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Los barrios del norte de Valencia exigen más limpieza

Los barrios del norte de Valencia exigen más limpieza

Orriols, Campanar, Zaidía, Benimaclet o Torrefiel protestan por la falta de baldeo o de recogida de residuos

ÁLEX SERRANO

Domingo, 24 de julio 2016, 22:14

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Con la llegada del calor, vecinos de toda la ciudad que no abandonan sus casas para irse de vacaciones detectan en sus calles importantes déficits en la limpieza viaria que, con las ventanas abiertas para resistir las altas temperaturas, se dejan notar en el olor de las papeleras, los contenedores e incluso las aceras escasamente baldeadas. Así al menos lo aseguran vecinos de la práctica totalidad de distritos situados al norte de la ciudad. La Federación de Asociaciones de Vecinos asegura que en la zona situada al norte del río «las quejas son continuas y constantes».

Ciertamente lo son. Entidades vecinales de Orriols, Campanar, Benimaclet, Zaidía o Torrefiel, entre otras, critican la falta de limpieza en sus barrios. Algunas lo hacen tímidamente, pero otras cargan duramente contra el Consistorio, cuya contrata de limpieza viaria es una de las más cuantiosas: más de 900 millones de euros que se embolsan tres empresas, Sociedad de Agricultores de la Vega (SAV), Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) y Secopsa/Nagarés. La contrata se otorgó en 2005 y caduca en 2020.

Según ese contrato, la ciudad se divide en tres zonas. La uno, situada al sur del Jardín del Turia, la controla SAV, que gasta 26 millones de euros anuales en limpieza viaria. La tres son los distritos de Poblats Marítims y Quatre Carreres. Se creó en 2005 y tiene un presupuesto de 9 millones de euros anuales. La zona 2 es en la que se concentran buena parte de las quejas vecinales. Es la norte, a la que corresponden 22 millones de euros anuales.

Pese a las peticiones del calendario de actuaciones en los barrios del norte de la ciudad, el Ayuntamiento de Valencia no ha facilitado la información. Aunque se asegura que el baldeo es constante, lo cierto es que las quejas se acumulan. Sin ir más lejos, el pasado mes de junio se presentaron 253 quejas ante el Consistorio respecto a la falta de limpieza. De estas, 137 fueron directamente sobre los servicios de limpieza en la vía pública. En concreto, una de cada tres interlocuciones entre vecinos y Consistorio a través del 010 corresponden a limpieza. Estas quejas hablan de recogida de objetos en vía pública, cambio de ubicación de contenedores, deficiente estado de los mismos, falta de limpieza, excrementos de animales, reciclaje de residuos, estado de solares abandonados o vehículos abandonados, entre otros. De todas estas quejas, el Consistorio solo ha respondido a 8.

Así las cosas, los vecinos están molestos. Muy molestos. Es el caso de Maica Barceiro, presidenta de la Asociación de Vecinos Orriols-Rascanya, que asegura que el Consistorio «no baldea los tramos 'delicados'». Se refiere la dirigente vecinal al final de la calle San Juan Bosco, explica. «Se nota en general más limpieza», reconoce, «pero el problema es que hace mucho calor, cada vez hay más gente en la calle a todas horas y así hay más suciedad». Barceiro asegura también que en la calle Santiago Rusinyol se celebran «cenas», que provocan mucha suciedad en la vía pública, e insiste en la zona situada en torno a calles como San Juan de la Peña, Arquitecto Rodríguez o Daroca.

Ligeramente más al sur se encuentra el barrio de Zaidía. El presidente de la Asociación de Vecinos Zaidía-Orilla del Río, Gregorio Sebastián, destaca la falta de limpieza en calles como «Sagunto, Lérida, Visitación o Palau Viquer». Precisamente en esta última vía Sebastián critica el estado de dos solares que están llenos «de material de derribo» que no se ha recogido. Además, el dirigente vecinal destaca la falta de limpieza en un pequeño jardín situado entre las calles Lérida y Segundo. «Le llamamos el Jardín de Nino Bravo porque hay un busto del cantante. Tiene una discoteca cercana y hay restos de botellón y, muchos días, hasta 30 heces de perro», asegura. Sebastián destaca que el Consistorio «baldea un poco más, que antes no baldeaban nunca, pero no lo bastante y hace mucha falta porque los perros se mean en paredes, esquinas... y eso solo hay una forma de quitarlo». El dirigente vecinal critica, también, que los contenedores «muchas veces se quedan pequeños y debajo de ellos hay muchísima suciedad que no se limpia nunca».

En Zaidía también preocupan las ratas. «Son un importante problema», asegura Sebastián. «Hay acequias que van por debajo de las calles y están llenas de ratas», critica el dirigente vecinal, que solicita al Consistorio «una campaña de limpieza permanente». En este barrio también se da una problemática que se repite en buena parte de la ciudad. «En calles como Palau Viquer, Visitación y Orihuela hay contenedores llenos de muebles o material que va el camión especial o no hay manera de quitarlo», denuncia.

En Torrefiel también hay quejas de los residentes. El presidente de la asociación de vecinos, Rafael Medina, apunta a la calle Santo Domingo Savio como una de las más afectadas por la falta de limpieza. Además, apunta a que en una bocacalle cercana al inicio de esta vía «hay un montón de naranjos amargos cuyos frutos, cuando comienzan a madurar, pueden caer al suelo y se quedan ahí mucho tiempo sin que nadie las recoja y se pudren». En otras zonas como la avenida de Tarongers, precisamente, en días de mucho viento, las naranjas caen al suelo y permanecen en el asfalto semanas, según han denunciado distintas entidades en varias ocasiones.

Problemas con los muebles

Sobre todo cuando se aproximan las fechas veraniegas, los pisos alquilados por temporadas, especialmente a estudiantes, se vacían y en muchas ocasiones cambian de inquilinos. Es un problema que preocupa a los vecinos de Benicalap y Benimaclet, especialmente. «Notamos todos los años por estas fechas el abandono en la calle de mucho mueble viejo, colchones, restos de obras de sanitarios... que dejan una sensación de suciedad en el barrio», explica Paco Guardeño, portavoz de la Asociación de Vecinos de Benimaclet. «Eso es debido a que hay mucho piso de alquiler para estudiantes, y los propietarios, una vez cerradas las universidades, retiran los muebles cutres que tienen sin avisar al Servicio de Recogida de Enseres del Ayuntamiento», lamenta el dirigente vecinal, que asegura que, «por falta de civismo de algunas personas», se acumula suciedad en las calles del barrio, sobre todo en los edificios más antiguos en calles como Benicarló, Poeta Altet, Albocácer, Mistral, Barón de San Petrillo o Reverendo Rafael Tramoyeres, entre otras, siempre según la versión de Guardeño.

Algo parecido se vive en Benicalap, cuyo presidente de la asociación de vecinos, Josep Bellver, lamenta la falta de civismo de algunos vecinos. Aunque el Consistorio insiste, siempre que tiene ocasión, en que la mejor manera de deshacerse de los muebles que no se quieren es dejarlos en la calle tras avisar al Servicio de Recogida de Enseres del Ayuntamiento a través del 010, lo cierto es que no son pocas las personas, según Bellver, que vacían los pisos sin avisar. «Hay un montón de muebles en la calle, la gente es poco cívica», asegura. También lamenta el exceso de excrementos de perro en las calles del barrio.

Es también la principal queja de los vecinos de Campanar. Pep Benlloch, presidente de la Asociación de Vecinos de Campanar, asegura que en el barrio están satisfechos con la limpieza, pero critica a los vecinos incívicos que no recogen las cacas de los perros. Cabe recordar que el Consistorio ha desarrollado este mes una campaña especial de control de mascotas en la que se sancionaron menos de una decena de casos por no recoger las heces de los animales. El motivo, como han explicado en varias ocasiones tanto la concejala de Bienestar Animal, Glòria Tello, como la de Protección Ciudadana, Sandra Gómez, es que resulta muy complicado sancionar a un dueño de animales por no recoger las cacas de sus perros si no lo descubren en el momento. Por eso, el Consistorio pondrá en marcha este otoño un método de análisis de ADN en los excrementos de los animales para así conocer quién es su dueño para sancionarle por no recoger las deposiciones caninas de la vía pública, tal como anunció Tello el pasado mes de mayo.

Quejas en el río y la gran vía

Pese a que la mayor parte de las quejas por falta de limpieza se concentran en el norte de la ciudad, también los vecinos del Tramo IX del río han protestado esta misma semana por las molestias provocadas por los actos de la Gran Fira. En palabras de la presidenta de la entidad vecinal, Rosa Arlandis, han invitado en varias ocasiones al alcalde, Joan Ribó, a una de las viviendas, «pero no ha contestado». Ya la Fira Alternativa que se celebró hace dos meses motivó quejas por la suciedad que provocó en el Jardín del Turia.

También los vecinos de las grandes vías, en el entorno de Antiguo Reino de Valencia, han criticado la falta de baldeo en la avenida, lo que provoca restos de suciedad o de líquidos en torno a las papeleras o bajo los bancos, así como alrededor de contenedores que no se recogen tan a menudo como desearían.

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