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Embotellamiento a la entrada del colegio Cervantes, ayer. :: damián torres
«Han complicado lo  que ya era muy difícil»

«Han complicado lo que ya era muy difícil»

Padres del centro Cervantes critican las dificultades para parar y recoger a sus hijos junto al nuevo carril bici de la calle Guillem de Castro

ÁLEX SERRANO

Miércoles, 1 de marzo 2017, 00:42

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«No tiene mucho sentido, es complicar aún más lo que ya era bastante difícil». Quien habla así es un padre que acude cada día a recoger a su hijo del colegio Cervantes, en el número 153 de la calle Guillem de Castro. Y lo hace porque en opinión de algunos de los padres y madres entrevistados entre ayer y anteayer, el nuevo anillo ciclista y la eliminación de plazas de aparcamiento que ha traído aparejadas ha complicado y mucho la parada en las inmediaciones del colegio para coger a los niños.

No es la primera denuncia en este sentido. Este diario informó, el pasado lunes, de que el Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos (Spplb) denunció «descoordinación, falta de visión y traslado de la responsabilidad» en la concejalía de Movilidad Sostenible por el anillo ciclista, sobre todo en la calle Conde Trénor. Es uno de los puntos más conflictivos de todo el trazado porque cientos de padres acuden cada mañana o cada tarde a dejar o recoger a sus hijos del colegio, y los agentes tienen, siempre según la versión de Spplb, la obligación de «denunciar sin miramientos» a quien pare en la zona para recoger a los más pequeños.

En un primer momento, parece que la situación no se repite en el colegio Cervantes. En este punto, la Policía Local no multa a los padres, tal como comprobó este diario, pero ello no implica que la circulación sea fluida. Hace ya años que las concejalías de Movilidad (antes de Tráfico) y de Seguridad Ciudadana (antes Policía) trabajan codo con codo para facilitar el acceso a los colegios de toda la ciudad a primera hora de la mañana y en torno a las 17 horas, cuando los más pequeños salen de clase. En estos casos, como reconocen fuentes policiales, se hace «la vista gorda» respecto a determinadas infracciones, como coches aparcados en segunda fila o en el carril bus.

Algo así ocurre en el colegio Cervantes. Sin embargo, el nuevo anillo ciclista ha complicado aún más una situación que antes era difícil. «Lo siento, no puedo hablar, no tengo tiempo», es lo más repetido por los padres que dejan el coche mal aparcado para recoger a sus hijos. Quienes se detienen aseguran que la reducción de plazas de aparcamiento, incluidas de la ORA, les obliga a dejar el coche mal aparcado en la acera de enfrente, en el carril bus, mientras recogen a sus hijos. «El anillo está muy bien pero claro, no tiene en cuenta que esto es un cole y tenemos que venir a por los nenes», dice María, que tiene dos hijos escolarizados en el Cervantes.

Y es que la nueva reordenación junto al colegio de la calle Guillem de Castro incluye un carril bici de dos metros y medio (el omnipresente anillo ciclista de la concejalía de Movilidad), una zona de carga y descarga junto a un paso de cebra y decenas de plazas de aparcamiento para motocicletas, así como apenas tres plazas para coches y un aparcamiento de bicicletas. Con este entorno «complejo», como definen los propios padres, acceder al colegio para recoger a los niños es más difícil que hace apenas un mes.

Otros casos en la ronda

Eso sí, los padres encuestados insisten en celebrar que la concejalía de Movilidad les ha pintado un nuevo paso de cebra, que une el colegio con el parque situado justo frente a él. Tanto les satisface esta actuación que el pasado 9 de febrero organizaron una fiesta en la calle para celebrar que tras siete años de reivindicaciones ya disponen del paso de cebra. La celebración incluyó música, danza, confeti y globos.

En la calle Blanqueries, concretamente en el número 15, donde se encuentra el centro educativo Gran Asociación, los conductores también tienen que dejar el coche mal aparcado para recoger a sus hijos, aunque el carril bici aquí discurre por la acera de enfrente. También ocurre algo parecido en el entorno del Sagrado Corazón, situado en Muro de Santa Ana. En este caso, los coches mal aparcados en el carril bus llegan hasta casi la calle Pintor López, sobre todo después de que la Policía Local haya comenzado a multar a quienes abandonan el vehículo para recoger a sus hijos de los centros escolares localizados en la ronda interior.

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