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Piso apuntalado en la calle Escalante que sale a subasta. :: damián torres
De cultivos de marihuana a pisos para nuevos vecinos en el Cabanyal

De cultivos de marihuana a pisos para nuevos vecinos en el Cabanyal

Residentes del barrio y extranjeros holandeses e italianos recorren las viviendas que se venden llenas de desperfectos y de humedades

LOLA SORIANO

Jueves, 5 de mayo 2016, 20:53

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Las casas del Cabanyal adquiridas por el anterior equipo municipal buscan una nueva oportunidad. Si la pasada semana se anunció que salían a subasta 13 propiedades, entre edificios, viviendas, almacenes y solares, el martes tocaba día de jornada de puertas abiertas.

Todas las propiedades que se ofertan para la puja precisan mucho más que un lavado de cara. Muchas tienen humedades, otras problemas de cubiertas o incluso uno de los pisos está apuntalado. En el caso de la calle Escalante 344, el Ayuntamiento tuvo que poner puntales en una vivienda porque justo en el piso de arriba, en una casa ocupada que no era municipal sino de un particular, se llegó a cultivar marihuana y el sobrepeso de la estructura obligó a reforzar la casa que ahora sale a subasta. Los 68 metros cuadrados se ofertan por 35.233 euros.

En otros casos, como en la calle Los Ángeles o San Pedro, los bajos o casas que se enajenan habían llegado a estar ocupados ilegalmente y eso quedaba más que patente tras ver muros derribados, colchones y muebles viejos por doquier o jeringuillas abandonadas. Hasta un viejo carro se encontraba aún en una casa de la calle del Rosario.

Ahora la oficina del Plan del Cabanyal busca un futuro mejor para estos espacios, todos ellos fuera del Pepri en proceso de derogación, con el fin de repoblar el barrio.

Entre las personas que concertaron una cita para ver el estado de las casas estaba Mariana Andino, una joven que ya vive en el Canyamelar. «Vivo cerca del mercado del Cabanyal en concepto de alquiler, pero me gustaría poder invertir en mi primera casa. Me gustan las casas con historia y sabor y quiero seguir viviendo en el Cabanyal», indicó.

Un testimonio también peculiar fue el de Jean-Paul Van Hulst, un holandés que lleva media vida recorriendo el mundo. «He recorrido casi todo el mundo en yates de lujo. Últimamente he viajado a Barcelona, Mallorca, Sevilla o Málaga porque busco un sitio donde recalar y quedarme y he encontrado en Valencia y particularmente en el Cabanyal gente que transmite positividad y alegría, algo que no he visto en otros puntos. Su luz es maravillosa». Aunque sólo lleva viviendo dos semanas en Valencia, explica que leyó en LAS PROVINCIAS el anuncio de la subasta «y quiero optar a alguna casa, invertir mis ahorros y restaurarla. Me ha gustado la calidad de vida del Cabanyal, ya que no he visto una arquitectura y singularidad como esta».

Otra mujer asistente a la jornada de puertas abiertas, Charo Moreno, explicó que es vecina del Cabanyal. «Me compré una casa hace años y la restauré, pero está en la zona cero, la más degradada, en la calle Pescadores, y allí no se puede vivir. Estamos sufriendo mucho por la venta de droga en la zona y el comportamiento incívico de algunas personas». Por eso, Charo confiesa que «no tengo más remedio que buscar otra casa para e irme. Confío en que la rehabilitación del barrio llegará, pero hemos sufrido ya mucho en el pasado y ahora la recuperación está tardando. Nos tendremos que ir a otra vivienda, aunque la tenga que restaurar».

Durante el recorrido, una mujer de la calle Los Ángeles, que reside junto a uno de los bajos que se subasta, al ver la presencia de posibles compradores pidió que espera «que nos traigan a vecinos cívicos, porque las casas han tenido varias ocupaciones y hemos sufrido lo indecible. Necesitamos volver a la normalidad».

También asistieron agentes de una empresa de rehabilitación y gestión de propiedades para ver las opciones. Algunos de los visitantes mostraron su interés por las casas que tenían precios de entre 35.000 y 134.000 euros, pero algunos confesaron que se precisaba gran inversión por el estado de conservación.

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