya bordada que la imagen lució ayer por las calles de Alicante.

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Pero no hay alegría completa. Un crespón negro recordaba el reciente fallecimiento de uno de los hermanos, al que dedicaron la procesión de La Amargura y el Ecce Homo.

Santa María

A la novedad de La Amargura, el trono de Nuestra Señora de los Dolores y San Juan de la Palma se mostraba tan espléndida como siempre. Difícilmente para los curiosos era apreciar uno de los adornos que distinguían ayer la imagen: por primera vez, portaba la medalla concedida por la ciudad al alcalde Julio Suárez Llanos, donada por la familia a la cofradía.

Esta medalla, concedida en 1926, había desaparecido hasta que Alicante Vivo denunció que se subastaba por internet. Un anticuario de Zaragoza tenía la pieza, que la vendió de manera pública. La medalla ha vuelto ahora a la ciudad para que la Hermandad del Cristo del Mar se haga cargo de ella. Saldrá todos los Martes Santo con la protección de Nuestra Señora de los Dolores, afirma ba orgulloso el hermano mayor, que recordó que Suárez Llanos fundó la Gota de Leche y la Casa de Socorro, además de legalizar las Hogueras. Es todo un símbolo de la ciudad.

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Lucirá junto con la medalla de concejal de Tomás Valcárcel, que fue mayordomo de la cofradía durante toda su vida. Ambas acompañan a las alhajas donadas por familias alicantinas a esta imagen, hermosa como pocas, con su manto bordado por 43 palomas de plata.

Las dueñas del Martes Santo alicantino empequeñecieron por unos instantes a la mismísima Bellea del Foc, Beatriz Botella, que participó como dama de mantilla como Nuestra Señora de los Dolores. No obstante, su presencia fue patente entre los asistentes a la salida desde Santa María, que vieron salir antes al Cristo del Mar, portado por, entre otros, el exconseller y expresidente de la Autoridad Portuaria Mario Flores.

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Emociontante cómo el capataz dirige a los costaleros hasta que la sacan: «Duro con ello, valientes», se anima. Es la única voz que se oye en esos momentos, hasta que es izada al cielo. Lluvia de pétalos para celebrarlo. No es para menos.

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