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ISABEL DOMINGO
Martes, 6 de diciembre 2016, 00:14
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La Lonja de la Seda, considerada una obra maestra del gótico civil valenciano, fue el primer Patrimonio de la Humanidad que logró la Comunitat. Era diciembre de 1996 (el día 5 se declaró y el 7 se formalizó la inscripción en la lista de la Unesco) y el edificio de Pere Compte alcanzaba la protección más alta y el compromiso de las administraciones a garantizar su protección y ponerlo en valor.
Veinte años varias asociaciones han denunciado que no se ha hecho nada ni por mejorar el entorno de la Lonja ni por impulsar algunas rehabilitaciones que aún siguen pendientes, como el artesonado de la primera planta. También critican la falta de aplicación del plan director que redactó la Universitat Politècnica en el año 2007 y fue aprobado por el Ayuntamiento un año después. «Y parece ser que no hay intención de ello por las contestaciones que nos ha dado la Conselleria de Cultura, que apuntan a que se ha descartado por lo que sería necesario redactar uno nuevo con el consiguiente gasto», explicó el presidente de la asociación Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, César Guardeño.
Esta entidad es una de las que ha denunciado la degradación del entorno urbanístico de la Lonja, «que han consentido tanto el Ayuntamiento como la conselleria». De hecho, el colectivo ha presentado varias reclamaciones a estas dos instituciones y el Síndic de Greuges tiene un expediente abierto desde el año 2013 con alguna que otra recomendación remitida al equipo de gobierno municipal (la última el pasado junio).
Guardeño pone varios ejemplos: les covetes de Sant Joan o los dos edificios en ruinas, uno recayente a la fachada lateral de la calle Pere Compte y el otro, en la plaza del Doctor Collado. Eso a pesar de que a comienzos del año pasado se desbloqueara el proceso de reforma tras siete años de problemas con los trámites administrativos.
Su ruinoso estado es, como resaltó Guardeño, «imán para la colocación de todo tipo de carteles publicitarios», otro aspecto sobre el que ha alertado la asociación al estar prohibido dentro del entorno de protección de la Lonja.
Pasar a la lista negra
A sus quejas se suma también la asociación de vecinos y comerciantes de La Boatella, que hasta remitieron cartas el pasado octubre al comité asesor de la Unesco y a la propia institución para denunciar el deterioro de la zona y los incumplimientos de protección.
Incluso solicitaron que la Lonja pase a la lista de bienes en peligro al no cumplir con los requisitos que marca la Unesco (en una situación similar se encuentra, por ejemplo, el parque natural de Doñana). Una iniciativa, la de trasladar la queja a la Unesco, que tampoco descartan desde Círculo por la Defensa del Patrimonio.
La Boatella denunció no sólo la degradación de los alrededores del edificio de Pere Compte sino también «la perdida de su significado». En este sentido, criticaron la proliferación de establecimientos hosteleros y terrazas, lo que a su juicio «degrada el entorno, impiden el paso y perturba su contemplación». Y acusaron a la Concejalía de Movilidad de beneficiar su expansión con las medidas de peatonalización.
«Han permitido la presencia de bares, cuyas terrazas, llenas de sillas y mesas, inundan la calle Pere Compte. Un hecho incompatible con la propia declaración de BIC y de Patrimonio de la Humanidad. Las distancias obligatorias por ley no están siendo respetadas con el beneplácito y consentimiento del Ayuntamiento y la indiferencia de la conselleria pesar de las numerosas denuncias interpuestas», señaló Guardeño, quien puso como comparativa la Mezquita de Córdoba «donde no hemos visto nada así».
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