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Farola con una luminaria apagada en el centro de Valencia. :: signes
Valencia apaga el exceso de luz

Valencia apaga el exceso de luz

El plan de ahorro genera fondos suficientes para reponer cable robado y mejoras en barrios

PACO MORENO

Domingo, 15 de enero 2017, 20:53

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La idea es sencilla: apagar bombillas donde hay exceso de iluminación y con los ahorros que se generan, reponer cable de cobre robado, cambiar las luminarias más contaminantes y hasta renovar el alumbrado en los túneles. Con esa estrategia, el Ayuntamiento ha conseguido reducir la factura en 751.301 euros en un año, según los datos facilitados a LAS PROVINCIAS.

Es sólo un primer paso, dado que la factura anual del Consistorio ronda los 20 millones de euros. El concejal de Alumbrado Público, Sergi Campillo, indicó ayer que las farolas suponen el recibo más elevado, muy por encima de los colegios de la ciudad o las instalaciones municipales, por lo que seguirán más medidas de ahorro este mandato.

Campillo destacó que es importante llegar a la «iluminación adecuada», para fomentar los ahorros, luchar contra el cambio climático y ayudar al descanso nocturno de los vecinos. El edil dijo que carece de sentido que en algunas calles «no pudieran levantar las persianas para dormir porque les molestaba la luz de las farolas».

Ultiman la renovación de otras 22.600 bombillas

  • La próxima semana se abre el último de los sobres de las ofertas para invertir cuatro millones de euros en la renovación del alumbrado público, iniciativa a la que se presentaron doce empresas.

  • Un préstamo a tipo de interés cero, gracias a una subvención de un instituto del Gobierno, ha facilitado una renovación que permitirá la sustitución de 22.676 luminarias por otras de tecnología led en toda la ciudad.

  • El cálculo del Consistorio es que el ahorro anual en la factura eléctrica ascienda a 1,8 millones de euros, lo que justifica ampliamente la inversión. También se bajará la potencia de las luminarias, para favorecer ese descenso en el consumo.

  • Campillo comentó sobre esto que, en términos generales, el ahorro medio en cada luminaria ronda el 75% del coste actual, por lo que en un plazo de tres o cuatro años estará amortizada esta inversión. En total, se cambiará el 22% de las 106.000 unidades del alumbrado público.

  • Se pretende reubicar 1.200 luminarias modelo Campanar ahora situadas en vías con exceso de iluminación. En algunos casos hay farolas de tres brazos con otras tantas bombillas, aunque las que dan a las aceras no se encienden, por lo que serán suprimidas para su utilización en otras zonas. La renovación incluirá también la sustitución de 15.597 bombillas de alta potencia y vapor de sodio por otras de menor consumo.

En Valencia hay alrededor de 106.000 puntos de luz, mientras que el plan de apagado ha afectado a un total de 4.125 luminarias. El ahorro anual calculado en términos de energía ha sido de 3.131.120 kilowatios/hora, mientras que el recibo ha bajado en 491.052 euros.

El apagado se ha realizado en farolas con varias luminarias y donde normalmente había una elevada potencia. También se ha pretendido evitar la creación de «zonas oscuras» y que la reducción no afectara a la seguridad vial o de las personas. Con estas premisas, el edil señaló que se ha trabajado en las zonas de la ciudad (norte y sur) en las que están divididas las contratas de mantenimiento de la red.

Se ha convertido en algo habitual ver farolas con luminarias apagadas en los principales ejes. La avenida Cortes Valencianas es un ejemplo, lo mismo que la avenida Cardenal Benlloch, la avenida de Aragón o la calle Emilio Baró, por citar algunas. También en lugares singulares como en el paseo de la Alameda, en este caso en los aledaños del Palau de la Música, donde estos días se procede a una poda de todo el arbolado.

Con la rebaja de la factura eléctrica se puso en marcha la segunda parte del plan, consistente en la reposición del cable robado y las tomas de tierra, una lacra de los últimos años como conocen los vecinos de prácticamente toda la ciudad, sobre todo de la periferia y las zonas de la huerta metropolitana.

En total, una inversión de 327.933 euros que ha seguido un orden cronológico, es decir, se han reparado primero los tramos de calles que más tiempo han estado a oscuras. Las primeras reposiciones se hicieron en barrios como Monteolivete, Fuente de San Luis, Orriols y Cabanyal, además de las pedanías de Benimàmet y Castellar-Oliveral.

Ya en una segunda fase, el edil de Alumbrado detalló que se han realizado reparaciones en Malilla, Arrancapins, Campanar, Marxalenes, Malvarrosa, Orriols y Cabanyal de nuevo, para seguir por La Punta y San Marcelino, junto a La Torre, Beniferri y Benimàmet.

En los anteriores mandatos, la crisis económica avivaba el incremento del robo de cobre y la red de alumbrado de la ciudad fue una víctima propiciatoria. Incluso se llegaron a detectar casos de hurtos realizados por personas disfrazadas como operarios de una empresa, a plena luz el día y simulando realizar alguna mejora en el barrio en cuestión.

Pero el lugar elegido por razones obvias para estos robos ha sido siempre la huerta y el jardín del Turia. Vecinos de zonas como Font d'En Corts llegaron a realizar patrullas simbólicas por las noches para prevenir el hurto en sus campos, lo que estaba facilitado por el hecho de que muchas de las farolas estaban apagadas por la falta de cableado.

El edil comentó que las nuevas instalaciones incorporan un sistema antirobo, que permite enviar una alerta inmediata si alguien la manipula para robar el cable de cobre. Incluso se han colocado paneles informativos en los báculos con esta innovación tecnológica: «¡Atención! Instalación dotada con detectores de robo de cable. Aviso directo a la policía», rezan los carteles.

En algunos casos faltaba la instalción en lugares de gran intensidad de tráfico. La avenida del Cid, la avenida Antonio Ferrandis y la avenida Ausias March han sido algunos de las vías afectadas, lo mismo que en la avenida Profesor López Piñeiro, en las inmediaciones de la Ciudad de las Ciencias.

Nuevos sensoresy reguladores para ajustar la iluminación

  • En el paseo marítimo de la playa de Pinedo se han colocado sensores de movimiento, de tal modo que el alumbrado público se enciende en esos casos. Es sólo un ejemplo del empleo de tecnologías en la red de alumbrado público, algo que se extenderá en el concurso ahora en marcha gracias al préstamo de cuatro millones de euros. Campillo precisó que se trata de una de las mejoras a presentar por las empresas y que considerarán los técnicos en la adjudicación del encargo.

  • Las bombillas led, por cierto, tendrán una luz azulada al entender el Consistorio que es menos contaminante que la luz blanca que ahora predomina en muchas calles de la ciudad. En unos pocos meses, la renovación de más de la quinta parte del alumbrado cambiará la imagen nocturna de la ciudad.

El plan de mejoras en la red tiene una tercera pata, emanada igual que la anterior de los ahorros por el apagado de bombillas. Se trata de mejoras puntuales en los barrios, bien por iluminación inadecuada (farolas de bola) o justo por lo contrario, ausencia de alumbrado.

«En algunas calles hemos sustituido las bombillas de vapor de sodio instaladas en farolas modelos Fernando VII y Villa, a causa de que emiten la luz en todas direcciones y son altamente contaminantes», destacó el delegado.

Además de la contaminación lumínica que se genera por las carcasas de luminarias en forma de bolas de cristal, Campill comentó que la luz «emitida en todas direcciones, además de que no se utiliza, molesta a los vecinos de las ventanas cercanas, produciendo lo que se conoce como luz intrusa». La realización de los sucesivos planes de alumbrado motivaron escenas como la colocación de cartones pegados a los cristales o incluso algún paraguas abierto durante las noches en varias calles.

La actuación consiste en este apartado en la sustitución de luces por placas de «fuente luminosa led cálida, conjuntamente con el cambio de los cristales, que pasen de ser translúcidos a totalmente transparentes». Los técnicos consideran que los primeros tipos de cristal absorben más del 35% de la iluminación que emiten las farolas, además de «deformar la distribución de la luz, mientras que con la tecnología led se consigue un elevado grado de optimización», según se refleja en el balance facilitado a este periódico.

En total, se han cambiado 1.990 unidades con un ahorro anual de 147.261 euros. El edil subrayó que además de esta circunstancia, también se ha logrado «reducir la contaminación lumínica y conseguir un alumbrado más uniforme y de mayor calidad».

De cara a este año, las actuaciones en los barrios serán decididas por una comisión de eficiencia energética formada por técnicos municipales, que a su vez se encargarán también del plan de inversiones, gracias a los ahorros conseguidos. El propósito es que todo lo que se consiga reducir en la factura redunde en mejoras en el propio servicio.

La reducción de gasto en este apartado seguirá todo el mandato. En palabras del edil, todas las calles serán revisadas para comprobar el estado de su iluminación, incluido el efecto del arbolado. «Está claro que Valencia no puede ser como un pueblo en el nivel de iluminación, pero hay un derecho a poder dormir por la noche», dijo.

Con el presupuesto generado por el ahorro, se encuentra también respuesta a las reivindicaciones vecinales. Sirva como ejemplo una zona del barrio de San Lorenzo, en Rascanya, que no disponía de alumbrado público. Algo similar ocurre en los barrios de Malvarrosa y Benicalap, aunque en este caso se ha renovado el alumbrado en zonas como las plazas Simón Bolívar, Francisco Montblanc o la plaza de la Iglesia. En las dos primeras, las farolas estaban instaladas en las fachadas de los edificios cercanos, que a causa de la frondosidad del arbolado, en la parte central había muy poca iluminación. La solución fue colocar luminarias tipo Campanar en báculos, con caperuza y halógenos de alto rendimiento.

En zonas como la avenida Doctor Waskman, se cambiaron 44 farolas por su mal estado de conservación y tras recibir quejas de los vecinos de la zona por el riesgo de desplome. En su lugar se han puesto otras de menor altura y que además consumen menos que las retiradas por su tecnología. Campillo citó por último el refuerzo en las pedanías de El Saler, Horno de Alcedo y el barrio de Abastos.

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