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Un quinto contenedor llenará las calles de Valencia con 1.470 nuevos depósitos

Un quinto contenedor llenará las calles de Valencia con 1.470 nuevos depósitos

La recogida de residuos orgánicos para abono se hará en la mitad de la ciudad a finales de año con el plan de llegar a todos los barrios en 2019

Paco Moreno

Valencia

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Jueves, 10 de mayo 2018, 13:49

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A finales de este año, el Ayuntamiento colocará un total de 1.470 contenedores para la recogida de residuos orgánicos, en lo que supone la segunda fase de un proyecto que alcanzará a la mitad de la población de Valencia. El propósito es que a mediados de 2019 se extienda por todos los barrios, indicó ayer el alcalde Joan Ribó. De esta manera, los vecinos contarán con un quinto depósito en su calle tras el domiciliario, el de papel y cartón, el de plástico y el dedicado al vidrio. En este caso servirá para la fabricación de abono agrícola natural.

El Consistorio prueba desde 2016 este tipo de recogida en algunas zonas como San Marcelino, Benimàmet y Campanar. En los dos últimos años se han recogido para su tratamiento como compost un total de 2.461 toneladas. El material se traslada a la planta Los Hornillos de la Entidad Metropolitana de Residuos, que todavía no ha fijado los precios públicos para su venta.

La concejala de Medio Ambiente, Pilar Soriano, dijo que esto se hará próximamente, coincidiendo con la implantación en numerosos barrios de Patraix, Rascanya, Benicalap, Quatre Carreres o la Olivereta, entre otros. La junta de gobierno tiene previsto aprobar mañana la adquisición de los depósitos y camiones.

Los edificios de los barrios en desarrollo tendrán cuartos para todos los depósitos de basura El propósito es agrupar toda la recogida selectiva en islas y llevar la domiciliaria a otra zona

El alcalde defendió la implantación de este tipo de recogida por la reducción de volumen que se lleva al vertedero de Dos Aguas, además de la mejora que supone para los campos de cultivo al suprimir el empleo de productos químicos. «El nivel de nitratos en el subsuelo es varias veces superior a lo establecido», dijo como ejemplo.

La presentación del proyecto tuvo una rápida respuesta por parte del grupo popular, al señalar la concejala Maria Àngels Ramón-Llin que el Consistorio debe cumplir con una orden de la Unión Europea, en el sentido de que en 2020 debe reciclarse la mitad de los desechos generados. Comentó que «a día de hoy no se nota que el Ayuntamiento disponga de más presupuesto porque es una evidencia que los barrios están más sucios».

Los contenedores de residuos orgánicos son de color marrón, mientras que la recomendación es utilizar bolsas de compostaje que puedan servir en el mismo proceso. Aún así, Soriano dijo que no es indispensable debido a que en la línea de tratamiento la maquinaria está preparada para rasgar las bolsas y separarlas de la materia orgánica.

Además de los restos de comida, en estos contenedores también pueden depositarse residuos de la poda de las plantas. De manera gradual, la intención es alcanzar una cifra máxima de 35.000 toneladas al año en toda la ciudad, de tal manera que eso podría suponer la retirada de algunos contenedores grises, los dedicados a la basura domiciliaria.

No obstante eso está por ver, al igual que la intención de rebajar la tasa de tratamiento, la llamada TAMER, por la rebaja de costes en el traslado al vertedero. Valencia es la segunda gran ciudad española que apuesta por este tipo de reciclaje tras Barcelona, subrayó Ribó.

La implantación escalonada será del 5 de noviembre al 17 de diciembre y a finales de año se llegará así al 51% de la población y 35 barrios de un total de 11 distritos. El incremento del gasto para el Ayuntamiento será de 6,3 euros por habitante y año, en una iniciativa que generará beneficios a la Entidad Metropolitana cuando pueda comercializar el compost agrícola, auguró Soriano.

El plan piloto se realiza también en los grandes productores de residuos, como mercados municipales, escuelas, hospitales y supermercados. El primer edil indicó que servirá para obtener un «compost de calidad» para estimar que permitirá potencialmente «eliminar alrededor de una tercera parte de los residuos, el metano que se produce al pudrirse la materia orgánica, sustituir los químicos del adobo y reducir la contaminación de las aguas subterráneas».

Con la implantación de esta segunda fase se llegará a unos 400.000 habitantes, ya que la primera fase alcanza a unos 55.000 vecinos. Soriano explicó que después del análisis del proyecto piloto, se ha optado por incorporar dos islas de recogida de residuos, una con la recogida selectiva y otra con los contenedores grises destinados a los residuos no reciclables, para «potenciar la idea que se tiene que separar aquello de lo que no se puede».

Por otro lado, Soriano anunció que los nuevos barrios en desarrollo de Moreres, Quatre Carreres, Sociópolis y Benicalap tendrán cuartos de basura para todos los contenedores de recogida selectiva, con el propósito de despejar las calles.

Hasta hora, la normativa obliga a los promotores a que el cuarto de basura sea sólo para depósitos de residuos domiciliarios, aunque en estos casos se empezará a pedir que hagan los mismo con los dedicados al reciclaje. El Consistorio tiene ya 40 lugares previstos para estos, donde se incluirán los de color marrón para la materia orgánica.

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