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Vista general de la cantidad de basura acumulada en la zona. :: damián torres
La basura rebosa en el barrio del Parque Central pese  a las protestas vecinales

La basura rebosa en el barrio del Parque Central pese a las protestas vecinales

Los vehículos acceden por un camino junto a las vías del tren y los residentes alertan del peligro de plagas

PACO MORENO

Domingo, 22 de enero 2017, 23:50

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«Esto es un desfile continuo de camionetas y lo peor son las plagas de ratas». Los vecinos de la calle San Vicente, a la altura del barrio de la Cruz Cubierta, contemplan desde sus ventanas un paisaje desolador. Montañas de escombros diseminadas en los solares del antiguo complejo Macosa, que han convertido el futuro barrio del Parque Central en el mayor vertedero de Valencia.

Las fábricas fueron demolidas hace años, salvo una que servirá para un futuro colegio. El problema es que desde entonces no se ha hecho nada. Lourdes, una de las vecinas de la zona, comentó que se ha pedido varias veces a la Policía Local que aumente las patrullas y multe a los que hacen los vertidos, aunque de momento sin resultado.

Lo mismo dice el portavoz de la asociación de vecinos de Cruz Cubierta, Rodolfo Izquierdo, al referirse a las viviendas abandonadas al sur de Macosa, antes de llegar al puente que salva las vías ferroviarias. «Nos han dicho que pidamos el cierre de los caminos para evitar que entren», señala.

Estas viviendas ya fueron objeto de debate en la Junta de Distrito de Patraix la semana pasada, donde la concejal de Ciudadanos María Dolores Jiménez pidió que se proceda a desratizar y desinfectar todos los solares, conforme establece la ordenanza de Limpieza Urbana en su artículo 17.

Lo que pasa es que la mayoría de las propiedades están en manos del llamado banco malo, la Sareb, después de batacazo sufrido por las empresas del sector en la crisis inmobiliaria. En las calles Altamira y Vicente Salcedo está la cuestión añadida de las ocupaciones ilegales. Tanto Lourdes como Izquierdo coinciden en señalar este problema pese al tapiado de puertas y ventanas.

Y es que todo el entorno de las vías del tren es como un queso gruyere repleto de agujeros por donde se cuelan las furgonetas para depositar los escombros. El acceso más fácil es un camino de tierra paralelo al tendido ferroviario que va desde el bulevar sur hasta llegar casi hasta la calle Amparo Iturbi. «No es sólo que tiren dentro de todo, es que empiezan a hacerlo en el camino y es lo que ven todos los viajeros en tren al llegar a Valencia», comenta Izquierdo.

La demolición de las naves se hizo precisamente para evitar la ruina de inmuebles condenados a desaparecer por el planeamiento del Parque Central. Entre la gasolinera y el bulevar sur, una vieja fábrica de cerveza fue derribada en parte por el Consistorio tras una serie de incendios que duraron varios días, tal es la cantidad de residuos. Todavía falta mucho y se ha pedido a los propietarios, todavía sin respuesta en una actuación que se estima en un coste de un millón de euros.

Jiménez destaca que la falta de limpieza no sólo afecta al deterioro del barrio, sino también a la salud de los vecinos de la zona. «Si el entorno no se mantiene, corremos el riesgo de convertirlo en un estercolero y un foco de infección y plagas durante el verano», indica.

Este riesgo es ya es una realidad para Lourdes. «Los vecinos que vivimos enfrente vemos cómo se mueven las ratas por los solares», apunta. El desarrollo de estas viviendas está condicionado al soterramiento de las vías, lo que a día de hoy sigue sin fechas.

El canal de acceso a la futura estación Central debe llegar desde los andenes hasta el bulevar sur, aunque los túneles seguirán después hacia el sur. En superficie quedará la avenida Federico García Lorca, con un bulevar central ajardinado.

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