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Murthy, un editorial incendiario

El presidente del Valencia incendia la junta de accionistas con un comunicado en el que habla de 'falsos aficionados'. El tropiezo más torpe es creer o hacer creer que el que está contra Meriton está contra el Valencia

Héctor Esteban

Valencia

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Miércoles, 8 de noviembre 2017, 14:03

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Al presidente del Valencia, Anil Murthy, alguien debería explicarle el número de Don Tancredo. Ese en el que uno se sube a una tarima, queda inmóvil y deja pasar a la vaca una y otra vez. El tancredismo es una virtud. Alejada de los impulsos, de la precipitación, de las prisas con un futuro todavía por definir. Murthy ha amanecido hoy cargado de razones, de sus razones y ha elevado la bandera del 'limismo', la del mesías que llegó a Valencia a salvar un club que los propios valencianos habían despedazado. Murthy ha cogido un par de bidones de gasolina, los ha desparramado y ha prendido fuego al valencianismo como un pirómano cualquiera. Con Kim Koh como subalterno. Nada se mueve en el Valencia sin la aprobación de Singapur. El presidente cayó en el mismo error que muchos de sus antecesores. En el error de aquellos que él critica. Y soliviantó a la afición, parte soberana e inmaculada en un Valencia casi centenario. Amadeo Salvo en su día mandaba comunicados, Murthy los ha elevado al rango de editorial. La junta de accionistas era el momento y el foro.

Anil Murthy.
Anil Murthy.

Es cierto que Lim ha puesto dinero: 94 millones para comprar acciones, 6 para la Fundación (que al final serán para pagar la multa de la UE) y otros 100 para (re)comprar a sus jugadores y convertirlos posteriormente en acciones. Por cierto, un asunto que hoy ha defendido ante el juez previa demanda de Miguel Zorío y que la magistrada deberá decidir si es o no de orden público.

Pero es igual de cierto que la situación económica de la entidad no ha mejorado. Con la negociación de los créditos (casi 200 millones de euros) lo único que se ha hecho es ganar tiempo. En julio de 2018 habrá que empezar a amortizar las pólizas y ahí llegará el momento en el que las cartas se pondrán boca arriba. Lim siempre ha dicho que cumplirá.

Los ejercicios se cierran en rojo, con más de 50 millones de déficit acumulados en los dos últimos ejercicios. Las cuentas para el presente ya se presentan en negativo y el apoyo financiero del dueño, del salvador, está en un tiempo muerto.

Los ingresos menguan. Sin patrocinadores de postín, con los derechos de televisión en formato anoréxico por la mala situación deportiva arrastrada y con una masa social en decadencia o estancada.

El nuevo Mestalla, compromiso estrella para comprar el Valencia, es hoy una fotografía virtual como enésimo proyecto. Sin fecha de finalización ni de comienzo.

Y por la puerta han salido los mejores jugadores, los que nunca se venderían o al menos así se dijo. Y Lim ha ingresado 160 millones de euros de beneficios por jugadores que en su mayoría no compró él y para este año hay una previsión de venta (de futbolistas) por 45 millones de euros.

Todo esto también es obra y gracia del mesías, de aquel cuyo discurso no fue realidad en muchos casos, de aquel que convirtió el Valencia en un engendro durante muchos meses de manos de sus amigos y de su ignorancia futbolística.

Murthy ha incendiado la junta de accionistas. Ha querido señalar a los buenos y a los malos sin dar nombres. Y muchos se han dado por aludidos sin serlo. El término 'falso aficionado' es una condena cuando en estos casos de valentía lo mejor es dar nombres y apellidos. Soler, Soriano, Llorente, Salvo, Zorío, García Pitarch... Díganlo, sin reservas si ellos son 'sus' cupables. El tropiezo más torpe es creer o hacer creer que el que está contra Meriton está contra el Valencia. La libertad de opinión siempre pesa más que cualquier adoctrinamiento.

Once partidos de Liga es un débil argumento para sacar pecho. El fútbol es largo, a veces demasiado. Y en un mes puede cambiar la vida. La prudencia de Mateo Alemany o Marcelino chocan de frente contra el impulso editorializante. Culturas distintas quizá. Las palabras y los excesos se pueden volver en contra. Nadie vino a Valencia a salvar al club. El Valencia CF siempre será de sus aficionados.

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