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La parte visible del nuevo asentamiento de chabolistas de la calle Murillo, a sólo dos manzanas de donde fueron desalojados. :: juanjo monzó
Los chabolistas desalojados de un solar del centro de Valencia ocupan otro al lado en horas

Los chabolistas desalojados de un solar del centro de Valencia ocupan otro al lado en horas

La nueva invasión ilegal se produce en la misma calle y a sólo dos manzanas de su anterior campamento

J. A. MARRAHÍ

Miércoles, 29 de marzo 2017, 19:58

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El cuento de nunca acabar. El asentamiento de chabolistas que fue desalojado el lunes por la Policía Local en un solar de la Generalitat en pleno centro de Valencia comienza a levantarse otra vez. Los ocupas simplemente se han 'mudado' y su campamento ilegal renace en un solar tapiado de la misma calle, a sólo dos manzanas del primero. Así lo denunciaron el martes vecinos de la zona y lo constató LAS PROVINCIAS.

Cien firmas contra la vivienda social foco de trapicheo

  • Las ocupaciones de propiedades se están convirtiendo en un verdadero problema para la Generalitat. Y no sólo en solares de titularidad autonómica como el desalojado en la calle Murillo. A sólo unos metros de allí se alza una finca del EIGE convertida en una especie de 'hotel' de la droga y la prostitución.

  • El edificio, concebido como vivienda de alquiler social, ha acabado ocupado ilegalmente. LAS PROVINCIAS lo denunció en diciembre y los problemas persisten. Hasta el punto de que vecinos y comerciantes de Velluters han recogido un centenar de firmas exigiendo una solución. Piden, en definitiva, medidas de seguridad efectivas que impidan la ocupación ilegal, pues la puerta de acceso está reventada.

  • Esta es la respuesta del organismo autonómico «Estamos trabajando para acabar con las ocupaciones ilegales por las vías legales pertinentes, siempre en perfecta coordinación con las fuerzas de seguridad y la administración de justicia». La Policía Local ya respondió en su momento. Desalojaron e informaron a la propiedad para que adoptara medidas de seguridad.

  • Para el edificio de la calle Teixedors la solución no llega. Residentes y comerciantes asisten a diario a «peleas callejeras, colas de toxicómanos y hasta un incendio reciente». Alejandra, con un estudio cercano, es una afectada «Lo que sucede ahí dentro es indignante y lo sufre todo el barrio. Un extranjero cobra a indigientes un euro por permitirles pasar la noche. A lo mafioso. Se juntan unas 25 personas. Para colmo, hay venta de droga a toda hora y prostitución».

El nuevo emplazamiento, de dimensiones más reducidas, está junto al número 16 de la calle Murillo, rodeado por un edificio en ruinas y otro antiguo de cuatro alturas, junto a una escuela de cocina. En concreto, ocupa el espacio del número 14 de la citada vía, muy cerca de las Torres de Quart y del Conservatorio Profesional de Música. «Ya tienen otro solar en la misma calle, los he visto entrar varias veces», aseguró Begoña, una afectada de la anterior ocupación que pasa a diario por este punto para ir a trabajar.

Y lo más sorprendente es que la nueva ocupación ilegal ha comenzado antes incluso de que los equipos municipales de limpieza retiraran los enseres, chatarra y desperdicios que se acumulaban en el solar autonómico, propiedad de la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat (EIGE). Las tareas de limpieza se completaron el martes por la mañana. Por segundo día consecutivo, operarios de limpieza municipales entraron en el solar para llenar otro camión con maderas, somiers, uralitas, tablones... «Esperemos que dure. Ya veremos...», deseaba una de las residentes afectada, Encarna Clérigues, tras meses de «malos olores, bichos, hogueras o griteríos», los problemas que desataron las quejas vecinales. «Si hasta hacían sus necesidades ahí», puso como ejemplo.

Ahora este insalubre modo de vida se ha trasladado a sólo dos manzanas, en el linde con el solar del antiguo teatro Princesa, hoy convertido en aparcamiento de comerciantes. Clérigues cree conocer la explicación: «Por más que se desalojen, si no se les brinda un modo de vida mejor seguirán ocupando solares. Funcionan como clanes de la mendicidad. Piden por el centro y les conviene vivir en esta zona. Además, tienen muy cerca la fuente de la plaza de Santa Úrsula, donde llenan sus garrafas de agua».

Un escondite bajo candado

El nuevo emplazamiento de la calle Murillo invadido por los ocupas es más discreto que el anterior. El solar elegido tiene una planta en forma de L que permite ocultar casi por completo las chabolas en la parte que no recae a la calle. Su único acceso es una tapia de no más de cinco metros en la que una pintada disimula la puerta de acceso. En ella han colocado un cerrojo, como ya sucedió con la anterior ocupación.

«Las invasiones de solares en Velluters están a la orden del día y son un verdadero problema para el barrio. Hay por todas partes y los que los ocupan se las saben todas», destaca Antonio, vigilante del garaje ubicado justo al lado del nuevo terreno ocupado. «En tapias sin acceso por puerta entran con escaleras escondidas atadas a cuerdas o con vallas», denuncia el trabajador. Los residentes consultados en la zona no pudieron aclarar si el nuevo terreno invadido es privado o de titularidad pública. «No tardarán los problemas», auguraba Antonio.

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