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El montaje de uno de los puestos, este jueves, en la plaza de la Reina.
La escuraeta ya reluce en la plaza de la Reina

La escuraeta ya reluce en la plaza de la Reina

El tradicional mercadillo de loza y cerámica arranca junto a la catedral

Isabel Domingo

Jueves, 5 de mayo 2016, 21:29

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Como cada año, fiel a la tradición de instalarse en las vísperas de la festividad de la Virgen de los Desamparados, la escuraeta luce desde este viernes sus piezas de loza, barro y cerámica a los pies de la Catedral de la Valencia. Y allí seguirá, en la plaza de la Reina, hasta que pase la festividad del Corpus el domingo 29, cumpliendo así una tradición que se remonta al siglo XIII cuando los aprendices del oficio de alfareros exponían sus creaciones para demostrar su habilidad y poder ser admitidos en el gremio correspondiente.

La tradición ha pasado de familia en familia. Paqui, de Cerámicas Bermejo, lleva 46 años acudiendo a la cita. Entre el montaje del puesto, la llamada de su hija para comprobar cómo va todo y responder las dudas de algunos curiosos, relata que las piezas que ofrecen en su parada salen de sus propias manos, pues son fabricantes en La Pobla de Farnals. Almansa o Xàtiva son algunas de las ferias en las que se pueden comprar sus creaciones, con precios que van desde los 80 céntimos hasta los 30 euros.

¿Quién pasa por aquí? Sobre todo, turistas, afirma esta vendedora, de ahí que en los últimos años se hayan adherido algunos puestos especializados en souvenirs de cerámica y en complementos como pendientes o pulseras y que también haya surgido el debate, descartado para los vendedores, sobre la necesidad de cambiar la imagen de los puestos.

Sin embargo, las piezas para la cocina son las estrellas de la escuraeta. Desde aceiteras a jarras, pasando por botes para las especies o los utensilios de madera. Bien con la decoración tradicional bien con diseños más modernos orientados a un público más joven. Uno de los productos más típicos es la conocida como campanita de la Virgen, es decir, la campana blanca de barro con el yugo pintado de rojo. También los silbatos de pájaro y, sobre todo, los cuencos de barro para el arroz al horno. ¿Quién no tiene una cazuela en casa?, apunta otra vendedora mientras terminar de colocar los morteros.

Esta edición el montaje del mercadillo no ha estado exento de preocupación pues los trámites pasaron de la Junta Municipal de Ciutat Vella a la Concejalía de Comercio que, debido a la acumulación de peticiones de licencia, ha demorado algo más los trámites de concesión.

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