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El mexicano que intenta poner en valor el café en Valencia

El mexicano que intenta poner en valor el café en Valencia

Jorge Silva llegó a la ciudad en 2008 tras casarse con una valenciana y ahora regenta cuatro negocios en el centro de la capital del Turia

Rafa Muñoz

Martes, 22 de noviembre 2016, 20:18

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La cultura del café, tan presente en otros países, lucha por hacerse un hueco en España, a la sombra del vino y del más o menos reciente movimiento surgido en torno a la cerveza. Para ello los baristas juegan un papel fundamental, y cada vez son más los lugares especializados en el café que aparecen en el mapa hostelero de las grandes ciudades.

Es la intención de Jorge Silva, un hostelero mexicano que en 2008 aterrizó en Valencia. Llevaba tres años viviendo en Venecia, donde conoció a una mujer valenciana con la que terminó casándose. Llegó con la idea de montar un negocio, pero no fue hasta 2011 cuando decidió apostar por un local, llamado Coffee Corner, que acababa de cerrar tras 15 años abierto en la calle Pérez Pujol.

Cinco años después cuenta ya con cuatro cafeterías en el centro de la ciudad, y su apuesta sigue vigente. Queremos dar a la gente un producto muy importante, como es el café, de la forma correcta, preparándolo con el cariño que se necesita en cada taza; hoy en día son pocos los sitios que se preocupan en servir una taza de café de la manera que debe hacerse, explica.

El café es la guinda final de una buena comida o cena, o el comienzo de un buen día, y creo que tenemos que hacerlo bien; nos preocupamos por comer una buena carne o pescado, una buena paella, pero del café nunca se preocupa uno de que sea tan bueno como lo que se ha comido, asegura Jorge Silva. La gente creo que, cada día más, se está preocupando por todos los productos que está consumiendo, incluido el café.

Los valencianos toman el café de una forma despreocupada, señala tras pensarse la respuesta unos segundos. Le dan más valor al momento de reunión que a lo que están tomando, añade.

Por eso, afirma, le gustaría enseñar a degustarlo, a probarlo, a saber que un espresso no son más de 20 o 25 segundos de emulsión, que el café, por ser más largo, no es más bueno; todo esto se lo tratamos de transmitir a nuestros clientes para que ellos vayan creándose su propio criterio.

Me gustaría que la gente conozca, que se atreva, que pruebe; igual que se es selectivo con el vino o la comida, que también lo sean con el café, y así sabrán, cuando lo pidan, qué van a beber, concluye Jorge Silva.

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