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Jorge Mendes y Amadeo Salvo.
Salvo: «Mendes propuso a Diego Costa para el Valencia y no se cerró por 2 millones»

Salvo: «Mendes propuso a Diego Costa para el Valencia y no se cerró por 2 millones»

Salvo desvela en la biografía autorizada del luso que él y Braulio fueron a casa del agente: «Jorge trabaja más que ninguno»

Héctor Esteban

Viernes, 16 de enero 2015, 07:43

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«Él (Jorge Mendes) propuso a Diego Costa para el Valencia y no se cerró por dos millones de euros». Esta frase corresponde al presidente ejecutivo del Valencia, Amadeo Salvo, que tiene un capítulo en el libro La clave Mendes. Todos los secretos del mejor agente de fútbol del mundo, escrito por los periodistas Miguel Cuesta y Jonathan Sánchez (La Esfera de los Libros, 2015). La obra, que acaba de salir a la venta, es una biografía autorizada del representante de futbolistas más importante del mundo en estos momentos. Jorge Mendes, que estuvo en Mestalla en el partido ante el Real Madrid, se ha convertido en un tipo fundamental para el futuro del Valencia. De hecho, el club de Peter Lim -íntimo amigo de Mendes- tiene un horizonte de futuro en el que el luso será protagonista.

El libro dedica un apartado especial a Amadeo Salvo, que relata que conoció al agente portugués en verano de 2013 en compañía del anterior director deportivo del Valencia, Braulio Vázquez. El dirigente valencianista destaca durante la entrevista que le realizan Cuesta y Sánchez la capacidad de trabajo del agente portugués con las comisiones siempre en un plano secundario. Salvo, con el proyecto del nuevo Valencia de Lim a medio o largo plazo, asegura que un equipo «no del 10 al 5 en la clasificación en un año».

«La clave Mendes relata también anécdotas más personales como la voracidad de Mendes en una barbacoa celebrada en casa del propio Salvo: «Nunca he visto comer más en mi vida a nadie». El nombre de Costa surge en la conversación con los dos periodistas. Salvo asegura que el hispano brasileño pudo llegar al Valencia, aunque no concreta en qué momento se dibujó una operación que no se cerró. Al menos así se lo reconoció Jorge Mendes. «Cuando Jorge te dice: Compra, compra a ese jugador, que va a ser crack y lo voy a vender por 40,50, 60 millones, eso se cumple en la mayoría de los casos. Y ese puede ser el éxito de Jorge».

El libro también recoge una carta de Peter Lim en la que el nuevo dueño del Valencia reconoce que la primera impresión de Jorge Mendes no fue agradable, aunque con el paso del tiempo cambió radicalmente esa visión. En La clave Mendes se recoge el papel principal del luso en la compra del Valencia y cómo Salvo reconoce que sin Lim el club estaría ahora en concurso de acreedores. La biografía de Mendes, con Cristiano Ronaldo como personaje principal, guarda un capítulo para cada uno de los jugadores que han sido importantes para el agente, tiene otras pinceladas relacionadas con el Valencia. El fallido fichaje de Costinha es uno de los episodios más conocidos en el club de Mestalla. Jorge Mendes apareció con el jugador luso por la ciudad deportiva de Paterna con una imagen mucho menos glamurosa que la que presenta actualmente.

El agente, según se relata en el libro, logró que Francisco Roig, el entonces presidente del Valencia, firmara a Costinha. La secuencia fue muy curiosa. Mendes estuvo durante todo el rato que duró la negociación en el despacho con Roig pegado al teléfono, según relata el propio Costinha, y al final casi se tuvieron que entender el centrocampista y Paco Roig. Una vez firmado, el entonces entrenador del Valencia, decidió que la mejor opción era ceder a Costinha, algo con lo que no estuvo de acuerdo Mendes. El luso rompió el contrato y se llevó a su jugador al Mónaco. Todos los entrevistados en el libro coinciden en la intensidad de Mendes en su trabajo. Móviles y siempre con el pinganillo en la oreja.

De hecho, cuando salió del hotel Westin de Valencia para ir al estadio de Mestalla para presenciar el partido ante el Real Madrid, el agente apareció de traje, engominado y con el pinganillo en la oreja. Su esposa apareció minutos antes. Lim, en el libro, incluso se compadece de la señora Mendes por la intensidad de su marido: «Pobre Sandra...».

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