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I. D.
Miércoles, 2 de agosto 2017, 00:38
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valencia. Jinetes, sin montura alguna, y sus caballos en un mano a mano a galope y con la arena como escenario. Sólo vale ser el más veloz a lo largo de 700 metros para obtener la preciada 'joia', un pañuelo de seda que cuelga de una corona de laurel. Son las claves para entender la competición que, hasta mañana, se celebra en Pinedo y que atrae a numerosos vecinos y visitantes.
Son las centenarias 'corregudes de joies', un espectáculo visual que mezcla tradición con emoción y, de fondo, el mar Mediterráneo y las instalaciones del Puerto de Valencia. Este año, además, con dos novedades, ya que el Ayuntamiento las ha incluido en el programa de la Feria de Julio para impulsar su promoción «entre aquellos que consultan el programa de actividades», indicaron fuentes municipales. De ahí que también se haya movido en el calendario, pues era habitual que se celebrasen en la segunda quincena de este mes.
Además, por primera vez, el evento se ha organizado conjuntamente entre la comisión de fiestas y el ayuntamiento pedáneo y las concejalías de Cultura Festiva y Deportes. «Desde el gobierno de La Nau estamos al lado de los pueblos de Valencia, que en el anterior gobierno estaban casi escondidos. Ahora los promocionamos y los ponemos en valor», resaltó la concejala de Agricultura, Huerta y Pueblos de Valencia, Consol Castillo.
Dos cuadras con ocho caballos son las que participan estos días (de 19.00 a 21.30 horas), a la altura de la playa de la Creu de Conca, y reviven una tradición que data del siglo XVIII aunque de forma oficial se organizan desde mediados del siglo XIX.
De ahí que les 'corregudes de joies' aspiren desde hace varios años a ser declaradas Bien Inmaterial de Interés Cultural (BIC) o fiesta de interés turístico como reconocimiento a una tradición valenciana que atrae a numerosos turistas. Sin embargo, la Generalitat todavía no se ha pronunciado.
Esta carrera de caballos formaba parte de las fiestas patronales de casi todos los pueblos de l'Horta Sud, pero la pedanía de Pinedo es la única que continúa con la costumbre en la zona y las mantiene dentro de sus fiestas anuales.
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