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HÉCTOR ESTEBAN
Jueves, 10 de mayo 2018, 00:13
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En mayo de 2015, un flamante Valencia de Champions se desplazó a Nueva York para convertirse en el embajador mundial de UN Women, la delegación de Naciones Unidas que trabaja por la igualdad de género. El club de Mestalla se hizo la foto de familia con la entonces presidenta Layhoon Chan como lideresa de la expedición y con mitos como Kempes -embajador del club entonces- y David Villa para redondear el acuerdo. Al éxito deportivo, Peter Lim quería añadir la vertiente social como un acuerdo de colaboración a nivel planetaria. El club abonaría a UN Women 300.000 euros por año para sellar esa alianza.
Ayer, tres años después, el Valencia vuelve a ser de Champions pero sus prioridades han cambiado. El club de Lim, que todavía tiene vigente el acuerdo con UN Women aunque ya se escuchan los primeros estertores del final de la colaboración, participó en el amistoso para homenajear a Fahad Al-Hurifi a cambio de medio millón de euros.
Una de las primeras imágenes del partido fue la salida al campo de una mujer -se supone que la madre del homenajeado- con el balón con el que se iba a jugar en las manos y ataviada con un burka de color negro. Arabia Saudí es uno de los países musulmanes en el que las mujeres más utilizan esta prenda. Las políticas aperturistas se aplican a un ritmo muy lento y están muy alejadas de la verdadera igualdad entre hombres y mujeres.
De hecho, el pasado mes de enero fue la primera vez que las mujeres pudieron acceder a un estadio para ver un partido de fútbol. Podían entrar al recinto solas o junto a sus maridos pero sólo se podían sentar en una zona separada respecto a los varones. Arabia Saudí está en pleno proceso de reformas y, entre otros avances, las mujeres podrán sacarse el carné de conducir a partir del mes que viene, según un decreto real.
El partido entre el Al-Nassr y el Valencia pasará a la historia por ser la primera retransmisión de À Punt. La cadena escogió el fútbol para debutar -también lo hizo Gol- y ofreció imágenes en las que se veía a mujeres participando del evento con burkas o niqabs. De hecho, el martes el diputado de Compromís Josep Nadal lamentaba a través de las redes sociales que la primera retransmisión fuera de un amistoso jugado «en un país que no respeta los derechos humanitarios». Las políticas de igualdad que defiende el Gobierno valenciano y que tiene en cartera la vicepresidenta Mónica Oltra chocan de frente con algunas de las imágenes que se vieron ayer en la nueva televisión valenciana. Este periódico intento ponerse en contacto con la consellera de Igualdad, Mónica Oltra, y con la responsable de estas políticas en el PSPV, Rosa Peris, sin conseguirlo.
La única que se pronunció fue la directora general del Instituto de la Mujer y por la Igualdad de Género, María Such, que señaló ayer que no tenía un opinión formada sobre el hecho de que la primera retransmisión de À Punt fuera de un partido de fútbol en un país donde no se da la igualdad de género entre el hombre y la mujer. Tampoco se pronunció sobre la aparición de mujeres con burka y niqab. «No he visto las imágenes por lo que no me puedo pronunciar», señaló Such.
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