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ÁLEX SERRANO
Jueves, 20 de abril 2017, 00:04
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valencia. El Ayuntamiento de Valencia ha llevado a cabo la primera rehabilitación de un refugio antiaéreo de la guerra civil de la ciudad. Lo ha hecho con el del propio Consistorio, construido en 1937 para acoger a cerca de 700 niños de un colegio situado en Arzobispo Mayoral.
La concejala de Patrimonio Cultural y Recursos Culturales, Glòria Tello, presentó ayer el refugio rehabilitado, cuyas obras han costado 212.000 euros, incluida la musealización del mismo y la exposición anexa al mismo. «Es un acto de justicia la recuperación de estos espacios, las generaciones futuras tienen derecho a saber su historia», dijo la concejala. Para Tello, «la idea de memoria histórica, o memoria colectiva son conceptos muy arraigados en muchos países europeos, ya desde el siglo pasado, y que en nuestro país llevaban un considerable retraso. Ahora, por fin, Valencia se adentra en su propia historia más reciente. Porque obviar nuestra historia no conduce a ningún sitio».
Se trata de un refugio que constaba de dos entradas simétricas a través de escaleras y cinco naves cubiertas con bóveda rebajadas de hormigón. Todas las naves disponían de bancos corridos de obra para que los niños se sentaran mientras esperaban a que pasara el peligro. El refugio disponía de retretes y de electricidad, así como de un sistema de ventilación que permitía que el aire no estuviera viciado.
El refugio fue modificado parcialmente en los años 50 para construir la actual cochera, y en los 60 comenzó a utilizarse como almacén de documentos, por lo que se eliminaron algunos elementos originales como por ejemplo los bancos corridos. Además, se añadió un pavimento de baldosas hidráulicas y se picaron las paredes. También se modificó el aspecto original al compartimentar las naves con tapias y dichas naves se independizaron con puertas.
Estos refugios, de los que había más de 200 en toda la ciudad (ahora quedan cerca de dos decenas), servían para que los vecinos de Valencia corrieran a esconderse de los bombardeos de los aviones italianos y alemanes que, sobre todo en el verano de 1938, castigaron con sus bombas la ciudad, dejando cerca de 800 víctimas en toda la guerra y convirtiendo Valencia en una de las ciudades más castigadas por la contienda fratricida. Distritos como el Marítimo fueron casi borrados del mapa.
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