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PEDRO CAMPOS
VALENCIA.
Jueves, 11 de enero 2018, 01:07
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Tiene cara de niño de Primera Comunión. Imberbe y con raya al lado en el pelo. Parece «poquita cosa», como así le definieron en Estudiantes de la Plata para prescindir de él. Luciano Darío Vietto (Balneario, Córdoba, 5 de diciembre de 1993) encajó el crochet del equipo de sus amores y tras pasar por Racing de Avellaneda, Villarreal, Atlético y Sevilla ahora es él quien golpea. Y hasta en tres ocasiones. Con el Valencia. En su primer partido como titular. Ayer lucía orgulloso con el balón, su balón de oro, firmado por sus compañeros. «Buena Lucho!!!!» y «Grande» eran algunas de las dedicatorias.
Liberado. Así se siente el atacante después de verse incapaz de anotar todo un año, desde que en diciembre de 2016 marcara tres goles con el Sevilla ante el Formentera en Copa del Rey. Justamente. Porque con Vietto se dan muchas circunstancias curiosas. Sus últimos 'hat trick' se han dado en esta competición, es un consumado especialista en la disciplina de batir la portería contraria en tres ocasiones en un partido -dos los hizo con la camiseta de Racing de Avellaneda, contra Newell's y San Martín, el del Sevilla y el del martes contra Las Palmas- y ha conseguido unir su nombre al de Mario Alberto Kempes como los dos únicos argentinos en lucir una hazaña de este tipo en Copa con el Valencia.
'Matador' Vietto. Hijo del responsable de un concesionario de coches usados y de una profesora, a los cuatro años ya daba patadas al balón y a los libros. A los 13 años se marchó solo a la escuela de Estudiantes de la Plata y cuatro después debutaba en el Racing de Avellanda con Simeone de entrenador, que mucho tiempo después lo reclutaría para el Atlético tras pagar 20 millones de euros al Villarreal. Un dineral. Pero se justificaba con los 20 goles y 8 asistencias en los 48 partidos que lució de amarillo. Con Marcelino García Toral de técnico.
El asturiano es quien mejor ha sabido entenderlo. El Atlético se lo comió y con el dueño del banquillo del Valencia regresa al menú en un restaurante de tres estrellas Michelin. Porque el Valencia se ha convertido en un correccional. Zaza llegó hundido de la Premier y ahora las enchufa de todas las maneras posibles, Guedes no conseguía asomarse en la jungla del PSG y en Mestalla es el ídolo, Kondogbia sufrió el dudoso honor de ser considerado el peor jugador extranjero en Italia y junto al Turia deslumbra, y Vietto es otra vez Vietto.
Otro cordobés. Como Kempes, como 'Piojo' López y como Pablo Aimar. Pibes inmortales. Fábrica de talento. Al servicio del Valencia, de un equipo que le ha devuelto al barrio, a ese juego que le hace feliz. Simeone dijo que el Atlético es un equipo que no puede esperar. Su impacencia ha permitido al Valencia traerse a un 'Matador'.
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