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Vista de las instalaciones del antiguo Hospital La Fe, en el barrio de Campanar. :: Jesús Signes
El proyecto para reactivar la antigua Fe tardará dos legislaturas en estar acabado

El proyecto para reactivar la antigua Fe tardará dos legislaturas en estar acabado

La instalación de Campanar tendrá ambulatorio, Urgencias, centro de especialidades, área de enfermos mentales y servicios para pacientes crónicos

LAURA GARCÉS

Martes, 26 de julio 2016, 23:51

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El antiguo Hospital La Fe, que pasa a llamarse Espai de Salut Campanar Ernest Lluch, tendrá que esperar dos legislaturas -esta y la siguiente- para ver finalizado el proyecto previsto por la Conselleria de Sanidad para su reactivación. Tendrán que transcurrir siete años para ver terminado el futuro espacio sanitario que se desarrollará en tres fases. La primera se espera que esté completada cuando la actual legislatura llegue a su término.

La consellera de Sanidad, Carmen Montón, presentó ayer un proyecto que a su juicio permitirá revitalizar el barrio de Campanar, devolver servicios sanitarios a los vecinos y «responder a las necesidades de presente y de futuro en ámbitos como la atención a la cronicidad, la salud mental y la neurorrehabilitación». La actuación está presupuestada en 146 millones y comporta un nuevo complejo en la zona hoy libre de edificación, rehabilitación de tres de los pabellones actuales y el derribo del resto de las instalaciones tras la retirada de amianto.

Los primeros trabajos persiguen la rehabilitación del edificio recayente a la calle Joaquín Ballester, donde se instalará una unidad de Urgencias provisional. También se mejorará el estado del pabellón de investigación, que acogerá los servicios de emergencias SAMU y la unidad de detección del cáncer de mama. El edificio destinado a los servicios de informática es el tercero que se recuperará para su uso.

En esta fase inicial se incluye la nueva construcción en el área hoy libre de edificaciones. En ese espacio se levantará un área de salud integrada con servicio de Urgencias -sustituirá al provisional de Joaquín Ballester-, centro de especialidades de alta resolución con cirugía mayor ambulatoria y una unidad de atención primaria.

Al mismo tiempo arrancarán las «actuaciones paralelas» como el proceso para retirar el amianto de los antiguos edificios, el derribo y el concurso de ideas para diseñar el espacio Campanar-Ernest Lluch, que se extenderá sobre 47.000 metros cuadrados construidos.

El proyecto incluirá un área de cronicidad con hospital para 150 enfermos de larga estancia, así como un centro de neurorrehabilitación ambulatoria.

En el ámbito de la salud mental habrá cuatro hospitales de día y centro de encuentro para pacientes. Incluirá también espacio para las asociaciones de pacientes, para la salud de la mujeres, escuela de salud y casa del paciente. Una zona verde y aparcamiento subterráneo completarán la intervención en el solar sobre el que se levantó la antigua ciudad sanitaria.

Los trabajos para las rehabilitaciones, tal como señaló Montón, están en marcha desde febrero de la mano de la redacción de proyectos. Además, han tenido lugar conversaciones en relación con las intervenciones con la Tesorería de la Seguridad Social, propietaria del solar de la antigua Fe y con los responsables de la acequia de Rascanya, que discurre por debajo del complejo.

La retirada del amianto de los antiguos edificios comenzará en el tercer trimestre de 2018 y el concurso de ideas del futuro espacio, en el segundo trimestre de 2017; y el resto de recursos que se integrarán en el Espai de Salut Campanar: área de cronicidad, área de salud mental y área ciudadana.

El director general de Recursos Humanos y Económicos, Justo Herrera, explicó que la reactivación de La Fe de Campanar, con su nuevo nombre y actualizada concepción, se enmarca en «un plan director para el marco de dos legislaturas». Respecto a la primera fase de los trabajos previstos apuntó que se prevé que finalice a lo largo de esta legislatura.

Montón señaló que el nuevo espacio de salud será un «referente de calidad e innovación sanitaria». Explicó también que el hecho de combinar fases con lo que han llamado «actuaciones paralelas» se ha hecho con la finalidad de «no perder tiempo».

La información que ayer ofreció la titular del departamento llega un año después de que anunciara la paralización de la demolición aprobada por el anterior Consell. Entonces, en julio de 2015, Montón detuvo el derribo y apostó por encargar un nuevo estudio al Colegio de Arquitectos para conocer el estado del complejo sanitario que se levantó en los años 60. Meses después, en noviembre, se conoció el veredicto técnico. El documento desaconsejaba rehabilitar las antiguas construcciones. La consellera reconoció que en las construcciones antiguas no merecía la pena invertir demasiado dinero y así abrió la puerta al derribo que ahora se incluye en la descripción del plan

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