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Martes, 12 de junio 2018, 01:25
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Un gran jardín cuajado de esculturas servirá para conectar el parque de Viveros con el Museo de Bellas Artes, según la documentación presentada por el Ministerio de Cultura en el Ayuntamiento y que ha comenzado ya su tramitación para conseguir la licencia ambiental.
No será el único cambio en el entorno del edificio que alberga la principal pinacoteca de Valencia. La calle trasera, Vuelta del Ruiseñor, cambiará por completo tras el derribo del muro de bloque de hormigón que la afea por completo. En su lugar se quedará un acceso peatonal diáfano hasta la ampliación de Viveros, en la confluencia de las calles Flora y Pintor Genaro Lahuerta.
Son los grandes elementos de un proyecto que debe financiar por completo el Ministerio y donde el Consistorio tiene como misión modificar el planeamiento y darle el visto bueno a las licencias de obras. Lo primero comenzó a andar con la aprobación en la junta de gobierno de la modificación de planeamiento urbanístico.
Se trata de adaptar la calificación de todos los solares después de una ampliación del museo terminada hace tiempo, pero que curiosamente no ha completado todavía con la ocupación de las salas. El propósito es cambiar de uso dos áreas del entorno del museo, en concreto parcelas detrás de la valla del museo que delimitan la calle Vuelta del Ruiseñor, calificados como educativo-cultural y que pasarán a ser red viaria. De este modo se facilita el acuerdo para el derribo del muro y la apertura de un espacio diáfano.
Por otro lado se aprobó un cambio de calificación de terrenos que pertenecen al actual parque de Viveros, que pasarán a formar parte del recinto del museo aunque con acceso libre ya que seguirán siendo jardines. En este lugar es donde se ha previsto colocar esculturas.
En la misma zona subsisten unas viejas caballerizas, donde el plano al que tuvo acceso LAS PROVINCIAS sitúa un pabellón dedicado a Mariano Benlliure. De esta manera se completaría una potente oferta museística con fondos propios de la institución.
El Ayuntamiento amplió el jardín de Viveros con una inversión de 900.000 euros que acabó en mayo del pasado año. En síntesis, se completó la zona verde en los terrenos del antiguo zoológico, completando recorridos, laberintos de setos y abriendo nuevas zonas de juegos infantiles y hasta un recinto donde viven pavos reales.
Queda pendiente la apertura al público de una agencia de lectura, víctima de saqueos continuos hasta que se amplió el jardín para permitir un acceso directo. El problema es que entonces se registraron sendos actos vandálicos con incendios incluidos, lo que ha obligado a suspender el encargo a la empresa que debía reformar el inmueble.
En cuanto a la eliminación del muro en la parte trasera, se trata de la opción preferida por los vecinos, que han criticado varias veces la barrera que supone el muro de hormigón junto a sus viviendas. La calle llegará hasta el propio museo.
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