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Kranevitter y Enzo Pérez, pugnando por el balón.
Un Enzo de cristal
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Un Enzo de cristal

En los catorce meses que lleva aquí ha sido incapaz de enlazar una racha de partidos por culpa de sus continuas lesiones

Juan Carlos Valldecabres

Lunes, 7 de marzo 2016, 09:58

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Enzo Pérez se quedó a medias. Como casi siempre. Anoche sólo aguantó 45 minutos. Al descanso fue sustituido por Gary Neville. El argentino cumplía en teoría las necesidades básicas que un duelo contra este rival suele deparar. Su entrenador apostaba por el músculo -dejando a Parejo lejos de la ira del público- para la batalla del centro del campo y viendo cómo se descompuso el asunto con el 1-3 final, hasta se podría decir que la ausencia del argentino contribuyó al desmoronamiento general. Fue retirado para evitar riesgos tras su último percance en el sóleo.

Neville no ha dudado públicamente en elogiar la voluntariedad del argentino, incapaz en el año y poco que está en el Valencia de coger una continua -y buena- racha de juego para poder así demostrar que vale esos 25 millones de euros que se pagaron por él. Las lesiones le han marcado de tal manera que se ha convertido incluso en un serio inconveniente para él. En partidos como el de ayer, por ejemplo.

Desde que es futbolista del Valencia, sólo ha disputado de manera consecutiva siete partidos. Esa racha y otra de seis y pare usted de contar. El resto de sus participaciones están salpicadas de interrupciones por sanciones, decisiones técnicas (por aquello de las rotaciones) y, sobre todo, entradas a la enfermería. No han sido por cuestiones excesivamente graves pero sí han resultado tan incómodas que le han llegado a perjudicar notablemente. Con el cambio de ayer, por ejemplo, ya no se está del todo seguro para saber si estará listo y al cien por cien este jueves en San Mamés.

Es innegable la situación que ha vivido Enzo Pérez desde que llegó en diciembre pasado. A las pocas horas de aterrizar debutaba en un Valencia-Real Madrid. Nuno no lo dudó. Javi Fuego estaba sancionado y puso al argentino como pivote defensivo. Cumplió ajustándose a un perfil, el de pivote, para el que se trajo en su día al mencionado Javi Fuego (después se incorporaron Filipe Augusto y Zuculini, y esta campaña Danilo). La diferencia entre uno y otro es bastante notable. 25 millones el argentino, gratis el otro.

Teniendo en cuenta lo que uno y otro han aportado al Valencia, deportivamente el nivel es algo similar. Económicamente no hay color. Hay que tener en cuenta que al Valencia le cuesta Enzo Pérez cada año aproximadamente casi 10 millones de euros. Entre sueldo y amortización de fichaje, la cifra es bastante considerable. Y, por qué no decirlo, tan exagerada como puede ser por ejemplo la operación por un central como Abdennour, con un desembolso de fichaje casi similar (21,8) y una aportación futbolística discretísima. Ayer iba a salir y al final ni jugó.

Uno de los problemas que ha sufrido esta temporada el Valencia es que durante varios partidos, el equipo ha tenido que dar la nota sin los dos pivotes defensivos. Con Enzo Pérez, de cualquier forma, se ha detectado que ese factor juega claramente en su contra. Es inevitable observar que la afición valencianista tiene verdaderas ganas de ver todo el potencial que puede aportar este jugador que, no hay que olvidar, es subcampeón del mundo con Argentina. Entre unas cosas y otras siempre se queda a medias. Como ayer.

Al margen está su 'afición' por las tarjetas amarillas. Es increíble que sume desde que es valencianista la friolera de 19 partidos viendo la amonestación. No sería preocupante si lo hubiera jugado todo, pero con las interrupciones que ha tenido por las continuas bajas por dolencias, el número es casi idéntico a los encuentros en los que ha jugado y se ha podido librar de ella (20, contando los 45 minutos de ayer).

Sin ser el argentino el jugador de toda la plantilla que más tiempo ha estado de baja, sí es con diferencia el que se ha puesto en más ocasiones en manos de los servicios médicos. Este año, de todos los futbolistas que componen la primera plantilla, sólo cinco de ellos no han tenido ni un solo percance. Son los casos de Jaume Doménech, Vezo, Aderllan Santos, Parejo y Santi Mina. Como se puede observar en este grupo, hay un poco de todo. Los hay que lo han jugado casi todo (Parejo); los que lo han hecho en contadas ocasiones (Vezo), y los que tienen la velocidad como arma (Santi Mina).

Cheryshev, en el recto

Es habitual que los futbolistas de ataque y sobre todo los de banda padezcan a lo largo de la temporada más problemas musculares. Cheryshev los sufrió ayer en el recto y por eso tuvo que ser sustituido. Hoy le harán pruebas y al igual que ocurre con Enzo, su participación el jueves contra el Athletic está en duda. Un serio contratiempo.

En el caso de Cheryshev se puede llegar a entender por aquello de que son los extremos los que más cambios de velocidad realizan y el riesgo de percances musculares se incrementa considerablemente. Que se lo pregunten a Piatti, que en ese sentido puede aportar su experiencia propia. Hace dos años (temporada 2013-14) estuvo hasta en cuatro ocasiones de baja por culpa del recto (2 veces), los isquios y el tobillo.

Este año, el jefe de los servicios médicos, Juan Albors, ha tenido causas tan incómodas como la fascitis de Feghouli y la persistente pubalgia de Bakkali. Son los dos casos que obligaron en su momento a decir 'basta' y parar en seco. Con el argelino sólo se tomó esa determinación cuando Nuno fue despedido del Valencia. El portugués le hizo un flaco favor porque aún con molestias y sin estar al cien por cien, contó con Feghouli en numerosos partidos. El mismo día que Nuno dejaba de ser entrenador del Valencia, el argelino entraba en estado de reposo por firme decisión del cuerpo médico. Con Bakkali se optó en enero por reconsiderar la postura, hasta el punto de que actualmente está siendo examinando por varios especialistas para ver si al final se opera.

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