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PACO MORENO
Miércoles, 18 de octubre 2017, 00:42
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valencia. Las denuncias vecinales, las quejas aparecidas en los medios de comunicación y las protestas recogidas por los propios militantes han servido al Partido Popular para elaborar una serie de mapas de lo que el presidente de la gestora de Valencia, Luis Santamaría, denominó ayer como los «puntos negros de la gestión de Ribó».
Acompañado por un grupo de militantes en la calle Salinas, eligió ese lugar por ser uno de los más «significativos del gobierno tripartito». A escasos metros se mantiene un resto de lienzo de la muralla musulmana tapado con una red, mientras que a la izquierda de Santamaría se extendía un solar enorme y a la derecha, un edificio plagado de pintadas y suciedad en las fachadas.
Los mapas suman en total 116 casos repartidos en todos los barrios y se refieren al botellón, plagas de ratas, abandono en los solares, suciedad en las calles, casas ocupadas ilegalmente y hasta problemas crónicos relacionados con el tráfico. «Seguro que hay muchos más pero reflejan que este gobierno y este alcalde no trabajan», dijo Santamaría.
El presidente de la gestora quiso centrar parte de su mensaje en el distrito de Ciutat Vella, donde está en pleno proceso una reordenación del tráfico que ha sido criticada entre otras instancias por la asociación vecinal Amics del Carme.
«Partiremos de cero en los cambios que hagamos», consideró en el caso de que el PP ocupe de nuevo la alcaldía de Valencia en los próximos comicios. «Todo lo que hagamos será tras escuchar las opiniones de los vecinos», afirmó. Santamaría se comprometió a revertir el «caos circulatorio que está generando Joan Ribó y que es uno de los principales quebraderos de cabeza de los valencianos en estos momentos».
Las calles Salinas, Portal de Valldigna, Beneyto y Coll y la plaza del Ángel son algunas de las que forman el llamado plan de actuación de la muralla musulmana, paralizado desde hace lustros y donde el Consistorio tiene reservada una partida de 4,4 millones para las obras de urbanización y la apertura de nuevos jardines, sin que de momento haya licitado el concurso de obras.
El representante del PP lamentó que los «dos grandes hitos en movilidad del tripartito ha sido ponerle faldas a los semáforos y alterar su frecuencia. Han conseguido que en cualquier lugar de la ciudad un desplazamiento cueste ahora un 30% más del tiempo que se empleaba antes de que gobernaran».
A juicio del también diputado, las «plagas de ratas y cucarachas es otro de los problemas de salubridad que se vive en las calles de la ciudad con más de una treintena de zonas que nos han llegado». Recordó que el tripartito «tampoco está frenando el botellón que causa muchos problemas de convivencia», para lamentar el «abandono de los alcorques, que no se cuidan y que ahora el tripartito propone de manera sonrojarte que nos ocupemos de uno por ciudadano, así como los árboles talados y naranjas que no se recogen».
Denunció el abandono de solares y puso como ejemplo de degradación algunas zonas de Ciutat Vella. «A escasos metros de donde estamos se concentra una buena parte de la oferta turística. ¿Cómo vamos a ofrecer así una ciudad moderna que aspira a ser la capital española del Mediterráneo?», se preguntó.
Denunció por último los problemas derivados de las ocupaciones ilegales porque «son una serie de mafias que luego alquilan a costes abusivos los inmuebles a personas con necesidad. No están funcionando los servicios sociales de una manera adecuada como se ve en Orriols o en el Cabanyal».
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