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La venta del viejo campo y las dudas sobre el hotel

Meriton ha realizado un análisis económico y concluye que el negocio hotelero está saturado en la avenida Corts Valencianes

H. E.

Domingo, 31 de julio 2016, 23:36

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Los pasos lógicos para finalizar el nuevo estadio del Valencia no son los que se dieron en su día. El primero era vender el actual estadio y a partir de ahí disponer del capital suficiente para hacer el nuevo. En este caso todo se hizo al revés. Meriton no quiere atarse a una fecha de finalización porque considera que la cordura empieza por encontrar un comprador a las parcelas del viejo Mestalla.

La idea inicial, la que votó a favor por unanimidad en el hotel Valencia Palace el 17 de mayo de 2014, era vender las parcelas de Mestalla por 150 millones de euros para financiar el nuevo campo. Si en el plazo de dos años desde la venta esta operación no se cerraba, sería el propio máximo accionista el que se quedaría con el campo. Esa teoría estaba avalada por el propio presidente entonces del Valencia, Amadeo Salvo, y por el de la Fundación, Aurelio Martínez. El hoy presidente del Puerto de Valencia hizo una defensa a ultranza de la propuesta de Lim ante la tribuna de Mestalla días después de la votación.

Aquello ilusionó al valencianismo el tiempo que duraron esas condiciones, que no fue mucho. Después, la compra de las parcelas por parte de Lim se quedaron como parte del recuerdo tras el fracaso de la comisión de venta.

Además, hay un asunto que lleva de cabeza a los dirigentes de Meriton: la construcción del hotel. Han analizado el impacto económico de la zona y se han dado cuenta de que existe un exceso de oferta de plazas hoteleras. Alrededor del nuevo Mestalla se agolpan establecimientos que han tenido que cambiar de dueños, de nombre e incluso han sufrido algún concurso de acreedores. ¿Necesita Valencia otro hotel en la avenida de Les Corts Valencianes? No. Y ahí se encuentra uno de los grandes problemas, además del de los centros comerciales. No hay tantos habitantes que aguanten el exceso de oferta.

La posibilidad de un hotel temático choca con la realidad del poco impacto del club en otras fronteras -la grada ayer del estadio de Tampere es un ejemplo- por lo que el proyecto de restauración que gestiona Peter Lim junto a Old Trafford ahora mismo tiene un encaje muy complicado en la ciudad. Otra cosa es que una explosión deportiva con la Champions como referente cambiara las sensaciones.

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