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Un coche aparcado en el carril bus, el jueves por la noche en la Gran Vía Marqués del Turia. :: Jesús signes
Vecinos y hosteleros, contra la decisión de prohibir aparcar de noche en el carril bus

Vecinos y hosteleros, contra la decisión de prohibir aparcar de noche en el carril bus

La Federación vecinal lamenta la falta de debate y los locales de ocio tildan la medida de «drástica, radical y sin consenso»

ÁLEX SERRANO

Sábado, 1 de abril 2017, 00:37

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Muchas de las críticas que recibió ayer el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, no son nuevas. La Federación de Asociaciones de Vecinos le echó en cara la falta de diálogo, el PSPV le afeó la impulsividad en la toma de decisiones y la Federación de Ocio, Turismo, Juego, Actividades Recreativas e Industrias Afines (Fotur) calificó la medida de «drástica». Y es que la decisión de Grezzi de anunciar la eliminación del aparcamiento nocturno en el carril bus en 30 calles de Valencia en una reunión informal convocada dos días antes por teléfono y sin dar posibilidad al debate levantó ayer ampollas por toda la ciudad.

Y eso que Grezzi dio ayer una rueda de prensa en la que presentó el proyecto, confirmó todo lo adelantado ayer por LAS PROVINCIAS y añadió que es consciente de que buena parte de las 3.000 plazas de aparcamiento situadas en torno a las zonas de más afluencia por las noches como las grandes vías pertenecen a parkings privados que no abren por la noche, aunque les animó a hacerlo ahora que, según él, aumentará la demanda. La medida impedirá aparcar en las calles por donde discurran cualesquiera de las 12 líneas nocturnas (30 de las más importantes de la ciudad) y reducirá en hora y media, de 22.30 a 7 horas, el plazo en que se puede aparcar en las calles donde esté permitido. Se perderán 8 de cada 10 plazas de aparcamiento disponibles en la calle. Se pondrá en marcha el día 10 de abril. Para entonces Grezzi anunció una mejora de la frecuencia en la N1 y la N6, las dos más utilizadas de la ciudad, pero se mostró impotente respecto a la red de Metrovalencia, que no depende de él. Grezzi volvió a insistir en la necesidad del contrato programa para mejorar el transporte público en la ciudad.

Sus explicaciones no convencieron a todos. El concejal enfadó a la Federación de Asociaciones de Vecinos, dividida entre las entidades que sí quieren que se prohiba aparcar en el carril bus por la noche (sobre todo las situadas en el centro o en Russafa) y las que son partidarias de esa «excepcionalidad», como la llama Movilidad, porque permite facilitar el acceso al centro y paliar la falta de aparcamiento en determinados barrios (las asociaciones de la periferia, principalmente). La presidenta de la federación, María José Broseta, criticó que la decisión se tomara de forma unilateral y sin participación: «Había mesas de movilidad abiertas sobre el tema en las que no se había llegado aún a una conclusión final y sin embargo la medida se comunicó de forma precipitada y por sorpresa en la tarde noche de este jueves, eso no es participación».

Broseta insistió en la inutilidad de las mesas de trabajo si a la hora de la verdad las decisiones se toman a sus espaldas «y sin consenso», según indicó ayer la entidad en un comunicado. La dirigente vecinal insistió en que la ciudad necesita al menos los fines de semana servicio nocturno ininterrumpido para que el bus sea una auténtica alternativa al coche que justifique la prohibición de aparcar, ya que ahora las líneas nocturnas finalizan entre las 1.30 y las 2 horas. La postura de la federación iba en la línea de acotar el horario de aparcamiento al de las líneas regulares de la EMT (de 22.30 a 7 horas) salvo en las paradas, que deberían estar siempre despejadas para garantizar la accesibilidad de los usuarios a los buses, al menos hasta que haya una oferta real y adecuada de transporte público nocturno (buses, metro y tranvía) como sí hay en otras ciudades españolas», dijo Broseta.

Enfado de hosteleros

Enfado también entre hosteleros. La Federación Empresarial de Hostelería de Valencia mostró ayer su malestar por la aprobación de una medida que consideran que se ha tomado «de forma unilateral y no consensuada por parte de la concejalía de Movilidad con todos los sectores implicados». «Durante los últimos meses se han mantenido diferentes reuniones de la Mesa de Movilidad y en todas ellas, ante el rechazo mostrado por colectivos como el hostelero y vecinal, siempre se ha trasladado que este tema se trataría de forma específica y que contaría con la opinión de todos los sectores. Sin embargo no se ha cumplido este compromiso por parte de la concejalía ya que se convocó una reunión sin orden del día y con carácter de urgencia en la tarde del jueves para anunciar que la medida de prohibir el estacionamiento en el carril bus estaba tomada y que iba a hacer pública hoy (por ayer)», explica la entidad en un comunicado. La misma considera que los argumentos de Movilidad «no están fundamentados ni suficientemente justificados como para tomar una decisión tan radical y que afecta directamente a miles de ciudadanos y a la oferta cultural y de ocio nocturno de la ciudad de Valencia».

Y enfado en los locales de ocio y pubs de toda la ciudad. Para ellos, el aparcamiento en el carril bus es casi cuestión de vida o muerte o, si se prefiere, de mantenerse abiertos o de tener que cerrar por falta de clientes. La Federación de Ocio, Turismo, Juego, Actividades Recreativas e Industrias Afines (Fotur) calificó la medida de «drástica». Así se expresaron tanto Víctor Pérez, presidente de Fotur, como Juanjo Carbonell, secretario general de la entidad. «Creemos que esta decisión va afectar, y mucho, a nuestro sector, pues va a suponer una disminución sustancial de movimiento en la ciudad. Muchos vecinos tanto de Valencia, como de los alrededores, que quieran salir por las noches», lamentaron: «Es una locura». El presidente de la Asociación de Pubs de Valencia, Tico Corrons, también criticó la decisión que, según él, «va a fastidiar mucho a la hostelería». «Nos citó para contarnos la resolución sin ningún debate», lamentó Corrons, que cree que la medida tenía que haberse puesto en marcha «poco a poco».

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