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El cuerpo técnico preparó un sistema de rondos de gran intensidad.
Semana clave para Neville
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Semana clave para Neville

Dos mil aficionados arropan al equipo de cara a las citas ante Villarreal y Real Madrid

Juan Carlos Valldecabres

Lunes, 28 de diciembre 2015, 23:34

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¿Qué Valencia se verá en este 2016? ¿El que se ganó aunque fuera a última hora el tren para la Champions en mayo pasado o el que no ha sabido enderezar Nuno en los cinco meses de competición? A Gary Neville le interesa lógicamente la primera opción, aunque el inglés persigue un grupo más dotado incluso de aquel que se vio obligado a remontar el marcador en Almería en el cierre de Liga.

Neville, el último en llegar pero el que hoy por hoy más influencia tiene en este Valencia, tendrá los argumentos suficientes para contestar a la incógnita planteada este próximo domingo a eso de las diez y cuarto de la noche. A esa hora concluirá en Mestalla el Valencia-Real Madrid. Y en ese momento el Valencia, aunque tiene casi inalcanzable lucir un puesto europeo en la clasificación, ya sabrá qué camino puede tomar definitivamente en esta Liga. Si el de la mediocridad que ha mantenido con cierta regularidad hasta ahora (séptimo, noveno, décimo...) o el que por potencial debe pelear por la cuarta plaza como aspiración lógica.

El punto de inflexión que persigue Neville se pone en evidencia esta atípica semana. No podía ser de otra manera después de su arranque dubitativo en los cuatro partidos en los que ya se ha sentado en el banquillo. Ahora tocan dos huesos a los que le puede sacar mucho jugo o los que, en cambio, te pueden dejar más escuálido que antes.

En cuatro días el Valencia calibra el nuevo estilo que pretende el inglés: más presión, más dinamismo... El jueves en El Madrigal (el Villarreal le saca 8 puntos de ventaja) y el domingo en casa contra el Real Madrid (le lleva 11 puntos) de un Rafa Benítez mucho más presionado que Nuno aquí en sus últimos días como blanquinegro.

Final de año y enero llegan de esta forma cargados de acontecimientos para los valencianistas. Si se sale airoso de Vila-Real y se consigue amargarle la noche a Rafa Benítez, el Valencia entrará en la mejor de las dinámicas para afrontar uno de los meses más comprometidos de toda la temporada. La sucesión de partidos no va a dar ni un segundo de tregua. Y si encima se consigue eliminar al Granada, la Copa del Rey todavía traerá más alicientes extras.

De momento, desde pasado mañana jueves hasta el 31 de enero (el encuentro contra el Sporting de ese día se jugará en Mestalla a las 16 horas), al Valencia le esperan como mínimo 8 partidos. Sobre el papel, la mayoría de los rivales no son de mucha entidad. De ahí que lo que pase en estas dos citas más inmediatas adquiere todavía mayor relevancia. Si no se mejora ante Villarreal y Real Madrid surgirán las dudas de la etapa anterior cuando haya que medirse ida y vuelta con el Granada en Copa, o en Liga ante la Real Sociedad, Rayo, Deportivo y Sporting.

De momento, lo que tiene claro tanto Neville como los jugadores es que la afición sigue de su lado. Así lo pudo comprobar ayer la plantilla en primera persona. A las diez de la mañana, media hora antes de que comenzara el primero de los dos entrenamientos programados para este lunes, la tribuna del Antonio Puchades de la ciudad deportiva ya presentaba un aspecto inmejorable de público.

El club había decidido el domingo por la tarde cambiar el programa previsto en un principio y en lugar de que el equipo se entrenara a puerta cerrada como viene siendo habitual, optó por una medida ajustada a las necesidades colectivas. Puertas abiertas para todos. La decisión tuvo su respuesta esperada. Casi dos mil aficionados llenaron la tribuna. Muchos niños, como no podía ser de otra manera teniendo en cuenta las fiestas, y un público dispuesto a entregarse.

Parejo, casi como una tradición, fue el primero en saltar al césped. El resto, detrás. Ovación para todos. Nadie se podrá quejar, con el equipo noveno, y la afición predispuesta desde el primer instante al aplauso. Porque, a decir verdad, se aplaudieron hasta los rondos que habían preparado los técnicos.

Gesto con Alves y Negredo

Ración especial de cariño tuvieron Diego Alves y Álvaro Negredo, que salieron a trabajar unos metros por detrás de sus compañeros. La gente tiene ganas de verlos de nuevo en acción. Por eso se prestó atención a las paradas del brasileño y a las acciones individuales del delantero, en especial un pase de tacón muy vistoso que Negredo suele practicar con cierta asiduidad en los entrenamientos.

Fue tan sólo una hora de ejercicio. Neville tuvo suficiente. Hay que dosificar, sobre todo porque los jugadores volvían por la tarde a entrenarse. Cuando dio por concluida la sesión, el público regaló la última ovación de la mañana y la mayoría de los jugadores devolvieron los aplausos. Neville, que ya había entrenado ante el público el día que precisamente se estrenó como entrenador valencianista, también repitió el gesto de agradecimiento. Eso sí, no tan efusivo como solía hacer Nuno cuando las cosas iban bien.

El estilo cambia y los entrenamientos parece que también. El de ayer, por ejemplo, si por algo destacó fue por la intensidad en la que se estuvieron haciendo prácticamente todos los movimientos, con y sin balón. Es evidente que una de las cosas que pretende implantar Neville es que el Valencia obligue a los rivales a adaptarse a sus exigencias, empezando por la presión un poco más adelantada. La idea es buena. Ahora hay que llevarla a la práctica.

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