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Las columnas de Bofill pasan por el quirófano

Las columnas de Bofill pasan por el quirófano

El Ayuntamiento adjudica por 203.000 euros la mejora de todo el conjunto construido en 1987 y uno de los iconos del jardín del Turia | La obra del arquitecto catalán en el cauce junto al Palau de la Música se rehabilitará por la ruina del hormigón

Paco Moreno

Valencia

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Miércoles, 18 de octubre 2017

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La relación de daños que sufren las columnas y los pórticos diseñados para el jardín del Turia por el afamado arquitecto Ricardo Bofill es tan grande que casi es mejor resumirlo en una frase: están que se caen a pedazos. Por ese motivo el Ayuntamiento destinará 203.270 euros a su rehabilitación tras adjudicar de manera provisional las obras a la empresa Levantina Ingeniería y Construcción S.L.. Hadit Arquitectos son los autores del proyecto y directores de la obra.

De esta manera acaba un proceso iniciado el pasado 9 de junio con el vallado incluido de todo el conjunto arquitectónico, delimitado por el puente de Aragón y el puente del Ángel Custodio. Vallas de obra livianas pero que sirven para impedir el acceso al público dado que algunas vigas están apuntaladas por la desaparición de hormigón y el mal estado de la estructura de hierro. La culpa de que se haya llegado a esta situación proviene de la falta de mantenimiento y la humedad provocada por las jardineras que adornaban algunas de las columnatas, que no volverán a colocarse.

En 1981 el Ayuntamiento contrató al Taller de Arquitectura de Ricardo Bofill para que redactara el Plan Especial de Reforma Interior del Viejo Cauce, que un año después fue expuesto oficialmente. Tras una encuesta que sirvió para el proyecto final, en 1984 y poco después se inició la urbanización de los tramos II, X y XI. El tramo 11, enmarcado entre los dos puentes, se inauguró en 1987 con diseño del propio Bofill, que planteo una trama unitaria con atención al curso continuado del agua, vegetación mediterránea y referencias al jardín romano y árabe. El elemento central estaba fuera del tramo, el Palau de la Música.

El análisis de las columnas, los atrios y el resto de elementos ha servido para distinguir los daños según su gravedad. La previsión es desmontará la totalidad de la instalación hidráulica para riego incluidos sus anclajes. También las luminarias y el cableado eléctrico, así como retirar la vegetación de las jardineras superiores.

En algunas zonas el hormigón está tan deteriorado que ha dejado las varillas a la vista

En un plazo de 40 días según el compromiso adquirido por la empresa, debe repicar las partes más dañadas y donde haya riesgo de desprendimientos, así como la limpieza mediante chorros de agua y arena. La actuación se completará con la eliminación del óxido superficial de las armaduras y la colocación de encofrado si es necesaria la reconstrucción del hormigón.

Finalmente, una nueva armadura permitirá garantizar la estabilidad del conjunto con la aplicación de mortero y un revestimiento de pintura con la impermeabilización de las jardineras y de los desagües. Los autores del proyecto indican que el deterioro es «perceptible ya que son numerosos los tramos en los que el hormigón se ha desprendido y la armadura se encuentra a la vista. Esto se debe probablemente a la presencia de agua y al escaso recubrimiento de las armaduras».

También apuntan a un diseño «defectuoso en cuanto a la evacuación de agua, junto a un escaso mantenimiento, que ha acelerado el deterioro». Los lugares más débiles de la estructura son las juntas, los salientes sin pendiente, aquellos sin goterón que impiden evacuar el agua, y los desagües mal ejecutados.

La humedad es la causa de la degradación, por lo que no se colocarán más jardineras tras las obras

Las patologías se han distinguido en cinco grados, siendo el más grave el que supone la «descomposición casi total del elemento, perdiendo buena parte de su sección y de su armado, impidiendo una reparación del mismo. Se trata de casos especiales que requieren un tratamiento específico».

Este tramo del viejo cauce es uno de los más utilizados por los usuarios y alrededor de la columnata es frecuente observar, como ocurrió este lunes, a grupos haciendo yoga, artes marciales y otras actividades deportivas. Este año también se ha restaurado la lámina de agua y los surtidores situada justo enfrente del Palau de la Música. El cierre de las zonas con riesgo de caídas no ha afectado al circuito de running que pasa por las inmediaciones y construido por la Fundación Trinidad Alfonso.

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