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PACO MORENO
Jueves, 19 de enero 2017, 20:45
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El Palau de la Música cumplirá 30 años el próximo 25 de abril, un aniversario que prácticamente coincide con la apertura al público del tramo del jardín del Turia que hay entre el puente de Aragón y el del Ángel Custodio. A la altura del auditorio se sitúa un estanque enorme, con uno de los mayores juegos de agua de la ciudad y que estos días registra un cambio total de imagen, al menos hasta que se llene de agua: será de color rojo.
Las obras se realizan dentro de las mejoras de la lámina de agua diseñada por el arquitecto catalán Ricardo Bofill, autor del tramo citado y coordinador de todos los demás por encargo del Ayuntamiento en 1984. Fuentes cercanas a la concejalía de Parques y Jardines señalaron que la pintura es impermeable y el color recuperará la imagen original.
Con esta actuación se eliminarán además las frecuentes filtraciones de agua producidas entre el estanque y el Palau de la Música, con encharcamientos que dificultaban el paso de los viandantes. Buena parte de la superficie ya está pintada de rojo, por lo que antes de que acabe el mes se llenará de nuevo.
A principios del pasado año, el Consistorio reparó los sistemas de juego de luces, la megafonía y el bombeo de agua, rotos desde hacía años y que no podían haber sido reparados por los recortes en el Presupuesto municipal. De las dos instalaciones de extracción de agua, una estaba en una situación irreparable, mientras que la potencia del alumbrado no se ajustaba a la normativa.
Los alrededores de la lámina de agua se han convertido desde su inauguración en una de las zonas más frecuentadas del jardín del Turia. Predomina un diseño geométrico, con columnas en explanadas que se abren en los extremos, zonas de césped y arbolado. Los juegos de agua con hilo musical se convirtieron desde el principio en una atracción para vecinos y visitantes, aunque con los recortes se suprimió el servicio los fines de semana.
El anterior gobierno municipal se planteó incluso cobrar una tasa por la utilización de esta megafonía, pedida en ocasiones por los organizadores de eventos en el Palau de la Música. La propuesta quedó fuera de la ordenanza fiscal.
La reparación de la obra de Bofill incluirá los baldosines rotos o sueltos, para ofrecer el mejor aspecto. El Ayuntamiento realizó al principio del mandato un listado de todas las fuentes ornamentales estropeadas, repartidas entre la concejalía del Ciclo Integral del Agua y la Fundación de Parques y Jardines.
La mayor parte de las que aparecen en la lista ya están reparadas. Destaca el coste de mantenimiento del lago del parque de Cabecera, que pese a su tamaño enorme está catalogado como una fuente, con sistemas de depuración de aguas próximos al puente 9 d'Octubre. La rotura de uno de estos aparatos ha complicado la limpieza del agua desde hace años.
La concejal de Medio Ambiente, Pilar Soriano, llegó a criticar que los anteriores responsables del Partido Popular se dedicaron a amontonar el fango en la parte central de la fuente, en referencia a que durante mucho tiempo no se realizó un mantenimiento en condiciones.
Con el propósito de recordar su origen como cauce del río Turia, el agua fue un elemento fundamental en el diseño de varios tramos. El diseñado por Bofill es uno donde hay más presencia de canales y láminas de agua, aunque también puede decirse lo mismo en el que va desde el puente del Reino hasta el de Monteolivete, de factura mucho más reciente y construido por los promotores inmobiliarios de la avenida de Francia como una de las cargas urbanísticas del barrio.
Ricardo Bofill diseñó todos los tramos del viejo cauce, incluido el de su desembocadura y la conexión de esta zona con el litoral. Tres décadas después de la apertura del Palau de la Música, queda pendiente todavía esto último, con la tramitación que ahora se retoma del nuevo barrio del Grao. El planeamiento aprobado por el Consistorio prevé la conexión de estas calles con la dársena interior, con la prolongación de la Alameda y la avenida de Francia, que terminarán con edificios de hasta 50 plantas.
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