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Rodrigo celebra su gol ante el Leganés

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Rodrigo celebra su gol ante el Leganés AFP

Pepinazo de Champions de Rodrigo

El Valencia deja al quinto a 15 puntos y el delantero se alista para el Mundial

Héctor Esteban

Valencia

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Domingo, 1 de abril 2018

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El CD Leganés recibe al Valencia CF en el partido correspondiente a la jornada 30 de Liga, a las 16:15 horas en Butarque.

Los de Marcelino García Toral vuelven de las citas internacionales con ganas de pelear los primeros puestos y parece que sin lesiones. La necesidad actual es adelantar al Real Madrid en las próximas jornadas y luchar el segundo puesto, un objetivo difícil pero no imposible.

Once del Valencia CF: Jaume, Vezo, Paulista, Garay, Gayà, Soler, Parejo, Kondogbia, Guedes, Rodrigo y Zaza.

Once del técnico del Leganés, Asier Garitano: Cuéllar, Zaldúa, Muñoz, Bustinza, Siovas, Diego Rico, Omar Ramos, Rubén Pérez, Eraso, Gabriel y Amrabat,

Sigue el partido en directo en lasprovincias.es.

ólo la combinación de un error y una genialidad podían desequilibrar el marcador en Butarque. El error en forma de pérdida de balón fue de Rubén Pérez, uno de los jugadores que más pelotas recupera en el campeonato. Y la genialidad, cómo no, tuvo la rubrica de Rodrigo Moreno, uno de los futbolistas más decisivos del actual Valencia. El delantero se acomodó el balón en tres toques para soltar un pepinazo desde el borde del área que Cuéllar sólo pudo acariciar con la manopla cuando la pelota ya estaba dentro. Tres puntos y el objetivo de la Liga de Campeones casi ya en el bombo del sorteo de grupos.

El partido en Butarque, a modo de resumen, fue una castaña. Un encuentro espeso, de los que actúan de somnífero para enfilar la siesta para estar fresco a la hora de la mona de Pascua y del salto a la comba. Poca tertulia tendría ayer el Leganés-Valencia durante la merienda más allá del azucarado estado de Rodrigo y la cercanía de la Champions para la temporada del centenario. La Liga española está plagada de morralla, de esa que luce poco en el que dicen que es el mejor campeonato del mundo. Mentira. El Leganés está prácticamente salvado con tan sólo 25 goles a favor. Un equipo rácano para un planteamiento tacaño. Los de Garitano tienen ahora mismo 15 puntos de ventaja -cinco partidos- sobre Las Palmas, que es el equipo que marca el primer puesto de descenso. El Leganés salvará la categoría y llenará su cuenta corriente con muchos millones de euros sin ser capaz de marcar de media al menos un gol por partido. La Liga está condenada al aburrimiento y al cemento en los estadios por mucho que Javier Tebas se bañe en millones de euros. El pan de hoy será el hambre de mañana.

Los delanteros del Leganés son de fogueo. El Valencia sólo tenía que marcar en Butarque para elevar sus posibilidades de llevarse los tres puntos. Las oportunidades de los de Garitano siempre son escasas, por lo que achicar el peligro y resolver la única ocasión clara que los pepineros tienen por partido era estar un paso más cerca del éxito.

La diferencia entre los dos equipos estuvo en el único disparo que fue entre los tres palos. El del Leganés, obra de Gabriel Pires -su mejor jugador- fue despejado de puños por Jaume Doménech, que ayer fue premiado con la titularidad por su aportación al colectivo. A partir de ahí, los pepineros no aportaron más allá que algún susto sin consecuencias.

El único disparo a puerta del Valencia estuvo bendecido por el don de la efectividad. El gol no vino precedido de una jugada trenzada. El error de Rubén Pérez, que se trastabilló hasta la pérdida con el balón en los pies, le ofreció en bandeja la oportunidad a Rodrigo al borde del área. El delantero del Valencia recuerda a aquel Mista de la temporada del doblete. Casi todo lo que sale de sus botas es gol y ayer no defraudó. Un tanto que deja al Valencia bajo el dintel de la Liga de Campeones con el Villarreal y el Sevilla a un mundo y medio con una jornada menos -a 15 y 16 puntos respectivamente-.

Además, el gol de Rodrigo eleva un grado más el precio del delantero -Lim pagó 30 millones por él, tiene un cláusula de 120 millones y un contrato hasta junio de 2022- y da un manotazo al falso debate sobre la lista para el Mundial de Rusia.

En la capital, aquejados de una madriditis aguda, insisten en las opciones de un Morata que se buscó las habichuelas lejos del Bernabéu -ayer marcó para engordar el debate-. En la capital continúan sacándose pelotillas de su ombligo mientras Rodrigo sigue con paso firme rumbo al Mundial de Rusia. Si el delantero del Valencia no está, Lopetegui ejecutará una de las mayores injusticias de su historia. Al nivel de la de Santamaría con Sempere y Clemente con Giner. Hoy en día, si la madriditis no lo impide, Rodrigo tiene billete de primera clase en España.

Hasta el gol del Valencia el partido había sido un peñazo. Sin creación y escasas oportunidades de gol. Garitano compareció con cinco defensas y Marcelino con una de esas alineaciones que sobre el papel aportan más incertidumbre de la prevista. En la primera parte, al margen de la oportunidad de Gabriel para el Leganés, hay que reseñar que Zaza marcó para que el árbitro anulara el gol por fuera de juego inexistente de Carlos Soler, autor del centro que remató el italiano. Tan pocas cosas pasaron en el primer acto que Melero López no añadió ni un sólo minuto en el cartelón.

Leganés

Cuéllar; Zaldua, Bustinza, Muñoz (Beauvue, min.72), Siovas, Diego Rico; Rubén Pérez, Gabriel (Naranjo, min.90), Eraso, Omar Ramos (El Zhar, min.78); y Amrabat.

0

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Valencia

Doménech; Vezo, Garay, Gabriel Paulista, Gayá; Parejo, Kondogbia, Carlos Soler (Ferrán Torres, min.64), Guedes (Pereira, min.79); Zaza (Vietto, min.69) y Rodrigo.

  • gol 0-1, m.62: Rodrigo.

  • árbitro Mario Melero López (Comité andaluz). Amonestó a Rubén Pérez (min.30), Kondogbia (min.33), Diego Rico (min.56), Doménech (min.86), Beauvue (min.88) y Gayá (min.89).

  • asistencia Encuentro correspondiente a la jornada treinta de LaLiga Santander disputado en el estadio de Butarque ante 10.697 espectadores. En la previa los jugadores del Leganés portaron una camiseta con el mensaje 'Ánimo Álex' como muestra de apoyo al argentino Alexander Szymanowski, que estará fuera hasta final de temporada. Asimismo los futbolistas del Valencia lucieron brazaletes negros en memoria del hijo de Santiago Cañizares, fallecido recientemente.

Tras el tránsito por el vestuario, el Leganés apareció con un punto más de atrevimiento. La banda izquierda local, la de Diego Rico, encontró los poros en la defensa de Rubén Vezo. Jaume volvió a sacar los puños a los pocos minutos para despejar el peligro. Y a partir de ahí el Valencia metió una marcha más. Un centro no lo remató Kondogbia a gol por centímetros y al instante la semivolea de Zaza pegó en el cuerpo de un defensa local. Minutos después, Rodrigo puso el gol para demostrar que el Valencia es muy superior al Leganés.

Con ventaja en el marcador, Marcelino empezó a mover el banquillo. Los cambios no desembocaron en el plan esperado. Soler, que se ha habituado ya a ser el primer relevo, dejó su puesto a Ferran que no lució en los minutos de sacrificio. Zaza estuvo desdibujado pero la entrada de Vietto en ningún caso mejoró al italiano. El argentino tiene billete de vuelta al Atlético. Pereira volvió tras su lesión para dar oxígeno a un Guedes desconocido. Garitano metió más mordiente arriba y estuvo a punto de salirle bien la jugada. Gayà sacó un remate de El Zhar que olía a empate. La actitud del de Pedreguer y el oficio de los centrales fue suficiente para sofocar el peligro. El Valencia vive desde ayer más cerca de la Champions gracias a Rodrigo.

Más claro fue el intento del brasileño Gabriel, quien se animó con un golpeo desde la frontal despejado de puños por Doménech. Poco más en una batalla muy táctica donde el talento individual era el único factor llamado a marcar la diferencia entre ambos.

Transcurridos unos minutos, fue el Valencia el que empezó a asomar por el área de Cuéllar. Un centro de Carlos Soler desde la derecha que tocó Bustinza a punto estuvo de rematarlo bajo el larguero Kondogbia.

Esos acercamientos animaron al equipo, que además se hizo con la posesión mientras trataba de encontrar los espacios que no concedía el Leganés. Dadas las circunstancias, entró el choque en fase de tensa calma. La rompió Rodrigo. Empeñado en convencer al seleccionador, Julen Lopetegui, de que tiene que estar en el equipo para el Mundial de Rusia, apareció cuando más falta hacía.

Lo hizo trazando un golpeo seco a ras de césped que puso en ventaja a los suyos y le permitió aumentar su racha de cara a puerta. El punta ha marcado en los últimos cinco encuentros donde ha tenido protagonismo, incluido el que disputó España contra Alemania. En esta ocasión, eso sí, tiene mucho que agradecerle a Parejo y Kondogbia ya que entre los dos se las apañaron para rebañarle un esférico a Rubén Pérez en la génesis de la acción

El revés despertó a los blanquiazules. Sin nada que perder salieron estos de la retaguardia en busca del empate. Se vio entonces la buena versión de un grupo ambicioso que ha hecho de la competitividad su mejor arma.

Ayudó la entrada en el campo de El Zhar y Beauvue. Los dos dieron más intensidad a la faceta ofensiva y en el caso de este último pudo ser decisivo cuando entregó una buena asistencia para Amrabat. Le pegó el marroquí a puerta con todo pero Gayá se interpuso.

No cesó el empuje hasta el final y acabó el Valencia atrincherado en torno a su portería, mostrándose sólido pero tratando de arañarle tiempo al cronómetro. Esa capacidad de sufrimiento fue suficiente para alzarse con una importante victoria, la sexta en seis enfrentamientos ante el Leganés.

LA PREVIA

Insiste siempre que tiene ocasión Marcelino en que no quede ninguna duda de que el Valencia, por muy mal que lo haga de aquí a final de la Liga, ha cumplido con creces esta temporada. El jueves repitió una y otra vez el mensaje que desde hace ya algún tiempo lo utiliza prácticamente como lema de cabecera. «Quedar cuartos es un éxito extraordinario. El Valencia viene de quedar el doce con 46 puntos y la temporada anterior a ésa, en una situación similar. De repente, en siete meses, pasar a quedar cuartos me parece que estos jugadores tienen un mérito extraordinario».

Al aficionado le puede crear la machacona reflexión de su entrenador cierto debate interno. Los hay que admiten el dato objetivo, que el equipo ha pasado de la mediocridad más absoluta a tomarse medidas para el esmoquin. Pero los hay que recurren a las raíces para mostrar su ambición y no caer en el conformismo. El Valencia quedará sí o sí entre los cuatro primeros -los doce puntos de margen con el Villarreal son muchos- pero con nueve partidos por delante, se puede pensar en aspiraciones algo más reconfortantes.

Si el mensaje de Zidane, por ejemplo, es que el Real Madrid -un punto por arriba al comienzo de la jornada y antes de llevarse otros tres de Las Palmas- tiene ahora la obligación de aspirar a la segunda plaza, ¿por qué no puede tener el Valencia la misma pretensión? Ni en términos deportivos es lo mismo ocupar el último vagón del grupo que se mete en Champions ni en cuestiones económicos da igual quedar el cuarto, el tercero o el segundo. La Liga paga en función del puesto en la tabla que ocupas, y un par de millones de euros arriba o abajo según el escalón con el que acabes la competición bien merece un sincero arreón.

En el banquillo valencianista habrá más jugadores ofensivos que defensivos

La trampa de Butarque

Es difícil pensar que el Valencia se va a atrever a jugar con el freno de mano puesto. No le haría ninguna gracia a su entrenador, pese al discurso anterior. Jugar esta tarde en Butarque encierra trampa. El Leganés no tiene por qué ser un rival que por nombre pueda asustar a los blanquinegros, pero que le pregunten al Sevilla cómo le fue por campo madrileño (2-1).

El Leganés, al igual que el Valencia, es un equipo de autor. Garitano ha cosido un grupo que cree fielmente en lo que hace. Por eso están donde están. Están, precisamente, en el puesto doce de la clasificación, donde acabó el Valencia la temporada pasada. La diferencia es que lo que para los valencianistas fue un auténtico fracaso, para los madrileños es poco menos que un premio.

El Leganés está hecho para sobrevivir de la mejor manera posible en Primera. Numéricamente está haciendo una gran temporada, sólo superado en cuanto a nivel de equipo por lo que lleva hecho el Girona. Si el Valencia cree que se lo van a poner fácil, está muy equivocado. Y eso, a pesar de que contra el Leganés siempre le han ido bien las cosas. Tampoco es que hayan jugado tantas veces, pero en las cinco ocasiones que se han visto las caras, han sido los blanquinegros los que han acabado por llevarse el triunfo.

Para hoy, Marcelino no se puede quejar. Viajó ayer con todos los delanteros de su plantilla: con un Rodrigo que está pletórico tras ganar peso en la selección española; con un Zaza muy dinámico como se vio en el último partido; con Santi Mina ya recuperado de su lesión, y con un Vietto que no se sabe muy bien qué papel va a desempeñar de aquí a final de campeonato.

Con diferencia, la mejor noticia ayer fue la vuelta a la lista de Mina, aunque el impacto al dar a conocer la convocatoria lo generó Jeison Murillo. O, mejor dicho, su entrenador al prescindir precisamente del colombiano. No hay razón deportiva aparente que explique los motivos que han hecho que el central se haya quedado en casa esta jornada. Hasta ahora era poco menos que inamovible. En lo que va de temporada, sólo se ha quedado una vez fuera de la lista, y fue precisamente en la Copa cuando hubo que jugar en La Romareda contra el Zaragoza.

Vezo, el gran beneficiado

Sorprendió no ver su nombre en la lista y desde el club se apuntó a que se trata simplemente de una rotación sin mayor trascendencia. Curioso cuanto menos. El beneficiado, desde luego, ha sido Vezo, que incluso podría pasar a ocupar la plaza de lateral derecho. La última vez que Vezo fue titular fue en San Mamés, donde también actuó pegado a la banda. Luego, se ha pasado tres jornadas en blanco.

No tiene mucha explicación esta extraña permuta y habrá que esperar a que termine el encuentro para ver si Marcelino aclara los motivos de la situación que se ha dado esta vez con Murillo.

Que el Valencia haya ganado 19 de los últimos 21 puntos últimos que han estado en juego ofrece un buen puñado de garantías para confiar que el parón no debe trastocar la dinámica. El equipo ha ido cogiendo un punto de dinamismo y juego que parecía un tanto olvidado. El 3-1 que consiguió contra el Alavés fue incontestable, devolviendo al Valencia a la situación de confianza casi como en el primer tramo de la temporada. «Los parones siempre vienen bien, sirven para descansar física y mentalmente y a algunos jugadores para ir con selección que es un orgullo», reflexionaba al respecto Marcelino esta semana. Habrá, no obstante, que ver si le vino realmente bien o no.

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