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Valencia negocia para ser la sede de la World Race suspendida en Barcelona

Valencia negocia para ser la sede de la World Race suspendida en Barcelona

Puig dice que si «hay una oportunidad vamos a intentar aprovecharla» mientras se contacta con la organización de la regata para su posible traslado a la Marina

PACO MORENO

VALENCIA.

Domingo, 8 de abril 2018, 00:48

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La noticia saltó el pasado 29 de marzo, cuando la Fundación Navegación Oceánica de Barcelona anunció la suspensión de la World Race de 2019, la regata que da la vuelta al mundo desde la Ciudad Condal y que debía salir de sus muelles el próximo enero.

Apenas diez días después, ya se han establecido contactos desde Valencia para hacerse con el evento, una golosina dado que habían confirmado su asistencia siete equipos y once más estaban en la transición de hacerlo. La suspensión se adujo por la «inestabilidad política» que sufre Cataluña debido al proceso independentista, además de los recelos acerca de las decisiones del Gobierno sobre las exenciones fiscales de los patrocinadores.

Todo eso, unido y agitado en un vaso, provocó que el Patronato formado por el Ayuntamiento barcelonés, la Cámara de Comercio, la Autoridad Portuaria y la Fira de Barcelona decidieran dejar sobre la mesa la regata del próximo año y probar suerte con una nueva edición en 2022. Se habló también de la desconfianza de los patrocinadores.

La dársena interior tiene espacio suficiente para el evento pese a los cambios de los últimos años La salida de la ciudad condal estaba prevista en enero de 2019 y se frenó por la inestabilidad política

Frente a esta situación, LAS PROVINCIAS ha podido confirmar que desde Valencia se han establecido contactos con los organizadores de la regata y con miembros de ICOMA, una entidad internacional de industrias náuticas, para tantear las posibilidades de un traslado del evento al cap i casal.

La sede sería la Marina, donde las instalaciones construidas en su día para la Copa América de vela han sido transformadas en parte para otros usos, aunque donde queda espacio más que suficiente para acoger a los equipos de regatas. Hasta enero de 2019 quedan diez meses por delante, un plazo ajustado para un proyecto de estas características, pero con la ventaja indudable para Valencia de contar con la experiencia del evento de la Jarra de las 100 Guineas en dos ediciones.

El president de la Generalitat, Ximo Puig, se pronunció ayer sobre esta posibilidad en Castellón, donde asistió a la llegada al puerto de unos barcos de época. Aseguró según la agencia Efe que «permanentemente viendo las oportunidades que existen, y si las hay vamos a intentar aprovecharlas».

Este intento se ha llevado a la práctica, precisaron a este periódico fuentes conocedoras del proceso, con los citados contactos para comprobar la viabilidad del traslado, al menos durante la edición de 2019. Valencia será la salida y meta de una regata pensada para barcos de dos tripulantes, veleros con una eslora de algo más de 18 metros. Los barcos que compitieron en la Copa América en aguas de la Malvarrosa y El Saler llegaban a 28 metros.

El jefe del Consell comentó que «hay cuestiones que tienen que ver con la situación política de Cataluña, y otras con decisiones del Ministerio de Hacienda», en referencia a las exenciones fiscales.

Sobre esto último, dio a entender que la Volvo Ocean Race, que tiene Alicante como sede permanente de la salida desde 2008, depende de ciertas decisiones de Hacienda. «Haremos siempre lo mejor con los menores recursos posibles, porque ya no estamos en la política anterior de grandes eventos y despilfarro, sino en la eficiencia y la búsqueda de los máximos resultados, como estamos haciendo con la Copa Davis o la escala de estos barcos en Castellón», afirmó.

Agregó que la Generalitat está interesada en «acoger todos los eventos con retorno que se adapten a nuestra capacidad económica», para precisar que la Volvo no peligra, aunque admitió que hay «conflicto» porque «grandes compañías que apuestan por estos eventos aspiran a tener ciertos incentivos fiscales que no queremos que desaparezcan».

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