La compra del Málaga el pasado verano por parte del jeque catarí Abdullah Bin-Nasser Al-Thani, no ha sido más que el inicio de lo que parece ser un desembarco de grandes fortunas en nuestro fútbol. Prueba de ello es la negociación abierta por los dirigentes del Racing con un grupo empresarial con activos en el mundo del petróleo y las finanzas procedente de Bahrein.El club cántabro, acuciado por una deuda cercana a los 22 millones de euros, se puso en manos de un entidad suiza encargada de buscar nuevos inversores que garantizaran el futuro del club.